— Le dije a Carlos que tenía que elegir, le dije que debía decidir si quería estar contigo o si quería conocer a su hijo. — admitió Isa, llevaba un par de horas ya en la casa de Charles, se había calmado lo suficiente como para mantener un conversación menos mordaz.
Y aunque le doliese admitirlo, entendía porque Carlos amaba a ese chico, solo le habían bastado un par de horas con el y la comodidad que sentía era impresionante.
— Se lo que va a decidir. — sonrió el menor.
— Se decidirá por ti. — soltó amargamente la chica. — Nada, ni nadie vale mas que tu para el.
— Entonces supongo que aun no lo conoces lo suficiente. — la miró a los ojos, mientras le ofrecía un plato de pasta. — No me juzgues, es lo único que se cocinar.
— ¿Vas a irte a Florida con Carlos? — preguntó ella.
— Voy a regresar a Florida porque ahí está mi casa, Isa, ahí están mis amigos y las personas que quiero, pero no creo que Carlos vuelva conmigo. — el la miró, la serenidad en su rostro no desaparecía. — Lo pusiste a elegir, ¿recuerdas?
— Te elegirá de cualquier manera. — siguió comiendo.
— No lo hará, porque ama mas a su hijo de lo que me ama a mi. — detuvo sus palabras un momento. — Y puede que sea infeliz, pero el amor por su hijo será suficiente para que se quede contigo.
— ¿Y tu no tratarás de robartelo? ¿No intentarás quitarnoslo? — lo miró de forma acusadora.
— Su corazón me pertenece Isa, no puedo robarme algo que ya es mío, pero si tu inquietud es si voy a entrometerme en su vida, puedes estar tranquila, no voy a interferir mas. — suspiró. — En realidad me preocupa mas como puedas sentirte tu...
— No seas hipócrita, te estoy impidiendo estar con tu gran amor. — soltó mordaz. — No tienes que fingir que te agrado.
— No lo finjo, fingí mucho tiempo, ya no lo hago mas. — terminó de comer. — Y en realidad me preocupas, no precisamente porque te aprecie, en realidad no te conozco, pero conocí a alguien igual a ti y ese alguien destrozó a lo que mas amaba porque se sentía infeliz, porque se sentía herida e hirió a otros para aliviar su dolor, no quiero que vivas la vida que ella tuvo y mucho menos quiero que tu hijo viva lo que yo viví, sentirse odiado o el culpable porque tus padres son infelices no es precisamente lo que deseas para la persona que amas.
— ¿Crees que no seré feliz con Carlos? — lo miró ofendida.
— Creo que ninguno de los dos será del todo feliz. — la miró. — El sol se está poniendo, ¿quieres ver algo increíble?
Charles la ayudó a levantarse, tomando un tarro de chocolate y helado de la cocina, para guiarla hasta la terraza en el techo, dándole una maravillosa vista del sol uniendose al mar.
— Es un paisaje hermoso. — ella observó maravillada, ignorando un poco la compañía a su lado.
— Siempre me gustó el sol, su brillo, la forma en que calentaba y llenaba de calidez todo a su paso. — explicó el, destapando ambos tarros y compartiéndole una cuchara, ayudandola a sentarse junto a el.
— ¿Por qué no me odias aun Charles? Después de todo lo que dije. — preguntó después de un gran rato, en el que solo compartieron helado y chocolate, mirándolo confundida. — Yo me odiaría, me detestaría después de todo lo que dije, prácticamente quería que desaparecieras de la faz de la tierra, quería que murieras.
— Yo ya sané Isa, mi alma ya no guarda odio por nadie y no puedo odiar a quien hizo feliz al amor de mi vida. — le sonrió. — Podrías sentirlo si te dieras la oportunidad de ver mas allá, es liberador no guardar rencor.
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Ágape ||• Charlos •||
FanfictionEn la cultura griega antigua, la palabra ágape expresa el amor incondicional. Es un amor que tiene como prioridad el bienestar de los demás, es decir, supone aceptar al otro indistintamente de sus imperfecciones. Ágape es un amor profundo y generoso...