31. Bandera a cuadros.

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La bandera había caído, los ganadores habían sido anunciados y después de un largo festejo con champaña en el que Sergio por fin pudo nombrarse ganador del Gran Premio de México, Carlos bajaba del podio, buscando entre todas esas caras conocidas, la única que quería ver.

Y ahí estaba, mirándolo también, dandole una gran sonrisa abierta, haciendo su corazón bombear a mayor velocidad, recordándole cuan enamorado estaba de él.

Su mirada se desvío por un segundo hacia Arthur, quien sostenía orgulloso su premio de tercer lugar, mientras era abrazado por Lorenzo.

Carlos se apresuró hasta llegar con Charles, metiéndose entre la multitud, dandole una sonrisa antes de tomar su nuca y acercarlo para besarlo, con completa dulzura y amor, siendo capturado por los cientos de cámaras ahí.

— ¿Y eso por qué fue? — le sonrió el menor.

— Porque te quiero. — sonrió también, tomando su mano para salir de ese lugar y adentrarse en el motorhome del español.

— No se como Arthur y tu pueden hacer esto, creo que tuve cuatro infartos en toda la carrera. — rio el monegasco.

— No lo se, supongo que es mi pasión, es mi sueño. — se encogió de hombros. — Como es el tuyo ser un artista.

— No se si eso sea mi sueño exactamente, pero me gusta. — sonrió, sentándose frente a el.

Unos toques en la puerta los interrumpieron, haciendo que Charles observara al mayor completamente en pánico, ¿eran sus hermanos? No sabía si estaba listo para enfrentarlos aun, aunque tampoco le quedaba de otra, era momento de sanar.

Carlos abrió la puerta, confirmando sus sospechas, mientras dos tímidos monegascos lo miraban impacientes.

— Hey Carlos, felicidades, estuviste increible. — felicitó Lorenzo, tratando de romper la tensión.

— Gracias, aunque Arthur, lo hiciste muy bien hoy. — le sonrió.

Carlos se hizo a un lado, dejándolos entrar, mientras Charles se levantaba de su asiento, ¿se había olvidado de como respirar acaso? Probablemente, pues sentía como poco a poco iba ahogándose por la tensión.

— Hola Charles. — Lorenzo fue el primero en hablar, dándole una pequeña sonrisa. — Es bueno verte, ¿como... Como estás?

El ojiverde intercaló su mirada entre ambos, para después observar a Carlos, quien solo asintió, tratando de transmitirle confianza.

— Lo siento. — comenzó, ignorando la pregunta, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. — Lamento todo lo que hice y lo que dije contra ustedes, no lo merecían, lo se, es solo que estaba tan enojado por todo...

Las lágrimas brotaron al fin y Charles, en un intento de valentía, se lanzó a los brazos de su hermano mayor, quien lo recibió gustoso y completamente conmovido, lo había extrañado tanto.

— Está bien Charles, todo está bien, no tenemos nada que perdonarte, te extrañamos tanto. — besó su cabello, mirando a Arthur, invitándolo a unirse al abrazo. — Te extrañamos estrella de rock.

El ojiverde soltó una risita al escuchar nuevamente el apodo, limpiando poco a poco sus lágrimas, volviendo su mirada hacia Carlos, quien solo le sonrió, todo estaba bien, todo iba a mejorar.








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— Y entonces Amelie se arrodilló frente a él y le pidió casarse. — contó Lorenzo, soltando una carcajada. — Su rostro fue gracioso, Adam también tenía un anillo en su bolsillo.

— Tienes que conocerlo, es un buen chico. — Arthur sonrió, comiendo una papa.

Habían optado por ir a un McDonald's que estaba cerca del circuito a comer, claramente con intenciones de alargar un poco mas el tiempo juntos, mientras le contaban todo lo que se había perdido los ultimos 4 años.

Charles no hacia mas que reír, disfrutando el momento, hacia tanto tiempo que no estaba con ellos, que definitivamente se sentía encantado con su presencia.

Carlos por inercia sonreía, ver a Charles reír sin duda era lo mejor de su día, era maravilloso, realmente deseaba que continuara así, quería escuchar su rara risa por el resto de sus días.

Tomó su mano por encima de la mesa, dándole un guiño cómplice, haciéndolo sonrojar de inmediato, mientras ambos hermanos los miraban con curiosidad.

— Entonces... ¿Ustedes están saliendo? — preguntó el menor de los Leclerc.

— No oficialmente... — Charles comenzó.

— Por supuesto que si. — Carlos lo interrumpió. — No se lo he pedido formalmente aun, pero es lo que mas deseo.

Los brillantes ojos de Charles se enfocaron en el, dándole una de las sonrisas mas deslumbrantes que había visto, reconfortandolo de cierto modo al saberse responsable de ella.

— Estoy feliz al verte así Char, tu, realmente mereces esto. — Lorenzo le sonrió y es que en realidad lo pensaba, su hermano ya había pasado por mucho y aunque no conociera toda su historia, sabía que la vida había sido cruel con el, lo supo cuando vio aquellas cicatrices.

Los cuatro siguieron hablando y riendo, hasta que dos horas después, Charles le recordó a Carlos que tenían que volver a Florida, el debía tomar un vuelo a Madrid, su gira estaba a punto de comenzar.

Se despidió de sus hermanos, prometiendoles esta vez mantenerse en contacto y prometiendoles también invitarlos pronto a Florida, en el descanso de la gira.

Salió del restaurante junto a Carlos, quien nuevamente tomó su mano, como si de un gesto natural se tratase, como si fuese una costumbre, algo que había hecho siempre.

Ambos se apresuraron a llegar al auto y Carlos lo guió hacia el interior, para después subir el y avanzar, deteniéndose un segundo en el camino, quería mostrarle algo.

— Ven aquí ángel. — le sonrió, bajando del auto, encaminándose ambos hasta el límite del barranco.

Charles sonrió al ver el paisaje, el atardecer era una de las cosas que mas le gustaba, ver como el cielo poco a poco se iba pintando de naranja, mientras el sol bajaba lentamente, haciendo el día agonizar, dándole paso a la noche, era hermoso.

— Es hermoso. — sonrió, observando a Carlos, quien ya tenía los ojos fijos en el.

— Si, tu eres hermoso. — sonrió, concentrándose en el, Charles lucía aun mas bello con la hora dorada, su piel y su cabello brillaban, dándole un aspecto mucho mas encantador y sus ojos, esos resplandecian, logrando verse mas claros, mucho mas hermosos.

Se acercó lentamente, acunando el rostro del menor entre sus manos, permitiendose besarlo.

Soltó un gran suspiro al separarse, sintiendo su pecho hincharse de felicidad, sintiendo la misma adrenalina que cuando ganaba una carrera y podía entender el porque.

Conocer a Charles había sido la bandera a cuadros para el, su triunfo.






¡Gracias por leer!❤

Los amo, besos ✨

Ágape ||• Charlos •|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora