18. No todo puede salir perfecto.

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Charles había escuchado una vez que no todo podía salir perfecto, pero siempre se encontraba ese refugio en medio de la tormenta, aunque en ese instante, no sabía si tal afirmación era correcta.

— Entonces ¿helados de celebración? — sonrió el mayor, cuando ya habían subido todo al coche.

— Me gusta esa idea. — asintió de acuerdo, dándole una gran sonrisa.

Una sonrisa que poco a poco se fue desvaneciendo al ver a un hombre acercarse a paso seguro a ambos.

— Charles, lover. — sonrió el rubio hacia el. — Ha pasado algun tiempo.

El monegasco se quedó de piedra al verlo frente a el, si, ya recordaba porque no había vuelto a esos lugares, era por el, por no querer encontrarlo nuevamente.

Carlos por el contrario ya había tomado una posición defensiva, solo le había bastado con ver los ojos del menor para darse cuenta que ese tipo no era alguien agradable para el y si se ponía a pensarlo mucho, su rostro se le hacía muy familiar, aunque no recordaba exactamente de donde.

— ¿No vas a saludarme? ¿Desde cuando eres tan grosero? — soltó una risa. — Ya Charles, parece que has visto un fantasma.

Trató de acercarse a el, pero Carlos se interpuso en su camino, negando.

— Mantente lejos amigo. — murmuró incómodo.

— ¿Y tu quien eres? ¿Su nuevo guardaespaldas o el nuevo amante? — lo miró de arriba a abajo. — George es menos educado que el, te doy un punto por ello, supongo que tus gustos mejoraron lover.

— No me llames así. — el monegasco por fin reaccionó, mirándolo a los ojos.

— Por fin te dignas a hablarme, creí que seguirías como un ratón asustado, solo mirándome. — sus profundos ojos se enfocaron en el.

— Tu ya no me asustas Mark. — Charles ni siquiera sabía de donde había sacado esa mentira, pero se mantuvo firme, mientras Carlos por fin encajaba todas las piezas en su cabeza. — ¿Que es lo que quieres?

— Felicitarte, ganaste muchos premios hoy, ¿no puedo ser cordial con el hombre con quien iba a casarme? — soltó irónico, tratando de tocar su rostro, pero recibiendo un empujón.

— No puedes tocarme. — negó hacia el, mirandolo de mala manera.

— Oye tu, porque no me dejas hablar a solas con el. — se dirigió hacia Carlos. — Tenemos asuntos pendientes.

El español observó a Charles con duda, pero el asintió, después de todo aun estaban en un lugar público y Mark no lo lastimaría, cuidaba mucho su imagen.

— Gracias. — sonrió sarcástico al verlo alejarse un par de pasos.

— ¿Que quieres Mark? — Charles lo miró a los ojos, aun sin saber de donde había sacado esa extraña valentía.

— Ya te dije, felicitarte por tu buen trabajo. — se acercó mas a el, invadiendo su espacio personal, acorralandolo entre el y el auto.

— Hueles a alcohol Mark, alejate ¿quieres? — le dio un empujon.

— ¿Desde cuando eres tan valiente y agresivo? — sonrió, acercandose de nuevo. — Me gustas mas así, seguro que es mas caliente follarte de esa forma, contigo poniendo aun más resistencia que antes.

Sin previo aviso se abalanzó contra el, besándolo a la fuerza, mordiendo con fuerza su labio, hasta reventarlo.

Charles cerró los ojos, tratando de empujarlo para quitarselo de encima, pero no podía, hasta que sintió como el peso desaparecía y lo siguiente que escuchó fueron un par de golpes y gritos en un idioma que reconoció como español.

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora