44. Otra vez.

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El camino al hospital fue borroso para George, quien sin dudarlo subió a la ambulancia con el menor, que por suerte, pudo ser reanimado por un paramédico y ahora tenía nuevamente signos vitales.

Corrió tras la camilla hasta que una enfermera se puso en camino, evitandole ir mas allá.

— No puede entrar señor. — negó la mujer.

— Debo hacerlo, Charles está ahí, no le gusta estar solo y odia estar con personas que no conoce. — murmuró en shock. — Por favor, déjeme ir con él...

— No puede hacerlo, pero no estará solo. — trató de calmarlo la mujer. — Hay muchas personas ahí dentro tratando de salvar su vida, ¿Por qué no viene conmigo? Hace frío y su ropa está empapada.

La enfermera lo condujo hasta la sala de espera, cubriendolo con una manta, mientras le daba una sonrisa.

— ¿Hay alguien a quien quiera llamar? — lo miró sonriendo.

— Mi teléfono se dañó cuando entré a la piscina, no puedo llamar a nadie. — negó.

— Yo llamaré a quien usted quiera. — le sonrió y George le dio el número de Pierre, quien en menos de 30 minutos estaba entrando apresurado al hospital.

— Mon amour. — corrió hasta él, abrazándolo. — ¿Qué ocurrió? ¿Como está el?

— Entró hace media hora y nadie me dice nada. — lloró. — El intentó matarse Pierre, otra vez, me juró que no lo volvería a hacer y no... Si no hubiese llegado... Estaba en la piscina, tomó un frasco entero de pastillas para dormir y...

— Shh, tranquilo amour. — lo abrazó. — Nuestro chico va a estar bien...

— Debemos avisar a su familia y a Carlos, ellos deben saber... — secó sus lágrimas.

— Yo lo haré, ¿Por qué no... Por qué no te cambias? Traje ropa para ti. — le entregó un bolso. — No quiero que enfermes cariño.

•~•~

— Familiares del señor Leclerc. — un hombre apareció en la sala de espera, mientras Kimi, George y Pierre se acercaban.

— Yo soy su apoderado legal. — Pierre indicó. — ¿Como... Como está él?

— Le realizamos un lavado de estómago debido a la gran cantidad de pastillas que ingirió, por suerte, lo encontraron a tiempo. — sonrió. — Estará inconsciente por muchas horas más, puedo recomendarles que vayan a casa y descansen.

— ¿Alguien puede quedarse con él? Odia estar solo. — preguntó George.

— No por ahora, está en terapia intensiva, lo pasarán a piso en un par de horas y puedo mandar a una enfermera por alguno de ustedes. — le sonrió. — Señor, me gustaría hablar con usted sobre otro asunto, es importante.

— Claro, pero, su familia llegará en algunas horas, ¿podríamos esperarlos? — preguntó Pierre.

— Preferiría comentarlo ahora mismo. — lo miró preocupado.

— Entiendo, yo... Puede decir lo que sea frente a ellos, George es mi esposo y su amigo y Kimi es su terapeuta. — los presentó.

— Acompañenme a mi consultorio, es un asunto un poco delicado. — los guío por los pasillos. — Pueden sentarse.

— Doctor, estoy preocupado, ¿por qué tanto misterio? — soltó George.

— Voy a ser directo con ustedes, evaluamos las condiciones médicas del paciente, le hicimos algunos estudios y llegamos a la conclusión de que el señor Leclerc fue o está siendo víctima de abuso sexual y violencia física. — soltó sin más. — Es mi trabajo informar a las autoridades correspondientes, pero no puedo hacerlo sin una autorización del paciente.

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora