Prólogo

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❝ Cariño, me levante de entre los muertos, lo hago todo el tiempo ❞

Los prisioneros de Azkaban escucharon el siseo de unas serpientes al igual que el sonido de sus cascabeles. Eso solo significaba una cosa y ellos lo sabían. Medusa había llegado.

— Es gracioso como los papeles se invierten, ¿no? — preguntó Rhaella soltando una risa con su mirada fija en Harry.

— ¿Que ganas con esto? — preguntó el azabache levantando la mirada — Tú te merecías estar aquí, yo no he hecho nada mas que...

— Oh, cállate — espetó Rhaella — Te recuerdo que tus hijos ahora están a mi cuidado.

— Juro que si les llegas a hacer algo..

— Descuida, Potter — interrumpió Rhaella — Todos los niños estarán bien en Hogwarts.

— ¿Y los bebés? ¿Que hay de ellos? — preguntó Harry — Rhaella, tu no quieres esto..

— Si lo quiero — dijo Rhae — Los niños estan bien cuidados, puse una guarderia para ellos..

— ¿Dónde esta Draco? ¿Y Hermione? ¿Mi papá?.. donde están todos..

— Están aquí — respondió Rhaella — Todos están aquí. Mi nuevo regimen sera así y tendrán que acostumbrarse a él.

— ¿Nuevo regimen?

— Si, ahora están bajo mi poder — dijo Rhae con una pequeña sonrisa — Si te portas bien puede que te deje visitar a tu esposo en su celda.

— Voy a salir de aquí y tu...

— Silencio, Potter — pidió Rhaella — No quieras hacerme enojar.

Rhaella se había encargado de encerrar en Azkaban a todos los que pudieran ser una amenaza para ella, como los integrantes de la Orden del Fénix y del ED.

— Hogwarts sera un lugar mejor, ya lo veras — señaló Rhae y el corazón de Harry se acelero preocupado. Sus hijos estaban ahi — Su escudo y colores serán los de Salazar Slytherin, así es como mi padre lo quiere.

— Tu eres de Gryffindor — escupió Harry, no veía las características de su casa en Rhaella.

— Si, no necesito que me lo recuerdes — dijo la castaña con obviedad — Bueno, Potter.. la comida sera mañana ya que hoy no quiero alimentarte por grosero. ¡Linda tarde!

—... ¿Y Hermione? ¿Dónde esta?

Rhaella no respondió, en cambio sonrió con maldad y en silencio se retiro dejando a Harry solo en su celda.

[•••]

— ¡A partir de hoy mi reinado apenas comienza! ¡Un nuevo regimen! — decía Rhaella con una sonrisa.

El callejón diagon ya no era tal cosa, las tiendas estaban cerradas y en cambio al final de este se alzaba un enorme trono donde cientos de serpientes forraban los escalones.

Rhaella estaba sentada luciendo tan hermosamente majestuosa que los demás, las personas que no habían sido encerradas en Azkaban tenían que desviar la mirada temiendo verla. Los mortifagos incluso consideraban que había llevado todo demasiado lejos.

MASTERMIND [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora