capítulo 8

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— ¿Jiwon ya lo sabe?—luego de despedirme de Jiwon y que ella se fuera a su clase, llamé a Jungwon y fui a buscarlo a su facultad. Asentí soltando un suspiro.

— Es una larga historia que te contaré después, el punto es que me invitó a cenar en tu casa hoy, esta noche.

— ¿Qué? ¿Hoy?—volví a asentir, me miró soltando un suspiro.— Mis padres estarán hoy en casa.

— Lo sé, ella me dijo en la mañana que sus padres cenarían con ustedes esta noche.—frunció el ceño.

— ¿Y estás bien con eso?  No soy un experto en relaciones pero sé que es muy pronto para que conozcas a mis padres, apenas cumplimos tres semanas de novios.—bajé la mirada. Sí, estaba nerviosa por conocer a sus padres pero en verdad quería conocerlos, así que escucharlo decir eso me dolió un poco, aunque no sabía porqué exactamente.

— Si no estás de acuerdo entonces le diré que será en otra ocasión.—murmuré cabizbaja sacando mi teléfono para avisarle a Jiwon.

Supuse que Jungwon notó mi cambió de ánimo porque tomó mi rostro entre sus manos y me hizo mirarlo, dejó un pequeño beso en mis labios.

— No lo digo porque no quiera que los conozcas, simplemente me molesta lo que está tratando de hacer mi hermana.—dijo acariciando mis mejillas.

— ¿Y qué está tratando de hacer?—pregunté confundida.

— Mis padres son muy exigentes, tardaron mucho en aceptar que Jay fuera novio de Jiwon y eso que ya tenían meses juntos. Cuando lo llevó a conocerlos, le hicieron muchísimas preguntas incómodas, al final no les agradó mucho, tuvieron que pasar meses para que por fin pudiera invitarlo tranquilamente a la casa.—torcí la boca, se me había olvidado todo el drama que habían pasado esos dos por los padres de ella.

— Pero puede que yo sí les caiga bien.—sonreí jugando con su camisa.

— No lo creo.—se me borró la sonrisa, ¿eso qué significaba?

— Bueno, podemos intentar y ver qué pasa.—murmuré separándome de él y me crucé de brazos sentándome en la jardinera que estaba cerca. Miré hacia el cielo escuchándolo suspirar.

— Está bien, podemos intentar.—se sentó a mi lado abrazándome por la cintura y besó mi mejilla.

Forcé una sonrisa y me apresuré a despedirme diciéndole que tenía una clase a esa hora. Mientras me iba sentía una molesta sensación en el estómago, la cual ya había sentido antes y no era buena.


(...)


— Entonces... Eres la mejor amiga de Jiwon y la novia de Jungwon.—asentí nerviosa sintiendo que la madre de los hermanos me miraba de arriba a abajo.— ¿Cuántos años tienes?

— Veintiuno, los cumplí en febrero.

— Ah, eres de la edad de Jiwon.—murmuré un sí mientras jugaba con mis manos.— ¿Qué estás estudiando?

— Psicología.—alzó una ceja y miró a su esposo haciendo un movimiento con la cabeza que no comprendí.

— ¿Tienes hermanos?—tragué saliva, ya comenzaríamos con las preguntas más personales.

— No, bueno, mi padre tiene un hijo de siete años y mi madre tiene una hija de cuatro, no los conozco así que no los considero mis hermanos.

— Tus padres son divorciados.—apreté los labios asintiendo.— ¿Cuándo se divorciaron y cuál fue la razón?—fruncí el ceño al escuchar esa pregunta.

— Discúlpeme pero, ¿eso qué tiene que ver con mi relación con sus hijos? La vida de mis padres y lo que hagan con ella no es mi asunto ni me interesa, así que hágame preguntas sobre mí.—me miró sorprendida por mi respuesta, tragué saliva sintiendo que tal vez había dicho algo incorrecto pero la señora volvió a mirar a su esposo con una pequeña sonrisa en los labios.

— Bien, sigamos con las preguntas... ¿Cuáles son tus metas a corto y largo plazo?—suspiré pensando, dándome cuenta de que nunca había pensado en eso.

— Supongo que mi mayor prioridad en este momento es poder graduarme de la licenciatura.—contesté sinceramente.

— ¿Te gustaría casarte? ¿Quieres tener hijos?—me acomodé en sillón cómodamente, no sentía que las preguntas fueran precisamente incómodas, ¿o es que esas todavía no llegaban?

— Sí a ambas preguntas, quisiera tener mínimo dos hijos, niño y niña. Puede que no lo parezca porque soy un poco, como decirlo... Irresponsable, indiferente y desinteresada pero soy muy buena con los niños, si se me da la oportunidad de cuidar a mis primitos lo hago felizmente.—noté que el aura tenso y defensivo de la señora se relajaba un poco, incluso me sonrió.

— ¿Cuáles son tus planes a futuro con mi hijo?—descruzó los brazos inclinándose hacia adelante para prestarle más atención a lo que iba a decir.

— Bueno, lo principal para mí en este momento es tener una relación regida por la sinceridad, la confianza, la fidelidad, el respeto, el compromiso, el apoyo, la comunicación y el amor, por supuesto. Si será así o no, no lo puedo asegurar, porque no sé ver el futuro pero se podría decir que ese es mi plan con su hijo.

— ¿Y la pasión?—preguntó entrecerrando los ojos, me encogí de hombros.

— También, aunque no es lo primordial. Bueno, espero que no sea lo primordial.—dije con sinceridad. Sonreí al darme cuenta de que ya no estaba nerviosa, la pregunta que más me había puesto nerviosa fue la de la edad y la respuesta pareció no importarle mucho. Por alguna razón me sentía cómoda hablando con la señora, tal vez porque me recordaba a Jiwon.

— Eres muy sincera.—comentó recargándose en el respaldo del sillón, el señor Yang asintió de acuerdo.

— Trato de serlo la mayoría del tiempo.

— Bien, te haré la pregunta más importante.—dijo mirándome fijamente, me puse ansiosa esperando a que hiciera la pregunta.— ¿Amas a Jungwon?—abrí los ojos en grande y aparté la mirada, esa era una pregunta difícil.

— Mmm... Puedo asegurar que estoy enamorada de él pero decir que lo amo... Es muy pronto para eso.—ladeó la cabeza mirándome confundida, sonreí, Jiwon era idéntica a su madre.

— ¿Cómo está eso?—preguntó el señor Yang, hablando por primera vez en ese rato.

— El enamoramiento es más como la etapa inicial del amor, el cual comienza con la atracción. También se produce un cambio químico en nuestro organismo biológico, creemos que la persona con la que estamos es perfecta y la idealizamos. En cambio, amar es aceptar a la persona con sus defectos y sus virtudes, el amor nace de la convivencia y se requiere de tiempo. Además de que no puedes amar a alguien que no te ama.—terminé de hablar sorprendiéndome al ver que ambos me miraban atónitos, ¿había hablado de más?— Ehm, bueno, yo pienso eso pero pues cada quien puede pensar lo que quiera, ¿no?

— Youngmin.—la señora se acercó a mí tomando mis manos.— Me caíste muy bien, eres como una bocanada de aire fresco en esta familia de amargados. Qué bueno que no eres como ese chico Jay que ni siquiera podía hablar correctamente.—su ceño se frunció al recordar a Jay y solté una risa.

¿No que no podría, Jungwon?

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora