— ¿Donde estabas? — Isa reclamó, observándolo llegar. — ¿Estabas con el no? Pasaste la maldita noche con el.
— Te prometí que jamás te mentiría. — la miró a los ojos. — Si estuve con el, no de la forma en que piensas, no te engañé de esa manera, pero si lo hice de otra, porque cuando lo vi, todo desapareció para mi.
— ¡Y me dices eso! — gritó furiosa, dándole golpes y empujones en el pecho. — ¿Como pudiste? ¿Como puedes hacerme esto?
La rubia comenzó a llorar, dejando salir todo el dolor contenido.
— ¿Por qué no puedes amarme? Te daré un hijo, yo te amo tanto que tendré un hijo tuyo, tendré un hijo que no deseaba solo por ti. — lo miró a los ojos. — ¿Por qué lo prefieres a él? ¿Que tiene el que no tenga yo?
— Lo siento, lamento no poder corresponderte. — se acercó a ella, envolviendola en un abrazo. — Quisiera poder hacerlo, me habría evitado tanto dolor si tan solo te amara a ti...
— Pero no soy Charles. — terminó la oración ella. — No soy él y para mi desgracia él llegó primero a tu vida, solo no puedo entenderlo, yo no puedo comprender como puedes amar a alguien que te dejó a un lado, a alguien que te abandonó sin miramientos, que te apartó sin remordimiento.
— No elegimos a quien amar Isa. — la miró a los ojos. — Yo le pertenecí a Charles desde que lo vi por primera vez afuera de mi motorhome, le pertenezco desde entonces y así será toda mi vida.
— Desearía que jamás hubiese vuelto. — admitió. — Una parte de mi desearía completamente que el estuviese muerto.
— ¿De que hablas? ¿Como puedes decir eso? — negó incrédulo.
— Estarías conmigo si el muriera, tu estarías junto a mi, me amarías a mi de ser así. — se aferró a su cuerpo, abrazándolo por la cintura.
Carlos la observó incredulo, sin poder comprender muy bien como era que por su mente pasaban esas ideas tan retorcidas.
— Podemos huir, podemos irnos a cualquier otra parte del mundo, se que podrás amarme con el tiempo, yo se que lograría que me adoraras de la misma forma en que lo amas a el. — lo miró, mientras el la apartaba con delicadeza de su cuerpo.
— Lo siento Isa, pero amo a Charles, lo amo tanto que estar sin el es un infierno y yo no puedo dejarlo ir de nuevo. — negó, observando como la mujer perdía los estribos de nuevo.
— No vas a estar con él. — soltó determinante. — No estarás con él o haré hasta lo imposible por que no vuelvas a saber mas de tu hijo jamás.
— ¿De que hablas? — la miró confundido.
— Te lo advierto Carlos, es tu hijo o Charles, tu decisión. — el español estaba completamente confundido, ¿donde había quedado la dulce chica que había conocido? — No vas a ser feliz con el, no mientras yo me hundo en la miseria, no lo voy a permitir...
— ¿Enloqueciste? — comenzó a alterarse también.
— Es mi última palabra, si vuelves con el me iré a cualquier otro lugar del mundo y no volverás a saber nada de mi, ni de nuestro hijo. — lo miró una última vez, dejando ver el fuego del dolor y el rencor en sus ojos, mismo que le quemaba el alma con intensidad, para después salir del departamento, dejándolo hundirse en sus pensamientos.
¿Charles o su bebé? ¿Su felicidad o su hijo? Tenía clara la respuesta, por mucho que le doliera.
•~•~
Charles se encontraba en su casa cuando su timbre fue tocado con insistencia, tanta que rápidamente corrió a abrir, notando como una furiosa chica rubia entraba sin miramientos.
— ¿Debes estar feliz no? Eres un oportunista descarado, ¿ya conseguiste lo que querías? — reclamó, golpeando su pecho con su mano. — ¿Como pudiste hacernos esto?
El monegasco no dijo nada, solo la dejó desahogarse, sabia como debía sentirse, no podía culparla ahora por sus acciones.
— ¿Para que volviste? ¿Por qué? Carlos estaba bien sin ti, te estaba superando, dejando a un lado y tu tenías que aparecer y arruinarlo todo. — le gritó. — ¿No te cansas de hacerlo? ¿No te cansas de arruinar todo a tu alrededor? Dime, ¿por qué volviste? Porque ser tan egoísta y volver cuando ya el estaba sanando, lo abandonaste, lo desechaste y tiraste como un trapo viejo, lo hiciste a un lado cuando el dejó de servirte y ahora vuelves como si nada hubiese pasado, como si no lo hubieses dejado con el corazón roto, ¿como puedes ser así de egoísta?
— Lo siento. — murmuró tranquilo. — Lamento haber vuelto y haberte quitado todo, yo en realidad lo siento mucho.
Fue entonces que Isa dejó salir todo el dolor reprimido, soltando pequeños sollozos, aflojando su agarre de la camisa de Charles, quien solo atinó a abrazarla.
— Lamento lastimarte, tu no lo mereces. — siguió dándole consuelo, guiandola hasta el sofá en medio de la sala, dejándola un momento a solas para ir por un poco de agua.
— ¿Por qué lo abandonaste? — preguntó en un hilo de voz, cuando sus nervios ya se habían calmado. — El te amaba, te ama mas de lo que se ama a si mismo, ¿por qué simplemente te fuiste?
— Porque quería sanar, el merecía la mejor versión de mi y yo no podía dársela en ese momento. — admitió. — Tienes razón en algo, yo fui egoísta y huí, huí del mundo y de los recuerdos, pero sobretodo del dolor, tenía demasiado miedo y también estaba tan furioso, que solo quería escapar, así que lo hice.
— No lo mereces, no mereces que te ame de la forma en que el lo hace. — lo miró a los ojos.
— Lo se, pero así funciona el amor. — sonrió un poco. — Nos destruimos tratando de reconstruir a alguien mas, cometemos esos errores, pero eso nos hace fuertes, Carlos me ama y yo lo amo a el, con ls misma intensidad y fuerza, pero de distinta manera.
— ¿A que te refieres? — lo miró confundida.
— El me ama de forma pura, incondicional, única, me ama tanto que no teme destruirse por mi, por eso me alejé, yo sabía que el terminaría por destruirse con tal de arreglarme. — le sonrió. — Yo lo amé con reservas al principio, mi amor es seguro, se que no podría amar a nadie mas que a el, pero aun así, no quería que estuviese conmigo, prefería amarlo con prudencia, a lo lejos, donde no pudiese lastimarlo, porque el no lo merecía, el me salvó, yo debía salvarlo a el, aunque fuese de si mismo.
¡Gracias por leer!❤
Los amo, besos 🫶🏻✨
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Ágape ||• Charlos •||
FanfictionEn la cultura griega antigua, la palabra ágape expresa el amor incondicional. Es un amor que tiene como prioridad el bienestar de los demás, es decir, supone aceptar al otro indistintamente de sus imperfecciones. Ágape es un amor profundo y generoso...