capítulo 26

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— Gracias por acompañarme.—le dije a Sunoo con una sonrisa. Mi abuela paterna se había enterado de mi embarazo y había organizado una cena familiar para hablar sobre el asunto.

— No me agradezcas.—me devolvió la sonrisa y tomó mi mano mientras entrábamos a la casa de mi abuela. Todos los integrantes de la familia Ahn estaban reunidos en la sala de estar, mis tíos, mis primos, incluida Bada. También estaban mi padre, su horrible esposa y Minjae.

— Ya se te nota el vientre, ¿cuándo pensabas decirnos?—me sobresalté al escuchar la voz fuerte de mi abuela y suspiré apretando un poco la mano de Sunoo.

— Me acabo de enterar hace unos días... Fui muy descuidada e irresponsable, lo siento, abuela.—su expresión se relajó un poco.

— ¿Él es el padre?—preguntó analizando con la mirada a mi pareja.— ¿Cuál es tu nombre?

— Sí, lo soy.—Sunoo respondió con seguridad.— Me llamo Kim Sunoo... Mucho gusto, señora.

— ¿Estás seguro de eso, amigo?—Bada alzó la voz llamando la atención y me miró con una media sonrisa, tensé la mandíbula fulminándola con la mirada.— ¿Youngmin no te está engañando para que mantengas a su hijo? Porque su embarazo está muy avanzado como para que sea tuyo...

— Cállate, Bada... Siempre estás diciendo estupideces, madura de una vez.—la calló mi abuela y ésta bajó la cabeza.— Siéntense.—señaló el sillón libre y ambos nos sentamos bajo la mirada atenta de todos.— ¿Cuándo planean casarse?

— Abuela, nosotros no...

— Ni se te ocurra salir con la estupidez de que no quieren casarse, no lo permitiré. Ese bebé no nacerá fuera del matrimonio, ¿me escuchaste?—asentí encogiéndome en mi lugar.— Ustedes no se preocupen por nada, yo lo pagaré todo.

Después de que dijera eso la mujer que la ayudaba con la casa llegó a la sala para avisar que la comida ya estaba lista y mi abuela dio la orden de que todos fueran al comedor. Como siempre, la obedecieron de inmediato.

— Lamento que tengas que casarte conmigo...—comencé a decir cuando nos quedamos solos en la sala.

— Pues yo no lo lamento, estoy encantado con la idea de que pasaré el resto de mi vida a tu lado.—acunó mi rostro con sus manos y besó la punta de mi nariz, haciéndome sonreír.— Te amo muchísimo, Youngmin, ¿acaso no te has dado cuenta?—alcé las cejas sorprendida por sus palabras, mi corazón comenzó a latir desenfrenado y sentí que me ruborizaba.

— Yo... Yo también te amo, Sunoo.—una enorme sonrisa apareció en su rostro y me abrazó contra su cuerpo.

— Hey, ¿por qué tardan tanto? La abuela dice que no podemos empezar a comer si no están presentes.—la voz de mi primo Kangmin nos asustó a los dos y nos separamos para verlo.— Apúrense que tengo hambre, después pueden seguir con sus cursilerías.—Sunoo y yo no pudimos evitar reír, Kangmin se veía muy desesperado por comer.



(...)



Sunoo y yo nos sentamos en el jardín de la casa de mi abuela. Una semana pasó desde la cena familiar donde se abordó el tema de mi embarazo, ese día estábamos ahí porque nuestras familias se reunieron para hablar de nuestra futura boda, se pusieron de acuerdo entre ellos. Sunoo y yo nos casaríamos en dos semanas y de manera secreta porque mi embarazo ya era muy notorio.

Sentí que Sunoo me abrazaba apoyando su mentón en mi hombro mientras sus manos iban a mi vientre, comenzando a acariciarlo suavemente.

— ¿Ya tienes un nombre para el bebé?—me preguntó en el oído, haciéndome estremecer. Asentí mirando el cielo.

— Hyungmin, como mi abuelo... Falleció cuando tenía diez años, él me ayudaba cuando mi abuela Yujeong se ponía como loca.—suspiré recordando con nostalgia a mi abuelo.— Casi no estaba en casa porque para él sus pacientes lo eran todo pero cuando estaba, la pasábamos muy bien... ¿Lo conociste?

— ¿Es el que hacía trucos de magia?—solté una risa asintiendo con la cabeza.— Era muy divertido.

— Sí, lo era...

— ¿Tu otro abuelo no se enojará?—negué cerrando los ojos y me acurruqué contra su cuerpo.

— No, él también se llama Hyung, así que no habrá problema.—después de eso nos quedamos en silencio, simplemente disfrutando de la presencia y cercanía del otro.

— Kim Hyungmin...—susurró de manera casi inaudible y luego soltó una ligera risa de alegría. Sunoo estaba muy contento con el bebé a pesar de que no era suyo biológicamente.

Una vez que se quedó a dormir conmigo me despertó en medio de la noche porque estaba hablándole al bebé, le estaba diciendo que él lo iba a querer mucho y que no le importaba que no fueran de la misma sangre, él lo iba a cuidar, a proteger y a amar con todo su corazón. Yo me puse a llorar descontroladamente cuando lo escuché y me lancé a abrazarlo. Sunoo era una persona preciosa y no sabía que había hecho para merecerlo.

— Youngmin... ¿Te dormiste?—abrí los ojos murmurando un no con pereza.— Estaba pensando en algo... ¿Qué opinas del nombre Yunseon?

— ¿Yunseon?

— Sí, estaba pensando que podríamos llamar así a nuestra primera hija.—alcé las cejas sorprendida y sonreí.

— ¿Estás pensando en tener hijos cuando ni siquiera hemos tenido sexo?—pregunté burlona y me separé para verlo, mi sonrisa se hizo más grande al ver sus mejillas sonrojadas.

— Sí, ¿acaso está mal?—acerqué mi rostro al suyo y él alejó la mirada nervioso.

— ¿No te gustaría hacerlo?—abrió los ojos en grande y se puso más colorado.

— Estás embarazada...

— ¿Y? Podemos tener sexo aunque esté embarazada... Si no confías en mi palabra, podemos preguntarle a mi madre...

— ¡No!—agitó las manos y reí.— Youngmin, debo confesarte algo... Yo nunca...

— Lo sé.—lo interrumpí.

— ¿Cómo...?

— Se te nota, amor.—pellizqué su mejilla.— Déjame ayudarte con eso.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora