Escuchaba su voz, claro que lo hacía pero no entendía mi una sola palabra que salía de la boca del doctor.
—La mala noticia es que tus análisis arrojaron que tienes anemia. La anemia es una condición en la cual el número de glóbulos rojos o la cantidad de hemoglobina en la sangre está por debajo de lo normal. Durante el embarazo, la anemia puede tener consecuencias negativas tanto para ti como para tu bebé. Es por eso que sentías tanta fatiga y cansancio.—explicó.
Todo se puso borroso, mis oídos se taparon y lo único que podía escuchar era un chillante pitido, mi cabeza dio vueltas y en mis ojos solo veía pequeñas manchas luminosas.
Sentía que estaba en un sueño.
Estaba en una pesadilla, de la cual queda despertar.
No era posible, literalmente no podía ser posible eso que la enfermera afirmaba con tanta certeza.
Yo no podía.
No podía.
No....
Y sin darme cuenta rompí en llanto alarmando al la enfermera frente a mi.
—Señorita, señorita...—se acercó a mi.—Tranquilícese señora, le puede hacer mal al bebé.
Sentí como tomo mis brazos.
—Pero, no, no puedo...yo tomo pastillas anticonceptivas, las he tomado por meses...—explique entre sollozos.
La enfermera hizo un sonido de desacuerdo y habló.
—No señorita, si tomara alguna clase de inhibidores hormonales se vería reflejado en sus estudios médicos, y no hay ningún indicio de algún tratamiento anticonceptivo.
—¿Qué?
Era imposible, estaba segura que cada día sin falta tomaba mi pastilla, era demasiado responsable con eso, lo último que quería era quedar embarazada de Óscar y por eso me protegía tanto.
—¿Está segura que tomaba pastillas anticonceptivas?.—me cuestiono.
—¡Claro que estoy segura!.—exclamé enojada parándome de la silla.
—Tal vez su pareja y usted...—apuntó a mi lado con la mirada.
—El no es mi pareja.—grite.—Y no puedo estar embarazada, esto tiene que ser un error!!
Pase mis manos desesperada por mi cara y cabello jalándolo para intentar despertar de esta horrible pesadilla.
—Señorita. Tiene que tranquilizarse o si no me veré en la obligación de...
Estaba harta, estaba harta de todo.
—Me voy.—no espere más y salí de aquel lugar con las lágrimas corriendo todavía por mis cachetes, llena del miedo y frustración.
—Mija!!! ¿Que paso? ¿Que te dijeron?.
Unos delgados brazos me detuvieron con fuerza, era la señora Norma.
—Yo...yo...—no podía decirle la verdad. Simplemente no podía decirle que estaba embarazada de su hijo, del mismo hijo que me maltrataba cada vez que se le daba la gana. De aquel hijo que tanto temía.
—Tengo anemia.—conteste limpiándome la cara con las manos.
—Ay mi niña, pero no llores, no te asustes.—me abrazo.—No es algo tan grave, vas a ver que con los cuidados adecuados te vas a recuperar muy rápido, nosotros te vamos a ayudar.
Las ganas de llorar me inundaron una vez más, pero solamente respiré y me tranquilice. No podía seguir llorando, tenía que pensar con la cabeza fría.

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Ella y yo
FanfictionElla y yo Dos locos viviendo una aventura Castigada por Dios Un laberinto sin salida En donde el miedo se convierte en amor Alana Guzmán estaba enamorada. Enamorada de un Álvarez. Su mundo entero era su novio y sus ojos. Alana estaba perdidamen...