Cap XXVI

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Reencuentro

Los nobles que estaban presentes como testigos comenzaban a retirarse, la servidumbre con la ayuda de los guardias retiraban los restos del cuerpo de Ser Vaemond Velaryon para llevarlo al Pozo Dragón a dárselo de comer a Syrax y limpiar la sangre.

El Rey se fue hacia sus aposentos por sus problemas de salud y los únicos que quedaron en la sala fueron la familia Targaryen y los hombres de la Segunda Princesa.

Los cuatro hijos de la Reina corrieron sin dudarlo hacia su hermana mayor, la abrazaron tan fuerte que casi no la dejaban respirar.

Daeron Targaryen-- ¡Mamá!. Dijo llorando.

Rhaegan Targaryen-- Daeron, mi dragón azul. Dijo besando su frente.

Aegon Targaryen-- ¿Cómo qué mamá?, ella es más mi madre que tuya Daeron. Dijo haciendo puchero.

Helaena Targaryen-- Por favor no te vuelvas a ir mami. Dijo enterrando su rostro en el pecho de su hermana.

Aemond Targaryen-- Emā finally returned ñuha jorrāelagon (Finalmente has regresado amor mío). Dijo susurrando en el oído de su hermana.

Rhaegan Targaryen-- Ñuha beloved riñar, skorkydoso ēzi grown (Mis amados niños, como han crecido). Dijo llorando.

Brosco-- Seguramente, la Reina la mandará a matar porque sus hijos le dicen mamá a ella. Dijo susurrando a sus compañeros.

Egon Emeros-- ¿Tú crees?.

Dhako-- Ustedes saben, que el que se atreva a internar ponerle un solo dedo encima a ella, nuestra señora lo revanaria como lo hizo con el Velaryon.

Izembaro-- Además de que Rhys se le metería el demonio, por tratar de lastimar a su preciosa niña.

Rhys Taylor-- ¡Callense!.

Mientras ellos "debatían" sobre cómo haría las cosas su joven señora, parecían unos niños que no notaron que los estaban viendo.

La Reina se había retirado del Salón para acompañar a su esposo aunque le fuera gustado quedarse y abrazar a su "hija", la familia de Rhaenyra los miraban desde donde estaban con alegría, a excepción de Daemon que los miraba raro.

Daemon Targaryen-- ¿Por qué los mocosos Hightower son demasiado apegados a mi sobrina?, parecen parásitos.

Rhaenyra Targaryen-- Bueno, ella fue la que realmente los crió desde que nacieron.. Rhaegan es más madre de ellos que la mismísima Alicent Hightower.

Daemon Targaryen-- Ya veo por qué no me caen tan mal, pero quiero que se separen de la niña. Dijo mientras caminaba hacia ellos.

La Heredera no contuvo su risa por la actitud de su esposo hacia su hermana, y eso provocó que los hermanos Velaryon se quedaran confundidos.

Lucerys Velaryon-- Madre ¿Por qué Daemon actúa así?.

Rhaenyra Targaryen-- Porque para él, Rhaegan es como su hija, su cómplice.

Jacaerys Velaryon-- ¿Más que tú madre?.

Rhaenyra Targaryen-- Para Daemon también lo soy, pero a ella la trata como si fuera su hija biológica. Dijo con una sonrisa.

Mientras el Príncipe Canalla trataba de despegar a los "parásitos" de su adorada niña, el resto de la Sala solo reían ante lo que presenciaba, sin duda alguna Rhaegan Targaryen era la luz que traía calidez a este gigante Palacio.

Los hombres de la Segunda Princesa trataban de disimular su risa, pero por eso captó la atención de la Primera Princesa.

Rhaenyra Targaryen-- ¿Y ustedes quiénes son?.

Rhys Taylor-- Tal vez no me recuerde Alteza pero soy Ser Rhys Taylor, Caballero Juramentado de la Princesa y ellos son Brosco, Dhako, Izembaro y Egon Emeros, también Caballeros Juramentados de su Alteza. Dijo muy respetuoso.

Aegon Targaryen-- Cielos madre, hiciste de las tuyas allá afuera. Dijo con una sonrisa pícara.

Ante tal comentario recibió una paliza por detrás de la cabeza por parte de su hermana "madre" y de su tío Daemon, gracias a eso sus hermanos disimulaban sus risas pero Daeron parecía que no lo lograba.

Al rato, todos salieron del Salón del Trono e ir a prepararse para la cena de esa noche, donde estaría presente toda la familia y para la desgracia de algunos también Lord Otto Hightower.

Ya de noche en los aposentos de la Princesa Rhaegan, alguien se había colado a través de los pasadizos secretos para verla, ya que no podía esperar más.

Rhaegan Targaryen-- Por lo menos deja que me termine de arreglar. Dijo riendo.

Aemond Targaryen-- Siempre me pregunté por qué no tienes damas de compañía. Dijo sentándose en el sofá.

Rhaegan Targaryen-- Desde nacimiento, nunca me ha gustado que me toquen a excepción de padre y de nuestra hermana.

Aemond Targaryen-- ¿Desde nacimiento?.

Rhaegan Targaryen-- Así es, algunos decían que era como un dragón que no se dejaba domar. Dijo mientras se colocaba los pendientes.

Aemond Targaryen-- ¿No crees que ese vestido es un poco atrevido?. Dijo detallandola fijamente.

Rhaegan Targaryen-- ¿Celoso?. Dijo mirándolo de reojo.

La Princesa llevaba un vestido largo de color plateado, mangas largas, cuello V hasta por debajo de los pechos, y con una abertura que muestra su pierna derecha.

El Segundo Príncipe se levantó del sofá y caminó hacia su hermana, la tomó de los hombros y la volteó para que lo mirada al ojo.

Aemond Targaryen-- Solo no quiero que los idiotas que abundan por aquí, se queden mirando a mi amada esposa.

La mujer se reía de las palabras de su "esposo", siempre supo que era un celoso pero no a ese nivel.

Rhaegan Targaryen-- Te recuerdo mi querido Aemond, que todavía eres mi prometido aunque no de forma oficial. Dijo acariciando la mejilla del hombre.

Aemond Targaryen-- Sīkudi nopāzmi (Siete infiernos).

Ella hacia un inmenso esfuerzo en no burlase, se acercó más a su futuro esposo y le dio un beso suave y tierno en los labios, a lo que él se alteró y se sonrojó tanto que parecía un tomate.

Era muy lindo verlo así de tímido que si alguien se enteraba, eso probablemente arruinaría la reputación del Príncipe Tuerto.

Cuando ya volvió en sí, se acercó a ella, la agarró de la cintura, la acercó a él y se quedó admirando la belleza incomparable de su amada, hasta que fue interrumpido por Rhys quién tocaba la puerta anunciando que pronto iniciará la cena.

Aemond maldecia en voz muy baja, mientras que su prometida solo seguía riéndose hasta ya no poder.

Rhaegan le pidió que se fuera para que no tuviera problemas por si no lo encontraban, después de todo se verían en la cena que no tardaba en iniciar a lo que él le hizo caso.

Una vez ya saliendo de la habitación, la espetaban Rhys y Ser Criston para escoltarla hacia el lugar del evento.

Rhaegan Targaryen-- Tiempo sin verlo Ser Criston, espero que haya estado bien.

Criston Cole-- Es bueno verla de nuevo sana y salva Princesa.

Rhaegan Targaryen-- Veo que me extrañó mucho. Dijo riendo.

Criston Cole-- He de admitir que usted le hizo mucha falta a los Príncipes.

Ya casi llegando al sitio la Segunda Princesa, vio a sus cuatros hermanos esperándola para entrar con ella y seguir con el hermoso reencuentro.

Los Hilos del Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora