Cap VIII

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Festival de Caza
Parte II

La celebración seguía su curso, pero el pequeño Aegon lloraba tanto que ni sus padres y las nodrizas podian hacer algo, hasta que la Princesa Rhaegan se acercó al niño.

Rhaegan Targaryen-- ¿Skoros's bē ñuha cute qeldlie zaldrīzes? (¿Qué pasa mi lindo dragón dorado?). Dijo mientras cargaba al bebé.

Una vez en brazos de su hermana, el pequeño Primer Príncipe dejó de llorar a lo que a todos los presentes se sorprendieron.

Rhaegan Targaryen-- Ñuha byka Aegon, ȳdra daor limagon, ¿Kessa? nyke'll va moriot sagon konīr syt ao, ñuha pretty lēkia (Mi pequeño Aegon no llores ¿Sí?, yo siempre estaré para ti mi lindo hermano). Dijo meceaba al niño en sus brazos.

Pero la  Segunda Princesa estaba preocupada por su hermana mayor, no sabía nada de ella desde que se fue en su caballo con Ser Criston detrás, desde el día anterior y ya había amanecido.

Varios minutos después, la Princesa Heredera había llega cubierta de sangre de pies a cabeza, más atrás su Guardia Juramentado arrastrado a un jabalí muy grande.

Rhaegan Targaryen-- Parece que fue una noche entretenida. Dijo sonriendo.

Alicent Hightower-- ¡Por los Siete!. Dijo impactada.

Ser Criston se acercó a la mesa donde se encuentraba la Familia Real, para poder dar las explicaciones de lo sucedido pero el Rey lo detuvo y le ordenó ir a cambiarse y a descansar, a lo que el caballero obedeció.

Rhaegan Targaryen-- ¿Ao ūndegon kepa? (¿Lo ves padre?). Dijo mientras seguía meceando a su hermano.

Viserys I Targaryen-- Lo veo. Dijo casi como susurro.

Rhaegan Targaryen-- Eso si que fue una gran entrada. Dijo riendo.

Todos los presentes estaban impactados por el como llegó la Princesa, algunos la miraban con repulsión, otros con asombro y pocos con respeto y admiración.

La pequeña Princesa caminó hacia la carpa en busca de su hermana mayor con aún al pequeño Aegon en sus brazos, algunas nodrizas intentaron quitarle al niño pero el Rey las detuvo y la Reina se les quedó mirando preocupada.

Al entrar vio a su hermana en la tina con agua caliente y muy relajada, al sentir a su hermanita entrar la miró.

Rhaenyra Targaryen-- Veo que se te da bien cuidar a los niños. Dijo con ironía.

Rhaegan Targaryen-- Me tenias preocupada, no sabia nada de ti desde que te fuiste al bosque.

Rhaenyra Targaryen-- Solo quería estar sola, quería poder pensar con tranquilidad.

Rhaegan Targaryen-- Bueno, tan sola no estabas y espero que ese tiempo haya bastado para pensar bien las cosas.

Rhaenyra Targaryen-- Valió cada minuto.

Rhaegan Targaryen-- Hermana, sabes que padre no lo hace con malas intenciones, solo quiere lo mejor para ti aunque no sea el mejor método.

Rhaenyra Targaryen-- Lo sé, pero él hace que piense que me está vendiendo y lo peor que es a Jason Lannister. Dijo con repulsión.

Rhaegan Targaryen-- No es así Rhaenyra, además para tu suerte, padre lo descartó desde que hablo con él ayer.

Rhaenyra Targaryen-- ¡¿En serio?!. Preguntó con ojos brillosos.

Su hermanita le contó todo lo sucedido con el joven Lannister que ambas empezaron a reír, al rato la niña salió con su hermano a terminar de desayunar y para que su hermana se pudiera alistar de manera más tranquila.

Todos los invitados susurraban sobre la Princesa Rhaenyra pero sobretodo de la Princesa Rhaegan, lo que hace que la Reina se acerque a sus hijastras pero la Heredera se apartó del lugar mientras que la niña la miró con cariño y establecieron una conversación amistosa.

El Rey volvió a salir con varios Lords a ver si tenían la suerte de atrapar al gran ciervo blanco, ya que el día anterior por desgracia solo había atrapado otro cuervo pero su tamaño era sorprendente, su Majestad no quería ir pero la insistencia de los señores lo tenían hasta el borde.

Mientras tanto las Princesas se quedaban aburridas con las señoras, y sus conversaciones poco interesante.

Rhaegan Targaryen-- Jaelan bisa naejot mōris, these ābri issi jāre naejot ossēnagon nyke lēda boredom (Quiero que esto acabe, estas señoras me van a matar del aburrimiento).

Rhaenyra Targaryen-- Ao sagon daor se mērī mēre Rhaegan (No eres la única Rhaegan).

Rhaegan Targaryen-- ¿Skoro syt ȳdra daor ao find Syrax se zālagon zirȳ alive? (¿Por qué no buscas a Syrax y las quemas vivas?). Dijo muy sarcástica.

La. Mayor de las hermanas no pudo aguantar sus ganas de reír, tanto que llamó la atención de las damas presentes y la Reina trató de volver a entablar la conversación que tenían para evitar problemas, pero lamentablemente falló.

Y antes de que una de las señoras pudiera decir una sola palabra, la Segunda Princesa se les adelantó.

Rhaegan Targaryen-- Señoras ustedes tienen su conversación con sus risas y no estamos preguntando, mientras que nosotras tenemos nuestra propia platica así que, por favor no pregunte cosas donde no están incluidas. Dijo sonriendo.

Las mujeres quedaron boquiabiertas por lo que acaban de escuchar, podían entender si fueran las palabras de la Princesa Rhaenyra, pero no de una niña de cuatro onomásticos.

La Reina para calmar la situación intervino, antes de que fuera peor.

Alicent Hightower-- Princesa Rhaegan ¿Cómo van sus estudios?. Dijo mirando nerviosamente a la niña.

Rhaegan Targaryen-- Van de maravilla su Majestad, de hecho el Septon decidió aumentar el nivel de dificultad en todas las materias, claro que con la aprobación del Rey. Dijo con una sonrisa falsa.

Alicent Hightower-- Eso es increíble Princesa, usted es la primera en tener mucho conocimiento a tan corta edad que hasta el Septon decidiera aumentar el nivel de sus estudios.

Rhaegan Targaryen-- Para serle sincera su Majestad.. El Septon no tiene nada nuevo que puedan enseñarme.

Alicent Hightower-- ¿Por qué lo dice princesa?. Preguntó confundida.

Rhaegan Targaryen-- Porque cuando me dan un "nuevo" tema, eso ya lo había estudiado por mi cuenta e incluso los Maestres no hayan que enseñarne. Dijo orgullosa.

Todas quedaron en un total silencio por las constantes sorpresas de la pequeña Princesa Rhaegan Targaryen, mientras que la hermana mayor de la niña trataba de disimulaba su sonrisa.

Rhaenyra Targaryen-- Cómo dijo el Gran Maestre Runciter, mi hermanita es una prodigio que solamente aparece cada mil año. Dijo orgullosa.

Al rato su Majestad llegó con una cara cansada, desgraciadamente no habían podido atrapar al ciervo blanco otra vez, por lo que decidió dejarlo en paz y seguir con la celebración, se acercó hacia sus hijas y las abrazó ya que de una manera eso le reconfortaba porque después de todo, son las hermosas dragonas que tuvo con su amada Aemma.

El Rey no estaba triste por no atrapar al animal, sino porque en su corazón aún extrañaba a su primera esposa, esa celebración le hacía recordar el remordimiento y el tormento que tenía por haber matado a su amada por querer con todo su ser un hijo, ahora tiene uno pero no con la mujer que amó y amará toda su vida.

Los Hilos del Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora