diecisiete

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La música, las luces y el alcohol hacían que todo a su alrededor se viera borroso. Todos estaban entrados en las bebidas y bailando de formas ridículas, pasando el tiempo de sus vidas en aquella fiesta llena de personalidad famosas del internet.

Menos una persona.

Una persona que llevaba rato ya rompiéndose la cabeza con las ideas que ya se había hecho días atrás, y que no hacían nada más que fortalecerse cada vez más cada día que pasaba, intentaba negarlo, intentaba no creer mal de las situaciones, pero era imposible, era imposible no darse cuenta de los pequeños detalles que sucedían cada día.

Como este pequeñísimo detalle que hizo que todo al efecto del alcohol se le bajara al segundo en el momento en el que por la puerta entró nada más y nada menos que Domelipa, acompañada de su amiga rubia y su amigo afeminado.

El no era de fijarse en eso, realmente no le podría importar menos los tiktokers y personas de ese ambiente, conocía a aquella castaña por la historia que había tenido con su hermano en el pasado. Todo aquel drama que terminó con que solo eran grandes amigos cuando nadie les creyó, el conocía a su hermano.

Lo conocía a la perfección, sabía que algo había sucedido entre ellos dos, y cada viaje en el que coincidían y las pérdidas que se daban se lo confirmaban, pero entonces, ¿por qué le había dicho que iría con ella?

Había descubierto su mentira.

Y solo podía pensar en una cosa. Alana estaba sola en la casa que rentaron.

Pero, eso no podría ser, ¿cierto?

Tal vez esté enredado con otra muchacha de la cual no quiere contarles, o tal vez solo quiso estar solo, o tal vez....

¿A quien quiere engañar?

Sabía perfectamente que solo estaba mintiéndose a él mismo, lo sabía por la corazonada que sentía, y no pensaba pasar otro día más sin saber que demonios estaba sucediendo en la vida de su hermano y su cuñada.

Rápidamente busco con la mirada al mayor de los hermanos el cual encontró sentado en uno de los sillones con una rubia en su regazo mientras coqueteaban y bebían.

Felipe rodó los ojos con molestia al ver a su hermano siendo infiel una vez más, y por un instante, solo un pequeño instante deseo estar en lo cierto solo para que Óscar pudiera tener una cucharada de su propio chocolate.

Pues es que por más que el hablara con el mayor, el  ni si quiera intentaba justificarse, solamente decía que esa era su vida y que el la viviría como le diera su gana, que Alana era el amor de su vida y que nunca la dejaría por nadie más, nunca. Todas las demás eran simple diversión y entretenimiento para el.

Entonces decidió acercarse a él y murmurarle que se iría ya, este ni si quiera respondió, simplemente asintió y siguió en su rollo manoseando a la desconocida a sus anchas.

Felipe no espero más y pidió un Uber que lo llevaría a casa.

Media hora después por fin llegó, pago y entro aún a oscuras al lugar.

El sol ya estaba saliendo lo que facilito su camino en aquellos pasillos desconocidos, pero recordaba donde era el cuarto de Kevin que fue al que se dirigió primero.

En silencio camino hasta allá, tomó la perilla de metal una vez que quedó frente a la puerta y con mucho cuidado la abrió, encontrándose como ya se lo esperaba, con una habitación vacía.

Soltó un suspiro desde el fondo de su garganta y camino hacia donde temía, a la habitación de Óscar.

Y si, tal cual como lo imaginaba, en el momento en el que la puerta se abrió, la imagen de su hermano menor y su cuñada durmiendo juntos y abrazados lo recibió.

Un extraño dolor se instaló en su pecho cuando confirmó sus teorías, pensó en despertarlos y enfrentarlos, pero luego de meditarlo unos segundos simplemente se dio la media vuelta y se fue por donde vino con la mente echa un desastre.

No sabía en que momento su familia se había convertido en lo que era ahora, pero solo estaba seguro de algo, todo saldría mal.

(...)

Ahora si, la luz brillante del sol entró por las cortinas de la habitación dándoles la señal de que ya era hora de levantarse antes de que alguien llegara y los encontrara en esta posición.

Alana fue la primera en despertar, abrió poco a poco los ojos hasta que se encontró con la carita relajada de Kevin.

Sus ojos cerrados, sus suaves facciones y sus labios con un pequeño puchero hicieron que su corazón se llenara de felicidad.

Sin poder evitarlo le dio un pequeño pico en la boca, solo un pequeñito roce que fue suficiente para que Kevin sonriera y abriera los ojos.

—Buenos días preciosa.—susurro con su voz recién despertado.

Ella solo apretó las piernas y contestó.

—Buenos días Kev.—el intento inclinarse para besarla, sin embargo Alana se hizo para atrás.

—No no, ya tienes que irte, tú mamá está apunto de despertar.

Kevin rodó los ojos e hizo un pequeño berrinche.

Alana rio al verlo y se quitó la sabana de encima para poder ponerse pijama.

La sonrisa de Kevin se ensanchó al verla desnuda una vez más, la recorrió completa con la mirada y decidió salir a arreglar un pequeño problema que había sucedido.

Alana escucho la puerta cerrarse, se terminó cambiar para después ir al baño para asearse. Unos minutos luego terminó y fue a la cocina.

Su presión bajó hasta los suelos cuando entró y se encontró con su suegra y Felipe sentados en la barra.

Rápidamente los dos voltearon al sentir la presencia de alguien más.

Doña Norma sonrió con alegria mientras que Felipe solo retiró la mirada y siguió tomando de su taza haciéndola temblar.

—Buenos días mi niña, ¿como amaneciste?.—preguntó.

—Muy bien, ¿y usted?.—respondió nerviosa.

Mantuvieron una corta conversación hasta que uno más llegó.

Y no hizo falta más que ver a su hermano mayor para darse cuenta de algo.

Estaban jodidos.

dramaaaaaa I love drama jeje

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dramaaaaaa I love drama jeje

Las comadres y yo tenemos una cuenta de Instagram y tiktok del chapulín de Kevin, pueden encontrarnos como Teampeptos, siganossss y se ganan un one Shot con su futbolista fav :)

Ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora