Cap II

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Confesiones

Los meses pasaron desde aquella tragedia y a la vez milagro del que todos en Poniente hablan, ahora llaman a la pequeña niña "La Princesa de la Vida".

El Rey visitaba todos los días sin falta a su hija menor y de vez en cuando con varios regalos consigo, la pequeña niña se había convertido en la confidente de su padre al igual que una vez lo fue su madre, él le contaba todo, desde los problemas que ahora tiene con su hija mayor hasta los asuntos del Consejo.

Viserys I Targaryen-- El Consejo otra vez sacaron el tema de que me case. Dijo muy desanimado.

La pequeña solo se quedaba en silencio mirando fijamente a su padre, como si ella entendiera cada palabra de lo que él decía cosa que el mismo Rey había notado.

Viserys I Targaryen-- Dicen que con una nueva Reina, el reino se puede estabilizar y volver a traer la paz. Dijo suspirando.

La niña seguía mirandolo muy tranquila desde su cuna.

Viserys I Targaryen-- Quiero confesarte algo mi pequeña dragona.... Quiero nombrar a tu hermana mayor como mi heredera, quiero que ella reine después de que yo muera. Dijo con mucha seguridad.

La Princesa comenzó a inquietarse un poco ya que se acercaba su hora de comer, fue cuando la nodriza de la niña entro a la habitación, se inclino ante su Majestad y fue directamente hacia la cuna para darle a la pequeña bebé leche de vaca.

Viserys I Targaryen-- ¿Aún no acepta la leche de ninguna nodriza?. Preguntó mientras seguia mirando a su hija.

Nodriza-- No su Majestad y tampoco acepta que la toquen, a excepción de usted y la Princesa Rhaenyra.

Viserys I Targaryen-- Entonces.. ¿Cómo hacen para bañarla, cambiarla o tan siquiera gatee un poco?.

Nodriza-- La Princesa Rhaenyra viene todas las mañanas, tardes y noches.. nos ayuda mientras está aquí. Dijo algo avergonzada.

Viserys I Targaryen-- Ya veo. Dijo mientras se acercaba más a su hija.

La nodriza sentía algo de vergüenza cuando confesó de tales cosas, ya que la niña no aceptaba que ni siquiera la tocarán y una vez que lo hicieran ella empezaba a llorar hasta no poder más.

Viserys I Targaryen-- Así que no te gusta que personas ajenas a nosotros te toquen. Dijo en un tono de risa.

Aquel hombre solamente miró a su hija y se fue de la habitación aguantando sus ganas de reír, al salir de dicho lugar pidió a uno de los guardias que solicita la presencia de su hija mayor en el salón donde esta el cráneo del gran dragón "Balerion, el Terror Negro", a lo que el guardia asintió y se retiró en busca de la Primera Princesa.

Mientras el Rey admiraba lo que queda de lo que una vez fue un gran dragón que conquistó todo poniente junto a su jinete, al escuchar el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose volteó a ver a su hija mayor entrar en dicho lugar.

Rhaenyra Targaryen-- ¡Padre!.

Viserys I Targaryen-- Balerion fue la última criatura que vio a la antigua Valyria antes de la perdición... Su grandeza y sus defectos, cuando ves a los dragones, ¿Qué es lo que ves?.

Rhaenyra Targaryen-- ¿Qué? No me has dicho ni una sola palabra desde que salí de la habitación de Rhaegan el día del funeral de mamá, y ahora envías a tu guardia para que... Decía muy enojada hasta que fue interrumpida por su padre.

Viserys I Targaryen-- ¡Contéstame!.. Es importante, ¿Qué es lo que ves?. Dijo un poco brusco.

La Primera Princesa vio a su padre confundida, para luego fijar su mirada al cráneo de Balerion.

Rhaenyra Targaryen-- Supongo que a nosotros. Dijo mientras seguía mirando a Balerion.

Viserys I Targaryen-- Dime. Dijo impaciente.

Rhaenyra Targaryen-- Todos dicen que los Targaryen somos más cercanos a los Dioses que a los hombres, pero dicen eso por nuestros dragones.. Sin ellos somos iguales a los demás. Dijo con mucha seguridad.

Ella miro a su padre, y el asintió concordando con su primogénita.

Viserys I Targaryen-- La idea de que controlamos a los dragones es una ilusión.. Son un poder que el hombre nunca debió interferir uno que llevo a Valyria a la perdición, sino recordamos nuestras historias harán lo mismo con nosotros, un Targaryen debe entender eso para poder ser Rey.. O Reina. Dijo mirando a los ojos de su hija.

La Princesa Rhaenyra lo miró más confundida, pero también algo impactada por lo último que dijo su padre.

Viserys I Targaryen-- Lo siento Rhaenyra... He desperdiciado los años desde que naciste, esperando a un hijo. Dijo casi llorando.

Las palabras del Rey hicieron que su joven hija lo mirara, no con lastima, sino con un dolor que le llegaba hasta el alma.

Viserys I Targaryen-- Tu sacaste lo mejor de tu madre.. En verdad creo y ella también lo haría, que tú puedes ser una gran Reina.

Rhaenyra Targaryen-- Daemon es tu heredero. Dijo mirando a su padre un poco insegura.

Viserys I Targaryen-- Daemon no está hecho para usar la corona, pero creo que tú si lo estás.

Su hija seguía viendo a su padre, pero escuchando atentamente sus palabras.

Viserys I Targaryen-- Esto no es un gesto trivial Rhaenyra, la montura de un dragón es una cosa, pero el Trono de Hierro es el lugar más peligroso de todo el reino. Dijo como advertencia.

Al terminar su conversación la joven Princesa se fue directo hacia los aposentos de su hermana, al entrar vio como su pequeña lloraba porque la nodriza intentaba cargarla, a lo que ella se acercó y cargo a la niña que en ese momento se tranquilizó.

Rhaenyra Targaryen-- Mi pequeña Rhaegan ¿Cómo quieres que te bañen o te cambien? Si no te dejas ni tocar.

La niña solamente se frotaba sus ojos por tanto llorar.

Rhaenyra Targaryen-- Mi pequeña Princesa, tan siquiera deja que te carguen para poder atenderte mejor. Dijo mientras agarraba las manitos de su hermanita.

La pequeña se quedó mirando a su hermana mayor, como si estuviera diciendo que trataría de hacerlo a lo que la Primera Princesa ordenó que todas salieran de la habitación, hubo unas que protestaron, pero ella volvió a repetir sus palabras con algo de enojo a lo que todas asintieron y salieron.

Rhaenyra Targaryen-- Rhaegan mientras te hago lo que se supone que las nodrizas a quienes tu no dejas, te diré lo que pasó hoy. Dijo mientras miraba a si hermana aguantando la risa.

Mientras la joven bañaba y vestía a su hermanita, le contó toda la conversación que tuvo con su padre, también de sus preocupaciones e inseguridades, pero la niña solo la miró y acercó su pequeña mano hacia la mejilla de su hermana, como si le estuviera diciendo que todo estará bien y la calmó por completo.

Los Hilos del Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora