Carlos abrazó a Charles hasta que inevitablemente este cayó dormido, aun con rastros de lágrimas en sus mejillas.
Acarició con dulzura su rostro, soltando un enorme suspiro de frustración, ¿como iba a ayudarlo? ¿Y si cumplía con lo que había dicho y se lo llevaba a cualquier otro lugar lejos de ahí? Charles estaría mejor sin duda.
Solo tenía la certeza de algo en ese momento y era de que ese tipo no volvería a tocar a su ángel, nunca más, sin importar que tuviera que matarlo para eso, él no volvería a lastimarlo.
La enfermera entró unos minutos después, anunciando que el horario de visitas se había terminado, obligando con ello al mayor a salir de la habitación, jurandole que ella se quedaría a acompañar a Charles para que no estuviera solo, incluso prometió ayudarle a conseguir un permiso para quedarse todo el día junto a el.
— ¿Como está? ¿Está mas tranquilo? — Pascalé se acercó a preguntar en cuanto lo vio llegar a la sala de espera, notando como el pobre piloto aun parecía estar ausente.
— Carlos, habla ya, ¿conseguiste que te dijera que ocurre? — Arthur lo miró desesperado.
— Ese tipo. — los ojos de Carlos se inyectaron en furia, observando a una hermosa mujer castaña de ojos verdes ingresar a la sala de espera, tomada del brazo con un hombre bastante alto, de cuerpo robusto, cabello negro y piel blanca.
Le era imposible no reconocer quienes eran, esa mujer le recordaba por completo a su ángel, mismos ojos, misma mirada, misma sonrisa, ¿como alguien tan perverso y cruel había tenido a alguien tan hermoso y dulce como Charles?
La pareja se acercó hasta recepción, fingiendose preocupados, mientras preguntaban por el estado de Charles.
— Lo lamento, no podemos darles información del paciente. — se negaba la enfermera.
— Soy su madre, es mi hijo quien está ahí dentro, le exijo saber como está y que le ocurrió. — gritó, llamando la atención.
— Enfermera, mi esposa está intranquila, pero debe entendernos, nuestro chico está ahí dentro, sólo queremos saber como está. — habló el hombre, dándole una pequeña sonrisa.
— Suzette. — Pascalé llamó su atención.
— ¿Que haces cerca de mi hijo mosca muerta? — reclamó la de ojos verdes.
— Señorita, le pido que no les dé ningún tipo de información sobre mi hijo a estas personas. — le habló a la enfermera. — Vete de aquí Suzette, vete si no quieres tener problemas.
— ¿Me estas amenazando? — la miró desafiante.
— Pascalé por dios, todos estamos preocupados por nuestro chico. — William trató de aligerar el ambiente, consiguiendo así sacar del shock a Carlos. — Mi Charles está ahí dentro, solo queremos saber si está bien.
El español no podía tolerarlo mas, ¿quienes se creían? ¿con que derecho se aparecían ahí?
— Te voy a matar imbécil. — Carlos no pudo controlarlo mas y se abalanzó contra el, propinandole un fuerte golpe en la mandibula, mandándolo al suelo. — Hijo de puta.
El español estaba furioso, golpeándolo una y otra vez, gritandole cientos de insultos, mientras los guardias del hospital trataban de apartarlo, llevandose un par de golpes también.
— Te voy a arrancar la garganta hijo de perra. — lo tomó del cuello, comenzando a asfixiarlo.
— ¡Basta Carlos! Hijo por favor, controlate. — Pascalé trató de llamar su atención, sin éxito alguno.
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Ágape ||• Charlos •||
FanfictionEn la cultura griega antigua, la palabra ágape expresa el amor incondicional. Es un amor que tiene como prioridad el bienestar de los demás, es decir, supone aceptar al otro indistintamente de sus imperfecciones. Ágape es un amor profundo y generoso...