✨ Pastillita ✨

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Reid ya venía de regreso y yo tenía la cocina llena de canastas con diferentes alimentos. Galletas de distintos tipos, lasaña, sandwiches perfectos para un picnic, una jarra de cristal con agua de limón natural, gelatina y hasta un pequeño pastel de chocolate. Cada canasta tenía una nota con los mejores deseos de los vecinos y el número de casa. Claro para devolver las canastas. Me puse un vestido muy veraniego y pasé la mañana devolviendo las canastas. En cada casa me detenía a tener una charla agradable para dejar una buena impresión. La historia es que Reid es contador y yo veterinaria. Y por el trabajo de ambos casi no estábamos en casa. Así ya no iban a preguntar por nuestra ausencia. Regresé a casa justo a tiempo para poder ver llegar el taxi de Reid, bajó la maleta y podía ver cómo soltaba un suspiro. No me había visto. Iba saludarlo pero me detuve al ver su rostro cansado. Tenía los ojos rojos, ojeras marcadas, incluso parecía más delgado. Sacó unas gafas de sol negras y se las colocó mientras parecía que tomaba fuerzas para entrar. Retrocedí unos pasos y esperé a que entrara. Esperé unos minutos y luego entré yo. Cuando lo vi en la cocina buscándome lo miré con una sonrisa.

____: Cuando llegaste?.
Spencer: Hace un segundo, dónde estabas? Qué es todo esto? -Me señaló los regalos en la barra-.
____: Tenemos buenos vecinos que me ahorraron el hacerte una comida especial por tu regreso -Me acerqué a el-.
Spencer: No es necesario -Parecía listo para que lo cuestionara por las gafas-.
____: Te divertiste con el grupo? -Besé su mejilla-.
Spencer: No. Hablan mucho -Podia ver cómo rodaba los ojos-.
____: Por eso di tu número -Sonreí-.
Spencer: Gracias.
____: Y esto? -Toqué con un dedo el marco de las gafas- Es para hacerte el misterioso?.
Spencer: Funciona? -Me sonrió-.
____: Solo un poco -Dejé un beso corto en sus labios-.
Spencer: Entonces no me las voy a quitar.
____: No lo hagas.

Sonreí y le servi un vaso de la bebida de cortesía mientras guardaba todo en el refrigerador menos la lasaña. Saqué un plato blanco y un cuchillo, corté un pedazo y lo calenté en el microondas.

____: Come un poco antes que vayas a dormir -Sonreí-.
Spencer: Está bien, te ayudo en algo?.
____: No, siéntate en la mesa -Le señalé la silla con la barbilla-.

Me sonrió mientras dejaba la maleta a un lado de las escaleras. En silencio se sentó y dejé el vaso enfrente de el con el plato caliente y cubiertos.

____: Disfrútalo, porque no te voy a volver a servir -Susurré en su oído divertida-.
Spencer: Lo suponía.

Me senté en silencio a su lado mientras veía como comía. Sabía que no tenía ganas de hablar y yo tampoco. Tenerlo cerca me hacía sentir mejor y ahuyentaba el sentimiento de soledad. Cuando terminó dejó el plato en el lavadero y subimos en silencio. Con agilidad y cautela me tomé una pastilla para dormir sin que el me viera. Abrió la puerta de la habitación y me miró.

____: Extrañaba tu olor, rocíe tu perfume en la cama -Levanté los hombros-.

Sin decir nada me abrazó y besó mi cabeza. Dejé unas pequeñas palmadas en su espalda y nos separamos.

____: Todos dicen que somos esposos, que sepas que eres contador y yo veterinaria. Creé una historia muy buena -Sonreí-.
Spencer: Estoy seguro.

Su voz se escuchaba apretada y que estaba conteniendo el llanto. Nos acostamos en la cama y el me abrazó mientras dejaba su cabeza sobre mi pecho. Acaricié su cabello y cerré mis ojos al escuchar su respiración. Estaba segura que se había dormido y empecé a hablar.

____: Ya sabía que me hablabas por la noche, me parece justo que haga lo mismo. Te extrañé. Me sentía extrañamente sola, y no hablo literal. Era un sentimiento de esa soledad que da miedo. No quería quedarme sola y intenté hacer lo posible para rodearme de gente, pero me dió pánico manejar. Creo que tengo que manejar mejor eso. Me sentía tan nerviosa y insegura. Cómo si salir de mi burbuja fuera algo feroz. En momentos hablaba sola en voz alta. -Solté una risa corta y baja- Definitivamente ya me estoy volviendo loca. Pensé en encerrarme en la habitación acolchonada, pero pensé que me quedaría encerrada hasta que vinieras y no lo hice. Vas a tener que enseñarme a como volver al mundo sin tenerle miedo. Cuando escucho un ruido que no reconozco me sudan las manos, cada vez que me acuerdo miró las cámaras de seguridad para asegurarme que nadie está alrededor de la casa, también veo que las alarmas funcionen bien. Dejo las cosas tan meticulosamente ordenadas para poder notar si algo está fuera de lugar. Me seguro 2 o 4 veces que la casa tenga la llave puesta, que la estufa este apagada, nada este conectado.

A medida que seguía hablando, solo divagaba y me quedé dormida al seguir el sonido de mi propia voz.

Mis ojos se clavaron en el genio (Spencer Reid y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora