46. Una hora.

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Carlos abrazó a Charles hasta que inevitablemente este cayó dormido, aun con rastros de lágrimas en sus mejillas.

Acarició con dulzura su rostro, soltando un enorme suspiro de frustración, ¿como iba a ayudarlo? ¿Y si cumplía con lo que había dicho y se lo llevaba a cualquier otro lugar lejos de ahí? Charles estaría mejor sin duda.

Solo tenía la certeza de algo en ese momento y era de que ese tipo no volvería a tocar a su ángel, nunca más, sin importar que tuviera que matarlo para eso, él no volvería a lastimarlo.

La enfermera entró unos minutos después, anunciando que el horario de visitas se había terminado, obligando con ello al mayor a salir de la habitación, jurandole que ella se quedaría a acompañar a Charles para que no estuviera solo, incluso prometió ayudarle a conseguir un permiso para quedarse todo el día junto a el.

— ¿Como está? ¿Está mas tranquilo? — Pascalé se acercó a preguntar en cuanto lo vio llegar a la sala de espera, notando como el pobre piloto aun parecía estar ausente.

— Carlos, habla ya, ¿conseguiste que te dijera que ocurre? — Arthur lo miró desesperado.

— Ese tipo. — los ojos de Carlos se inyectaron en furia, observando a una hermosa mujer castaña de ojos verdes ingresar a la sala de espera, tomada del brazo con un hombre bastante alto, de cuerpo robusto, cabello negro y piel blanca.

Le era imposible no reconocer quienes eran, esa mujer le recordaba por completo a su ángel, mismos ojos, misma mirada, misma sonrisa, ¿como alguien tan perverso y cruel había tenido a alguien tan hermoso y dulce como Charles?

La pareja se acercó hasta recepción, fingiendose preocupados, mientras preguntaban por el estado de Charles.

— Lo lamento, no podemos darles información del paciente. — se negaba la enfermera.

— Soy su madre, es mi hijo quien está ahí dentro, le exijo saber como está y que le ocurrió. — gritó, llamando la atención.

— Enfermera, mi esposa está intranquila, pero debe entendernos, nuestro chico está ahí dentro, sólo queremos saber como está. — habló el hombre, dándole una pequeña sonrisa.

— Suzette. — Pascalé llamó su atención.

— ¿Que haces cerca de mi hijo mosca muerta? — reclamó la de ojos verdes.

— Señorita, le pido que no les dé ningún tipo de información sobre mi hijo a estas personas. — le habló a la enfermera. — Vete de aquí Suzette, vete si no quieres tener problemas.

— ¿Me estas amenazando? — la miró desafiante.

— Pascalé por dios, todos estamos preocupados por nuestro chico. — William trató de aligerar el ambiente, consiguiendo así sacar del shock a Carlos. — Mi Charles está ahí dentro, solo queremos saber si está bien.

El español no podía tolerarlo mas, ¿quienes se creían? ¿con que derecho se aparecían ahí?

— Te voy a matar imbécil. — Carlos no pudo controlarlo mas y se abalanzó contra el, propinandole un fuerte golpe en la mandibula, mandándolo al suelo. — Hijo de puta.

El español estaba furioso, golpeándolo una y otra vez, gritandole cientos de insultos, mientras los guardias del hospital trataban de apartarlo, llevandose un par de golpes también.

— Te voy a arrancar la garganta hijo de perra. — lo tomó del cuello, comenzando a asfixiarlo.

— ¡Basta Carlos! Hijo por favor, controlate. — Pascalé trató de llamar su atención, sin éxito alguno.

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora