34. Conociendo a la familia.

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— No creo que sea una buena idea. — negó nervioso el menor.

— ¿Que? Claro que es buena idea, vamos a casarnos ángel, debes conocer a mi familia. — le sonrió, observando el semblante preocupado del monegasco. — ¿Que ocurre? ¿Por qué estas tan nervioso?

Acarició lentamente su mejilla y Charles recargó la cabeza en su mano, haciéndole sonreír.

— No creo agradarles. — negó incómodo. — No soy el tipo de persona que le agrada a todos, en realidad creo que casi no le agrado a nadie.

— A mi si. — besó su mejilla. — Y a mi familia también, ya te conocen cielo, te han visto en televisión, Ana ama tus canciones y Blanca te adora, no debes preocuparte por eso.

— ¿Y si no le agrado a tu papá o a tu mamá? — lo miró preocupado. — No quiero ponerte las cosas difíciles.

— No lo serán mi amor, si no les agradas, pues que pena por ellos, porque eres increíblemente encantador y hermoso. — le guiñó un ojo. — Vamos, es hora.

Carlos bajó del auto, rodeándolo hasta llegar a la puerta de copiloto y abrirla, ayudando al ojiverde a bajar.

El español tomó su mano, guiándolo hasta la puerta de la casa, para después tocar el timbre.

— Oh Carlos, bienvenido cariño. — una mujer castaña de ojos chocolates abrió la puerta, lanzandose a los brazos del español en cuanto lo vio. — Pero mirate hijo, que guapo estas.

Charles no podía comprender muy bien lo que decía, su español era bastante limitado, pero aun así sonrió por la efusividad de la mujer, quien después de examinar a su hijo, le dio una fuerte palmada en el hombro.

— ¿Pero quien te crees que eres para no visitar a tu madre en seis meses? — regañó, tomando por sorpresa a Carlos, quien solo rio.

— Hay una explicación mamá. — le sonrió Carlos, tomando la mano de Charles. — Quiero presentarte a alguien...

— Oh por Dios, no puede ser. — sonrió. — ¡Carlos, Ana, Blanca! El trajo a alguien.

La mujer desapareció como un torbellino por el pasillo, logrando que Carlos riera aun mas, entrando junto a Charles en la gran casa familiar.

— ¿Alguien? ¿Quien? ¿Es quien creo? — Ana preguntaba interesada.

— No lo se, pero ese chico es una lindura. — mencionó la mamá, mientras Carlos señor, la miraba interesado.

— ¿Segura que viene con él de esa forma? ¿No te confundiste Reyes? — la miró curioso.

Charles aun no podía entender de que hablaban, pero escuchaba perfectamente los murmullos y observaba a Carlos preocupado.

Dentro de el tenia el presentimiento de que no iba a agradarles, la idea tan arraigada en su mente de que no era suficiente lo estaba consumiendo.

Carlos notó su preocupación y besó delicadamente su mejilla, haciéndolo sonreír de inmediato.

— Es él, lo se. — la mujer asintió convencida.

— Hola familia. — Carlos llamó su atención, frenando la conversación.

— Carlos hijo. — sonrió el señor, acercandose a abrazarlo. — Que bueno verte.

— También los extrañé papá. — sonrió, entendiendo el reproche en la mirada del mayor.

— Hola muchacho. — Carlos señor le habló al ojiverde, logrando ponerlo aun mas nervioso.

— Hola. — su voz apenas fue audible, haciendo sonreír a las dos chicas.

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora