40. Una botella tras otra.

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Estaba solo, como siempre lo estuvo, como siempre debió haber estado.

Habían pasado seis semanas desde que había corrido a todos de su casa, su gira había sido pospuesta hasta nuevo aviso y por supuesto que los fanáticos no tardaron en preocuparse, pues solo se les había dado una simple explicación, Charles decidió posponerla, porque tuvo complicaciones médicas por el cansancio.

Se sentía mal por mentirle a todos, pero no podía evitarlo, no quería salir de su casa y no lo había hecho, incluso les dio vacaciones a todos sus empleados, quería estar completamente solo, aislado con sus pensamientos.

El teléfono de su casa sonaba una y otra vez, pero el no respondía, claro, escuchaba todos los mensajes, pero solo eso, la mayoría solían ser de Pierre, George y Carlos, algunos mas de Kimi y Seb, incluso hasta Lando.

Le dolía ignorarlos, pero era mejor así, se había dado cuenta de lo destructivo y cruel que era, no quería seguir lastimando a nadie mas.

La puerta de su casa también era tocada a diario, pero el fingía no estar, le había dejado un mensaje a Pierre acerca de que se iría de vacaciones un tiempo, así que le funcionaba, si nadie abría la casa, quizás le creerían, aunque a decir verdad, ¿a donde iría? No podía escapar a ningún lugar, William lo encontraría de igual forma.

Solo podía seguir haciendo lo que hasta ahora hacia, ceder, así como lo había hecho durante esas semanas, cedía a todo lo que ellos le pedían, si, había perdido su fuerza y voluntad, ahora no era mas que un titere que él manejaba a su antojo.

Era ironico, ahora mismo preferiría tener la espalda destrozada por latigazos a estar en esa posición, solo, adolorido y abandonado, otra vez, aunque esta vez si se lo merecía.

Lloraba cada noche, eso era algo que podía admitir, se abrazaba a la almohada que usaba Carlos y fingía estar junto a él, aunque terminara con el corazón destrozado al darse cuenta que no era así.

— ¿Quieres callarte de una vez maldito perro? — gritó frustrado, observando al cachorro guardar silencio por un momento, mientras agachaba la cabeza, sabiendo que estaba siendo regañado.

El cachorro se acercó lentamente hasta el, echándose sobre sus piernas, lamiendo sus manos, para depues soltar un aullido lastimero.

— Lo siento, lo siento copito. — acarició su lomo, rompiendo a llorar. — No es tu culpa, nada de esto lo es.

El cachorro apoyó la cabeza sobre sus patas, como si realmente pudiera comprender lo que si dueño decía.

— Estoy solo otra vez y nuevamente está William haciéndome daño, ya no puedo soportarlo mas. — siguió desahogándose. — Y estoy tan molesto con todos, ¿por qué ellos pueden ser felices y yo no? ¿por qué siempre me abandonan? Se que es en parte por mi culpa, yo les dije que se fueran, pero aun así no dejo de sentir dolor, es como una daga atravesandome una y otra vez, ¿cuando va a terminarse todo esto? ¿En realidad soy tan malo? Dime copito, ¿merezco todo esto? ¿Merezco que nadie luche por mi?

Lo miró, esperando una respuesta que sabía que nunca iba a obtener, al menos no de el, pero se sentía bien hablar, sacarlo todo.

— Me siento sucio, siento que no merezco nada ni nadie, como si fuera un desecho, solo basura en la vida de las personas, mi papá me dejó, mi mamá nunca me amó, no puedo recordar ni un solo momento en que me haya sentido suficiente, ¿no soy suficiente?

Un ruido proveniente de su teléfono interrumpió sus pensamientos, era un mensaje de William, seguidos por mas.

“Te veré esta noche donde siempre mi bebé, me muero de ganas por estar contigo”.

“No tengo que recordarte lo que sucederá si no asistes, ¿cierto?”.

No, no tenía que hacerlo, lo sabía muy bien, ya lo había vivido antes.

“Y ya no quiero verte lloriquear mas por ese piloto, así que mira esto, si el pudo superarte a ti, puedes hacer lo mismo”.

Envió una serie de fotos despues de ese ultimo mensaje, donde se podía ver a Carlos junto a una chica rubia hermosa, ambos se veían demasiado juntos, incluso había una donde iban tomados de la mano.

“¿Lo ves? Aun lo tengo vigilado.

Aunque si me preguntas, esa chica no te llega ni siquiera a la suela del zapato”.

Charles lo dejó en visto, concentrándose en las fotos, Carlos se veía muy bien a sus ojos, estaba sonriendo y sus ojos brillaban, no era el mismo que había salido de su casa hace un mes y medio, ya no.

Y ella, la chica en realidad era muy bonita, su cabello brillaba con el sol y su rostro era el de un ángel, incluso podía apostar que Carlos la llamaba de esa manera, ella si le hacia justicia a ese apodo.

El monegasco sonrió entre lágrimas, dándose cuenta al fin de todo, la vida había seguido sin el y aunque el se detuvo, el mundo siguió avanzando, su dolor no era importante para nadie, solo para el.

Lanzó el teléfono a algún rincón, sin prestar atención realmente, concentrándose en el cachorro.

— Me apetece un trago. — dijo para si mismo, abriendo la bodega, en la que George guardaba el vino y demas bebidas para ocasiones especiales.

Sacó 5 botellas diferentes, en realidad no sabía que eran, solo esperaba que lo adormecieran lo suficiente para aguantar lo que sabía que vendría cuando fuera a la cita con William.

Las horas pasaban y una botella tras otra se iba vaciando, hasta que sin saber como, estaba destapando la quinta botella.

Llevó la botella y el vaso hasta la piscina, siendo seguido por su fiel compañero, su cachorro, quien jugueteaba emocionado, corriendo por todos lados.

— ¿Se siente bien ver el sol no? — sonrió el monegasco, sentándose en la orilla de la piscina, mojando sus pies. — ¿Sabías que no se nadar?

Soltó una gran carcajada, tomando mas de su vaso.

— ¿Es ridículo no? Teniendo está gran alberca y nunca fue usada por nadie. — negó, acariciando la cabeza del perro. — Pero es que tengo unas marcas muy asquerosas en el cuerpo y nunca quise que nadie las viera, así que evitaba las albercas e ir a la playa en familia.

Su sonrisa poco a poco se fue apagando.

— Ellos están mejor sin mi, todos, y estarían mejor si ya no tuvieran que preocuparse por lo que pueda pasarme.

¡Gracias por leer!❤

Los amo, besos ✨

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora