cuarenta y nueve

2K 122 22
                                        

Y fue así como la bomba explotó por segunda ocasión, sólo que esta vez, ya no había vuelta atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y fue así como la bomba explotó por segunda ocasión, sólo que esta vez, ya no había vuelta atrás.

El mundo se había enterado de aquello que tanto habíamos temido, ni si quiera habíamos sido capaces de abrir el link y ver la nota completa para confirmar que era lo que según ellos sabían.

Mi teléfono no paraba de sonar, había tantas notificaciones que ni si quiera sabía cual responder, o que hacer.

A duras penas había conseguido estacionarme en un lugar seguro, ambos estábamos en silencio intentando procesar lo que acaba de pasar.

Solamente nos veíamos el uno al otro, su rostro preocupado, sus ojos tornándose rojos al igual que su pequeña nariz me estaban partiendo el alma, tenía algo que hacer.

—Alana...—susurre suavemente intentando sostener su mano.

Ella me permitió el contacto, sostuvo mi mano entre la suya y cerró sus ojos echándose para atrás en el asiento.

—¿Qué vamos a hacer, Kevin?.—murmuro.

Yo suspire sin saber que responder.

—No se amor.—le respondí.—No se pero lo arreglaré, ¿esta bien?.—tome su mano para dejar un corto beso en ella intentando tranquilizarla.

Escuché como ella suspiraba de nuevo y abrió los ojos encontrándose con los míos.

—Okay Kevin, confió en ti.—respondió con suavidad sonriendo levemente.

No sabía que pasaría, no sabía como arreglaríamos esto y probablemente en otra situación me habría vuelto loco del estrés, pero estaba ella, estaba ella aquí a mi lado, conmigo a pesar de todo lo que habíamos tenido que pasar, a pesar de todo habíamos logrado llegar hasta aquí y no permitiría que una tonta nota y la opinión de las personas se entrometieran en nuestra vida.

Primero tenía que arreglar lo primero, antes de volver a conducir tome mi teléfono y llame a Santiago Baños al cual le pedí unos días más antes de ir al club a firmar los papeles del contrato, el amablemente acepto, me dio dos días más antes de que tuviera que presentarme en Coapa.

Ya estaba el primer problema, ahora venía a lo que más le temía, tener que enfrentar la realidad con mi familia.

Entonces decidí llegar a la ciudad antes de que el caos nos alcanzara y tuviera que comenzar con las explicaciones. Maneje los cuarenta minutos restantes hasta el hotel en donde había reservado sin soltar la mano de Alana, ambos nos fuimos en silencio como pensando que diríamos o haríamos ahora.

Llegamos al hotel y entramos directamente, bajamos las pocas maletas que traíamos a la habitación y nos quedamos sentados los dos en la cama tomándonos un momento para respirar y pensar.

Hasta que supe que fue suficiente, tenía que amarrarme los huevos y hacerlo.

Luego me paré de la cama no sin antes dejar un beso en la frente de Alana para después tomar mi teléfono y salir al pasillo a hacer la llamada.

Ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora