32. Gracias por hacerme feliz.

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— ¿Como te sientes después de todo lo que me contaste? — preguntó Kimi sonriendo.

— Es extraño porque por primera vez tengo este sentimiento extraño pero persistente en mi mente, no se como explicarlo, solo se que me siento completo. — le sonrió. — He logrado dormir toda la noche, las pesadillas ya no me despiertan, ya no estoy molesto con todos, yo no se si así debe sentirse la felicidad, pero creo que por primera vez me siento bien, creo que me siento feliz.

Kimi sonrió genuinamente al escucharlo, Charles estaba superando cada uno de sus traumas, estaba abriéndose a nuevos sentimientos, a nuevas emociones, estaba saliendo al fin de ese duro caparazón en el que se había escondido por tantos años.

— Y mi inspiración regresó. — suspiró. — He estado escribiendo sin parar, una canción tras otra, Seb está feliz por eso, dice que a Lance le encanta todo lo que escribo.

— ¿Y físicamente como estas? ¿Duermes bien? ¿Estas comiendo correctamente? ¿Descansas lo suficiente? — preguntó interesado, haciéndolo sonreír con dulzura.

— Las pesadillas no han vuelto Kimi, yo puedo dormir ocho horas seguidas y me siento tranquilo al despertar, sin incertidumbre. — suspiró con tranquilidad. — Gracias Kimi, todo esto es por ti, es gracias a tu ayuda.

— Es mi trabajo Charles. — sonrió. — Estoy aquí solo para ayudarte a ti.

— Te quiero Kimi. — lo miró, haciendo un gesto gracioso con la nariz.








•~•~










— Charles, Amelie está aquí. — Pierre llamó su atención.

— Estoy muy nervioso. — admitió el menor, acomodando su traje. — ¿Por qué tengo que usar algo tan formal?

— Porque es una cena formal cariño, conocerás a tu futuro cuñado. — le sonrió, acomodando su corbata. — Es el futuro esposo de tu hermana, es importante esta cena.

— ¿Y si quito la corbata y el saco? Me estoy poniendo nervioso. — sonrió.

— Me parece bien, tu luces bien de cualquier manera. — una tercera voz interrumpió, haciéndolo sonreír. — Además, creo que George lo aprobaría.

— Estas aquí. — sonrió el monegasco.

— Me invitaron a una cena formal hoy. — le guiñó un ojo, mientras Pierre discretamente los dejaba solos. — Te ves extremadamente guapo hoy.

— Tu te ves guapo. — sonrió avergonzado, observando a Carlos acercarse hasta besar sus labios. — Te extrañé hoy, ¿donde estuviste el día entero?

— Fui a ver a Kimi. — informó. — Teníamos mucho que hablar, yo tenía mucho que contarle.

— ¿Y me extrañaste también? — preguntó sonriendo.

— Un poco, si. — besó su mejilla. — Vamos, quiero que conozcas a mi hermana.

Charles tomó su mano con delicadeza, atravesando la mitad de la casa, hasta llegar a la sala, en donde se encontraban sus invitados.

Se detuvo por un momento antes de entrar, dando un gran suspiro, tratando de tomar valor, hasta que sintió un apreton en su mano y asintió, regalandole una sonrisa.

Entró en la sala, sonriendo al ver a su pequeña hermana ahí, quien rápidamente se acercó a abrazarlo con fuerza, antes de tomar su rostro entre sus manos y examinarlo.

— Tu cabello es mas claro y tus ojos se ven mas lindos. — sonrió la menor, haciéndolo sonreír y abrazándolo nuevamente. — Te extrañé estrellita.

— También te extrañé Amy, no tienes idea de cuanto. — besó delicadamente su cabeza, separandose.

La joven se acercó hasta un chico pelinegro, entrelazando sus manos, dándole una sonrisa.

— Charles, quiero presentarte a Adam. — sonrió, mirándolo con absoluto amor.

— Un gusto. — tomó su mano.

— Es bueno conocerte al fin, he escuchado mucho sobre ti. — sonrió amigable, estrechando sus manos.

— El es Carlos. — sonrió Charles, presentando al piloto.

— Oh, un placer, ¿es tu amigo? — preguntó la chica curiosa.

Ambos negaron con una pequeña sonrisa y Amelie lo entendió todo, mirando con complicidad a su hermano.

— Bueno, soy Amy y el es Adam, mi futuro esposo. — presentó al joven rubio, quien parecía estar completamente encantado por estar ahí.

— Es un placer conocerlos. — Carlos extendió su mano a ambos.

— Bueno, pero dejemos las formalidades, no nos hemos visto en cuatro años, yo quiero saber todo lo que me he perdido. — ella rio, enganchando su brazo en el de su hermano, dejándose guiar hasta el comedor, obligando a Carlos a conversar con Adam.

— Ella está muy feliz de que Charles nos recibiera, creyó que no lo haría. — comenzó a hablar el chico de cabellos oscuros.

— Aunque no lo creas, Charles también lo está, él la extrañó mucho. — Carlos sonrió.

Ambos observaron a los dos hermanos platicar animadamente, riendo algunas veces, hablando en voz baja.

Carlos no pudo evitar notar el precioso brillo que emanaba de Charles, era hermoso, todo el brillaba con intensidad, esta vez no había máscaras, no había engaños, ni sonrisas falsas, este era el verdadero Charles, ese que estuvo escondido durante tanto tiempo, ese al que amaba.

Era curioso, Carlos podía aceptar perfectamente que lo amaba, lo adoraba como a nadie, era simple, el vivía unica y exclusivamente para que el monegasco fuera feliz, era su único propósito, el único deseo de su vida, y justamente en ese momento se estaba cumpliendo.

Los cuatro cenaron en tranquilidad, entre risas e historias graciosas y Charles pudo ver el amor en los ojos de la pareja, la adoración en su mirada, y sonrió, Amelie sería feliz, su pequeña hermana había encontrado a alguien que la amaba tal y como era, y que no dudaba en demostrarlo.

Sintió una mano unirse con la suya sobre la mesa e inevitablemente volteo su vista a Carlos, quien solo le guiñó un ojo sonriendo.

Y ahí pudo verlo, ese sentimiento persistente que no lo abandonaba, lo entendió, entendió lo que era, estaba feliz, era pura y absoluta felicidad, por fin estaba experimentadola y estaba completamente extasiado, Carlos había llegado a su vida para hacerlo feliz y por fin podía darse cuenta de ello.

Pronto la pareja se marchó, prometiendo encontrarse pronto en Mónaco antes de abandonar la casa, dejando a ambos solos.

— ¿Y bien? — preguntó el español, acariciando levemente su mejilla.

— Gracias, gracias por todo. — sonrió Charles.

— Yo no hice nada. — negó divertido. — Todo lo has hecho tu, no tienes nada que agradecerme.

— Si tengo que, quiero hacerlo, quiero agradecerte por todo. — besó su mejilla. — Gracias por hacerme feliz.

Carlos sonrió, besándolo con completa dulzura, si tan solo el supiera lo mucho que lo amaba.




¡Gracias por leer!❤

Los amo, besos ✨

Una disculpa, estoy llena de trabajo, estoy cansada y con una tesis pendiente, no me alcanza el tiempo para nada, pero aquí estoy, trayendoles un humilde esfuerzo :)

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora