49. Fases de un tornado II

1.2K 183 27
                                    

Fase 3. Contracción:

La contracción no es ni más ni menos que una corriente de aire frío le «cierra» el suministro de aire cálido que lo estaba alimentando. Esto hace que se contraiga y gire más deprisa, siendo más destructivo. Algunas veces al moverse más, vuelve a encontrar algún suministro de aire cálido de nuevo y vuelve a alimentarse de él, continuando con su fase de maduración. Esto hace que en ocasiones parezca que el tornado va dando saltos.

— Dejaste de usar camisetas y camisas de mangas cortas. — Pascalé lo miraba con completa pena, pena por no haberse dado cuenta jamás de todo lo que estaba sufriendo, mientras Charles, tomando un par de suspiros y valor, levantaba lentamente su suéter, mostrando cada una de las dolorosas marcas en su cuerpo.

Las lágrimas acumuladas se podían ver en los ojos de todas las personas en la habitación, quienes permanecían serios, sin saber que decir, porque, ¿que podrían decirle a alguien que estaba cruelmente marcado por la vida? ¿como consolar a alguien que sufrió toda su vida?

— Tengo marcas en todo mi cuerpo, cicatrices que no podré borrar jamás, ella me quemó, me golpeó, clavaba agujas en mi piel e incluso me hacia pequeños cortes con sus bisturíes, para después ella misma curarme y mentirle a todos, sonriendo de forma dulce, como nunca me sonrió a mi. — el monegasco agachó la mirada, avergonzado por la siguiente parte de su historia, queriendo detenerse, pero sin saber como hacerlo, había abierto su corazón, ahora no podía guardar todo de nuevo. — Quisiera decir que eso fue lo peor, yo de verdad quisiera que solo hubiese quedado ahí, pero no fue así, ella me hirió, pero William, él me mató en vida, el destruyó mis sueños, mis esperanzas, él me destrozó.

Cuando Charles cumplió 12 años sin duda fue cuando la época mas oscura de su vida llegó, su padre estaba a punto de ganar la pelea por su custodia, cuando el niño fue llamado a declarar.

Solo bastó con una mirada de su madre para que él, temeroso por las represalias y por la constante amenaza de Suzette sobre matarlo, no fuera capaz de responder ninguna pregunta, alargando aun mas el proceso de custodia, pues el juez ordenó que un psicologo y un asistente social verificara el estado del joven.

Eso fue lo que lo condenó en realidad, pues ni las torturas de su madre fueron tan crueles como lo que sucedió después.

Suzette lo llevó por orden del juez al psicólogo, quien resultó ser un encantador hombre soltero que logró conquistar a la italiana y en un par de meses, él se mudó con ellos, Charles se sentía en la gloria, pues su madre al fin había dejado de torturarlo, para solo simplemente ignorar su presencia, claro, hasta que esa terrible noche llegó.

Su madre salió a trabajar en el hospital, decidiendo esta vez cubrir el turno de la noche, dejándolo a solas con William, quien apareció de pronto en la cocina cuando el lavaba los platos de la cena, Charles por supuesto no le temía, William se había portado bien con el, era amable, cálido, se comportaba como Hervé solía ser, como un padre, hasta esa noche.

El hombre le ofreció ver una película de comedia en su habitación, diciendo que habría palomitas y dulces, haciendo que el joven asintiera emocionado, pues nunca había podido disfrutar realmente de una noche de palomitas y dulces, su madre no le permitía ver películas, ni comer dulces, ni nada de eso, mucho menos reír, el tenía rotundamente prohibido reír frente a ella.

Claro que no se esperó lo que sucedería en esa habitación, no esperó jamás que el hombre comenzaría a masajear su muslo descuidadamente, ni que de pronto el acercaría su nariz a su cuello, aspirando su olor.

— ¿William? — preguntó confundido el menor.

— Tranquilo Charlie, solo quiero probar un poco. — le sonrió. — ¿Tu no me tienes miedo cierto?

— No. — negó, sintiéndose incómodo.

— Y no debes temerme, porque te amo Charlie y yo nunca te haría daño. — subió su mano lentamente hasta su entrepierna, masajeando lentamente la zona, haciendo que Charles intentara apartarse. — Tranquilo mi pequeño niño, no te haré daño, te mostraré como es el amor.

— No quiero. — negó, intentando evitar que el mayor bajara sus pantalones, sin éxito alguno. — ¿Que haces? Para por favor, no me gusta esto... ¡Detente!

— Si te resistes será peor para ti mi bebé, yo no me voy a detener...

Esa noche William abuso sexualmente de él por primera vez, abusos que se repitieron constantemente, incluso cuando su madre se enteró, pues encontró otra forma de lastimarlo, esta vez con la excusa de que el se había insinuado a su ahora esposo y que ese debía ser su castigo.





•~•~








Fase 4. Maduración:

Como todo ser humano, en este caso no humano, todo tiene su fin, en los tornados la fase de decaimiento. Se puede reconocer porque la parte de la chimenea del tornado empieza a adelgazar llegando a parecer una cuerda hasta que desaparece totalmente.

Charles se negaba a levantar la mirada, no quería ver la lastima en los ojos de todos ahí, no quería ver el asco en sus rostros, mucho menos en el de Carlos, no podría soportarlo, no en el.

— Abusó de mi por 2 años, el ayudaba a mi madre a curarme después de las golpizas que me daba. — se detuvo. — Nunca pude saber porque me odiaban tanto y solo quisiera preguntarle ¿saben? Quisiera saber si en realidad fui un estorbo desde que nací, si es cierto que jamás fui amado cuando era un niño, porque viví tantos años con ese sentimiento, porque en realidad nunca viví, porque siempre quise morir.


Fue cuando cumplió 14 años que el infierno y las torturas llegaron a su fin, su padre después de 4 años ganó su custodia o bueno, Suzette renunció a la pelea, yéndose del país junto a su esposo con una gran suma de dinero que Herve les había dado.

Charles se mudó junto a Pascale y Herve, al principio fue dificil porque el no hablaba mucho, realmente no hablaba nada y lo poco que lo hacia no eran mas que respuestas antipáticas y poco amables, era grosero y desconfiado.

Solía usar camisas de manga larga o sudaderas, nunca estaba sin camisa puesta, ni siquiera en la piscina, se negaba a que alguien viera lo que le habían hecho, pues no quería que nadie supiera que era un niño desobediente y que los castigos habían sido solo por su culpa.

Un día simplemente no pudo mas y estalló, Herve por accidente vio las cicatrices en su espalda y el no pudo mas, dijo la verdad, o solo una parte de ella, la menos cruel, no habló del abuso sexual, ni siquiera fue capaz de decir que no había sido solo una vez sino miles, solo le dijo a su padre que un día estaba lavando platos, fue estúpido y uno se resbaló y se rompió, y su madre lo castigó por ello.

— Papá me llevo a terapia cuando intenté suicidarme la primera vez, lo recuerdo bien, fue cuando llegué a su casa, Arthur, Lorenzo y Amelie me mostraron sus habitaciones, todos sus juguetes, sus fotografías en familia, me mostraron como eran de felices ahí y yo estaba tan molesto porque yo no era feliz, me encerré en el baño e hice dos cortes profundos en mis venas, pero el me encontró. — secó sus lágrimas. — Viví a su lado por 4 años, hasta que Mark llegó y con ello mas dolor, pero George me salvó, él salvó mi vida por segunda vez y volvió a hacerlo esta vez y yo ni siquiera se si yo merezco ser salvado de nuevo, porque soy autodestructivo y no quiero destruirlos también.

— Tu vales la pena mi ángel y todos te enseñaremos eso, todos te mostraremos cuanto te amamos. — Carlos lo abrazó, permitiéndose llorar también, llorar por el, por su amor, por todo lo que su pequeña estrella sufrió.

Porque si, el comportamiento de un humano perfectamente podía ser el de un tornado y porque a veces necesitamos destruir todo para volver a comenzar, como un renacer, una nueva oportunidad”.

¡Gracias por leer!❤

Los amo, besos ✨

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora