52. Adiós, papá.

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— ¿Vas a dejarme cierto? — la pregunta resonó en sus oídos en cuanto entró a su motorhome, claramente no esperaba eso, al menos no tan pronto.

— ¿Por qué crees eso? — preguntó de forma mecánica, sin atreverse a mirarla.

— Charles volvió... — se limitó a responder, llevando su mano a su abultado vientre.

El silencio cayó sobre ambos, como una sombra oscura y asfixiante, haciendo que Carlos no fuera capaz de ver a la rubia a los ojos.

— Se que el es tu gran amor Carlos, iban a casarse, a mi ni siquiera me pediste ser tu novia. — sonrió de forma triste. — Estas conmigo solo por el bebé...

— Eso no... No es así. — negó. — Te quiero Isa.

— Pero no me amas, ni me amarás jamás, ¿no es así? — ella trató de buscar su mirada. — ¿Puedes al menos mirarme a los ojos?

El español levantó su mirada al fin, dejando ver el desastre mental que era en ese momento.

— ¿No me amaste nunca? ¿Ni por un segundo tu mente dejó de pensar en él? Dime, ¿al menos realmente me consideraste como la mujer con la que querías pasar el resto de tu vida? — poco a poco la mujer iba elevando la voz. — ¿Por lo menos por un segundo pensaste en amarme?

— Isa yo...

— No, por supuesto que no. — negó molesta. — Jamas hubo nada mas allá que Charles para ti, que estúpida fui, ¿como pude creer que lograría sacarlo de tu corazón? Estabas todo el maldito tiempo mirando sus fotos, escuchando su música y leyendo esa estúpida carta, era patetico.

— Por favor, basta. — el español poco a poco se hundía mas en su maraña mental.

— ¡Te abandonó! Tu estuviste ahí para él siempre y en la primera oportunidad que tuvo te dejó a un maldito lado. — gritó furiosa. — Es un egoísta de mierda y tu eres un idiota por amarlo.

— Charles no...

— Charles es el hombre que te utilizó para salir del oscuro pozo en el que el cayó por su propia culpa, te usó y te botó, esa es la verdad. — estaba realmente furiosa.

— Tu no lo conoces, tu no sabes todo lo que el tuvo que pasar, no sabes lo mucho que sufrió, el necesitaba alejarse, necesitaba irse...

— ¿Y que hay de lo que necesitabas tu? — preguntó molesta, mirándolo fijamente. — Tu solo mecesitabas que él estuviera junto a ti, te abandonó y ahora vuelve cuando ya estas rehaciendo tu vida, vuelve porque es un maldito egoísta.

— No puedes hablar de él de esa forma. — negó. — Nadie puede, el es la persona mas fuerte y valiente que he conocido, es dulce y noble, tu no puedes juzgarlo, nadie debe hacerlo, el hizo lo mejor para el.

— ¿Y por eso debía joderte a ti? — rio de forma amarga. — El no te ama ni siquiera una cuarta parte de lo que tu lo haces.

— Basta Isa, no quiero escuchar mas, yo no quiero oirte mas. — negó, llevandose las manos a la cabeza, queriendo apagar el ruido de su mente.

— Estas así por que te niegas a escuchar la maldita verdad. — siguió atacando. — ¡Abre los ojos de una maldita vez! El se aprovechó de ti, de tu amor.

El español no dijo nada más, solo tomó sus cosas y salió de su motorhome, sentía que iba a ahogarse en cualquier momento, sentía que explotaría, quería destruir todo.

— ¿Donde está el? — preguntó directo, mirando a Arthur.

— Ya se ha ido. — lo miró. — Fue al cementerio...

El español asintió, alejandose, dirigiéndose a su coche.


•~•~



Charles suspiró, parandose frente a la lapida, no había traído flores, solo había ido a cerrar un ciclo, a dejar todo atrás finalmente.

— Estoy aquí papá. — murmuró al aire. — Me tomó algunos años venir, debes comprenderme, no podía hacerlo, era difícil...

Tomó un par de respiros, sintiendo sus lágrimas acumularse en sus ojos.

— Estuve enojado contigo por años, casi toda mi vida, estuve tan enojado porque no luchaste por mi, ¿por qué nunca te diste cuenta de todo? Eras mi papá, debiste ver lo que me sucedía, debiste cuidarme, tu debías protegerme. — comenzó a desahogarse. — Fue muy tarde cuando me llevaste a tu casa, ya me habían lastimado, ya ellos me habían destrozado, ya no había nada de mi en ese chico de ojos tristes y tampoco lo viste, tu no viste muchas cosas...

Limpió sus lágrimas, sentándose frente a la lapida.

— Me tomó mucho tiempo entenderte,
pero al fin lo hice, yo se que me amabas, solo que no veías todo lo que estaba ocurriendome. — sonrió. — Escribí una canción para ti, porque recordé ese momento, en el que te dije que temía de los monstruos que estaban tras de mi, dijiste que ibas a ahuyentarlos, pero no pudiste hacerlo, no sabias que esos monstruos eran reales.

— Tengo miedo papá, me asustan los monstruos que viven dentro de mi. — murmuró asustado, mirándolo con grandes ojos.

— No hay monstruos dentro de ti cariño. — Hervé sonrió.

— ¿No hay? — lo miró con duda.

— No, los monstruos se fueron y papá está aquí, yo voy a cuidarte, te protegeré de todos. — besó su frente y sonrió.

Charles sonrió ante el recuerdo, levantándose del suelo, sacudiendo su ropa.

— Estoy aquí para decirte que te perdono, por todo, por dejarme, por no luchar por mi. — sonrió con nostalgia. — Y te prometo que voy a ser mejor cada día, porque al fin entendí que hay personas que me aman, que hay personas por las que yo debo luchar y hay a quienes debo amar, porque no voy a volver a esconderme del mundo, ese Charles ya no está, ese Charles murió contigo y con Suzette, adiós papá.

Se alejó a paso lento, encontrándose con Carlos a mitad del camino, quien se detuvo frente a el, solo mirándolo fijamente.

Charles sonrió hacia el y permitiendose ser un poco mas egoísta, se abrazó a el, siendo correspondido de inmediato por el español, quien lo apretaba mas contra el, como no queriendo volver a soltarlo jamas.

— Se que te debo una explicación, pero aun necesito ir a otro lugar, aun necesito cerrar una herida más. — suspiró y Carlos asintió, siguiéndolo, estaba dispuesto a seguirlo por el resto de su vida.


¡Gracias por leer!❤

Los amo, besos ✨🫶🏻

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora