Capítulo 71

9.4K 759 69
                                    

Dos semanas más tarde, Clara y Mike vinieron otra vez al bar, como han estado haciendo desde que supieron donde trabajo, y luego fuimos a mi departamento.

Tuve que acondicionar la segunda habitación con lo básico para que no tengan que quedarse en el piso, porque la cama de mi habitación está restringida para ellos.

—¿Cuándo me vas a presentar a tu vecino? —preguntó Mike.

Estamos comiendo una pizza que ellos compraron y esperaba solo irme a dormir después de esto.

—¿Por qué yo? Ve tú —dije.

—No —se quejó—, así no funciona. Si me lo presentas, tendremos que hablar por obligación.

Miré a Clara y ella a mí.

—Tampoco funciona así —repuso la chica.

—Escucha —le pedí su atención—, se va a su tienda como a las once de la mañana, sal a esa hora y "encuéntratelo".

—Van a tener algo de qué hablar —aseguró Clara.

—... —hizo una mueca—. Bien —masculló para sí.

—¿Y tú? —me dirigí a la chica—. ¿Qué pasó con Danielle?

—... —bebió un trago de soda y suspiró—. Nada. Ya ni siquiera había hablado con ella desde antes de todo lo que pasó —Supongo que se refiere a lo que sucedió aquí—. Y no he sabido nada de ella. Ya lo voy a dejar, no era para mí —expresó con desgana.

—Creí que te gustaba —apuntó Mike.

—Y me gusta, pero no voy a desperdiciar mi tiempo esperándola. ¿Me hace una mala persona no querer esconderme como ella?

—No, solo que ninguna vio las cosas como la otra —señalé.

Clara se recostó en el suelo, sobre una almohada que tenía y emitió un fuerte suspiro.

—¿Y tú? —me preguntó.

—¿Yo qué?

—Julieta —explicó el chico.

—Les dije que le conté todo y no la volví a ver.

—¿En serio la vas a dejar ir? —insistió Clara.

—Nunca debí haberla retenido para empezar. Tenía que tomar esta oportunidad de devolverle la normalidad a su vida.

—Lisa —habló Mike—, puede que sean tonterías, pero aceptaste a Julieta con todos sus defectos, ¿por qué te cuesta tanto creer que ella haría lo mismo por ti?

—... Es que ella no tenía tantos —dije para mí.

—Piénsalo muy bien antes de que alguien te la arrebate —Clara cerró los ojos—, porque entonces ya no vas a tener derecho a meterte en su vida.

Ellos se quedaron dormidos, mientras que yo pasé mucho tiempo pensando en lo que dijeron.

Derecho a meterme en la vida de Julieta... ¿Lo tenía?

Por la mañana, Mike hizo lo que le sugerí y, según el reporte de Clara, quien estuvo espiando por el ojo de la puerta, hablaron y se fueron juntos.

La chica se retiró poco más tarde. Yo salí luego de alistarme para el trabajo.

Estaba llevando mi turno sin contratiempos hasta que tuve un percance con un señor muy ebrio que no quería irse, por lo que, al sacarlo, se fue hacia la pared y mis nudillos se rasgaron por la fricción contra el muro sumado al peso del hombre. Al final lo mandé en un taxi y fui con el bartender por un poco de hielo.

En el vino y el café | TERMINADA/EN FÍSICO | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora