Cap XXVIII

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Pecados

Una vez que Rhaegan salió de la sala e iba de camino hacia sus aposentos se encontró con un guardia que fue enviado por Lord Mano del Rey, el hombre le entregó una carta pero en vez de irse se quedó parado.

Carta de Otto Hightower-- "Princesa Rhaegan me ha desconcertado mucho su actitud hacia mí, tanto en la reunión de la tarde como en la cena, lamento decirle que si usted sigue así con ese comportamiento conmigo, me veré en la obligación de eliminar las amenazas y sabe muy bien que los accidentes pasan".

La Segunda Princesa se reía a carcajadas qué incluso se escuchaba por casi todo la Fortaleza Roja, el guardia demostró disimuladamente el miedo que sentía por la chica Targaryen, tanto así que un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo y a raíz de eso tuvo un mal presentimiento.

Rhaegan Targaryen-- ¿Me viene a amenazar por mensajes?... Vamos a ver si en mi cara cumple con lo que dice. Dijo con una sonrisa muy diabólica.

Una vez que terminó de reírse miró al guardia que trajo el mensaje con ojos asesinos, le dijo que le diera un mensaje a su querido Lord Hightower y que se asegurara de grabar su reacción, luego finalmente se fue del lugar dejando a un pobre hombre horrorizado.

Cuando la Princesa llegó a su habitación, ahí estaban sus cuatro hermanos esperándola pero también sus sobrinos, y para sorpresa de ella no ocasionaron un desastre por sus continuas disputas cada vez que se ven.

Rhaegan Targaryen-- Esto si que es una sorpresa, mis amados hermanos en el mismo espacio con mis amados sobrinos a solas. Dijo muy sarcástica.

Ellos se miraban entre sí tanto avergonzados como con molestia, no se hablaron en ningún momento desde que están juntos en la habitación.

Lucerys Velaryon-- Yo... Quiero disculparme con todos ustedes, sobretodo contigo tío Aemond, no debí actuar de esa manera y ciertamente reírme de ti. Dijo apenado.

Rhaegan Targaryen-- ¿Y por qué te estabas riendo de él?.

Lucerys Velaryon-- Porque... Porque es gracioso que al tío Aemond le pusieran un cerdo asado frente a él.

Rhaegan Targaryen-- Por lo del "Terror Rosado".

El niño Velaryon asintió y volvió a disculparse con su tío, quien solo lo miraba como si quisiera matarlo con la mandíbula apretada, pero al final aceptó las innumerables disculpas de su sobrino para que así se callara.

Rhaegan Targaryen-- Los pecados de los padres a menudo plagan a sus hijos.

Todos se voltearon a verla y se limitaron a hacer ruido, hasta que ella les pidió que fueran a sus recamaras a descansar a lo que oberecieron menos el Príncipe Aemond quién se quedó para poder hablar con su prometida.

El joven Príncipe se acercó a ella de manera cautelosa, ya que sabe que está enojada y cuando está así ni lo mismos dragones se atreverían de acercarse.

Aemond Targaryen-- Rhaegan.. Yo... Yo lo siento también, no quise hacerte enojar pero ya sabes como soy y por eso no quiero perderte.

Rhaegan Targaryen-- No me perderás Aemond. Dijo caminando hacia la cama.

Aemond Targaryen-- Desde que perdí el ojo me he sentido inseguro, soy rencoroso y vengativo, no me gusta como los niños Velaryon sean cercanos a ti... Porque siento que me. Decía hasta que fue interrumpido por su amada.

Rhaegan Targaryen-- Aemond mi cielo, nunca amaré a alguien más que no seas tú, no tendré ojos para otra persona, solo tú puedes llegar de esa forma a mi corazón e incluso a mi alma... Te amo Aemond Targaryen. Dijo sonriendo.

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