Capítulo 5

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Salí limpia y vestida. Mi casillero está a un lado del de Clara, por lo que tuve que interrumpir mientras esta tenía acorralada a una chica.

Al verme, la desconocida empujó a la otra por el estómago y se fue corriendo.

—Oye —Clara se quejó hacia mí—, estaba ocupada.

—¿Quieres que vaya por ella? —pregunté, abriendo para guardar mis cosas.

—Siento que me la traerás en una bolsa.

Fijé la vista al frente, al fondo del casillero. Cerré los ojos un momento y devolví mi atención a lo que hacía.

—¿La conozco?

Hasta el día de hoy, creo que he visto a Clara con varias chicas diferentes, o quizá se trate de la misma con otra ropa.

—Ni yo la conozco —apuntó, cepillándose el cabello—. Me la encontré aquí y me pareció linda. Es amiga de tu chica, pero no sé quién es.

—¿Quién es mi chica? —la volteé a ver.

—La Presi.

—Ya te dije que...

—Te mandó esto —me tendió una mano con un papel, sin mirarme.

Lo tomé y lo desdoblé para leerlo:

«Te espero en la salida. Si no vas, igual sé dónde trabajas.»

—¿Lo leíste? —le pregunté a Clara.

—¿Tú qué crees?

Lo leyó.

A la hora de la salida, me quedé afuera de la escuela. No tengo mucho tiempo, pensaba comer antes de ir a la librería y veo que no voy a poder.

La Presidenta salió con un pequeño grupo. No iba a hablarle, así que solo esperé a que me buscara y me encontrara: lo hizo. Se despidió de todos y se acercó.

—Pensé que iba a tener que ir a tu trabajo —comentó delante de mí.

—Es un lugar abierto al público —repuse.

—No voy a molestarte ahí, ¿te parece si caminamos y hablamos?

No respondí, solo empezamos a caminar en dirección a la librería. No llegaré tarde, pero de cualquier forma ya perdí la oportunidad de comer antes.

—¿De qué necesitas hablar conmigo? —pregunté.

—Nada más quería preguntarte si solías meterte en problemas en la escuela.

—No, nunca.

—Me refiero a en toda tu trayectoria —insistió.

—No.

—... —se aclaró la garganta—. Es que pareces de ese tipo...

—¿Para qué quieres saber eso?

—Bueno..., quiero saber si estás fichada. Si te metes en problemas, ¿corres el riesgo de que te expulsen de la escuela?

—No estoy fichada, pero sí becada. Si me meto en problemas, me van a expulsar.

—Entiendo... —susurró para sí—. Creo que te quitarían la beca, pero no te expulsarían.

—A eso me refería; no puedo pagar la colegiatura, así que tendría que dejarla.

—¿Te molesta hablar de tu situación económica?

—Me da lo mismo —respondí.

—... Es que, ayer, cuando te pregunté, parecías molesta.

—No estaba escuchándote —confesé—. Estaba haciendo el pago y me estabas hablando y yo no puedo poner atención en dos cosas al mismo tiempo.

En el vino y el café | TERMINADA/EN FÍSICO | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora