Los recuerdos comenzaron a viajar por mi mente haciendo que todo volviera a mi.
Cada pelea, cada grito, cada agarre, cada palmada. Todo se regreso a mi y se sintió cómo si tuviera que vivir aquellas discusiones una y otra vez.
Comencé a llorar incontrolablemente abrazando mi propio cuerpo semidesnudo para poder sentirme un poco más protegida. Sentía tristeza, sentía coraje, sentía pena.
Sentía mucha pena de que Kevin hubiera visto los golpes que estaban marcados en mi cuerpo, y me daba aún más vergüenza que se diera cuenta que eran a consecuencia de su hermano.
¿Que iba a pensar el de mi?
No quería ni imaginar lo que pensaría, sentí que me correrían de su casa, o que no creería lo que estuviera por decirle, por qué ¿quien le creería a una mujer, que acababa de lanzársele a su cuñado encima, en lugar de a su hermano?
Tonta, tonta tonta.
Sin tan solo, sin tan solo hubiera podido reprimir mi deseo, si tan solo me hubiera quedado con las ganas de probar sus suaves labios nada de esto hubiera pasado.
Todo seguiría normal, el, siendo el futbolista menor con el que cruzaba pocas palabras al día, y yo, siendo la novia de su hermano que aguantaba todo lo que el quisiera hacerle por amor.
Pero, ¿era amor o era miedo?
No lo sabía con certeza, lo único que tenía claro era que esta historia no tendría un buen final si yo dejara a Óscar.
—Alana, dime que te hicieron.—una voz furiosa me saco de mis pensamientos.
—Y-yo...yyo..—no sabía que decir.
Kevin se acercó más a mi, vi como movió sus brazos y los arrimó hacia mi dirección.
Por inercia me estremecí, cerré los ojos y me hice hacia atrás esperando un golpe que nunca llegó.
Entonces abrí los ojos y me topé con la mirada de Kevin frente a mi. Sus ojos cafés me veían con preocupación.
—Perdón.—susurre sin saber ni dónde meterme.
—Dime la verdad Alana.—pidió una vez más.
—No...no puedo.—tartamudee sintiendo las gotas de agua acumularse de nuevo en mis ojos.
—Por favor, necesito saberlo.—su tono de súplica y su mirada me hacían débil, demasiado débil.
—Se va a enojar.—susurre con un hilo de voz y las lágrimas bajaron de nuevo.
—No, no.—nuevamente se acercó a mi y esta vez logro rodearme con sus brazos hasta lograr que el estuviera sentado recargado en la cabecera y yo sentada arriba de él, como bebé.
—Por favor confía en mi, yo puedo ayudarte.—susurro contra mi oído.
—Nadie puede ayudarme Kevin.—solloce.
—Yo lo hare, te lo juro que lo haré. Pero necesito que me digas que está pasando.
¿Por donde empezaría?
Sabía que no era una buena idea contarle a Kevin, el hermano de Óscar lo que pasaba entre nosotros, pero estaba tan vulnerable y asustada que sentía que necesitaba sacarlo. Necesitaba hablar con alguien, y por alguna razón, el menor de los Álvarez siempre inspiró esa confianza en mi.
—Os..Oscar a veces lo hago enojar y me agarra muy fuerte.—esto no era ni un cuarto de la mitad de la verdad.
—Dime la verdad Alana, te juro que no te juzgaré.—pidió.
Yo suspire y cerré los ojos recordando la primera vez que me puso la mano encima.
Flashback
Acabábamos de salir del Panic Botanic, el antro favorito de mi novio. Y como siempre, se había pasado un poco de copas por lo que tuve que hacer un esfuerzo para poder meterlo al carro y manejar rumbo a la casa, pues el no estaba en condiciones de estar tras el volante.—Oski, amor por favor déjame abrocharte el cinturón.—pedí amable pues estaba moviéndose demasiado.
—shh, quítate que ya voy a manejar.—dijo arrastrando las palabras de lo pedo que andaba.
—pero si estás todo borracho, no puedes manejar así. Dejame manejar a mi, esta cerquitas.—lo trate de hacer entender.
Se quedó en silencio por unos segundos, y pensé que aceptaría pero, después tomándome totalmente de sorpresa tomo mi cuello con su mano fuertemente y me acercó a él.
—Nunca me digas que hacer.—susurro sobre mis labios mientras apretaba cada vez más mi cuello cortándome la respiración.
Asustada asentí y me moví para que se bajara, luego subí al asiento copiloto y me abroché sintiendo como mi novio aceleraba hasta el fondo con su mano en mi muslo apretándolo con demasiada fuerza.
Y ese fue el inicio de mi nueva vida con el. Un inicio al que no le veía fin.
Fin del flashback
—Tengo mucho miedo, Kevin.—solloce en sus brazos pegándome aún más a su cuerpo en busca de su calor.
—Shh, ya no tienes que tener miedo mi niña.—susurro meciéndome entre sus brazos y besando mi cabeza en repetidas ocasiones.—Nunca más vas a volver a tener miedo porque yo te voy a cuidar, ¿me escuchas?.
Yo levante mi cabeza hacia la suya para poder verlo a la cara.
—Entiendo si todavía no quieres contarme todo lo qué pasa, pero estaré aquí, a tu lado hasta que te sientas segura y pierdas todo ese miedo. No tienes porque temer más.—sus ojos jamás se movieron de los míos. Me veía tan fijamente que sentí como si todo en mi interior sanara.
Una paz inmensa me inundó, y por primera vez en muchas semanas me sentí segura. Me sentía segura y creí todo lo que me dijo.
Sonreí levemente provocando que el sonriera también. De pronto todo dejo de importar, todos mis miedos, todas mis dudas. Solo fuimos el y yo.
Nuestros rostros se acercaron lentamente hasta que sus labios encontraron los míos en un suave y lento beso.
Me besaba con tanta ternura, con tanto amor. Me besaba con cuidado, movía sus labios a un ritmo lento pero apasionado.
Mis manos pasaron a mis mejillas las cuales comencé a acariciar tiernamente.
Todo en mi interior se calentó, mi corazón comenzó a saltar de felicidad, y ahí lo supe.
El había llegado a salvarme.
para no estar triste ni yo ni ustedes
ESTÁS LEYENDO
Ella y yo
FanfictionElla y yo Dos locos viviendo una aventura Castigada por Dios Un laberinto sin salida En donde el miedo se convierte en amor Alana Guzmán estaba enamorada. Enamorada de un Álvarez. Su mundo entero era su novio y sus ojos. Alana estaba perdidamen...