capítulo 46

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— Hola, Sunoo, mi amor...—murmuré pasando los dedos por la placa y suspiré.— Hoy sería nuestro sexto aniversario... Pero en vez de eso se cumplirá un año de tu partida, cuando llegue el día de mañana ya habrá pasado un año sin ti.—apreté los labios y comencé a quitar las rosas ya marchitas.— Discúlpame por no venir tan seguido como antes pero las gemelas casi no me dejan dormir en las noches y además ayer Hyungmin se peleó con unos de sus compañeritos y tuve que ir a su escuela.

Tomé el ramo de rosas que llevé y les corté el tallo para luego empezar a pegarlas en el nicho, rodeando la placa, pegué también varios dibujos que Hyungmin hizo.

— Hyungmin ha tenido problemas para hacer amigos, su maestra me dijo que no se acerca a los demás niños y cuando lo hace es para pelearse con ellos... No entiendo qué le pasa, está yendo con el psicólogo que me recomendó Seoyoon pero me dijo que tampoco quiere hablar con él, no quiere abrirse y decirle como se siente, cuales son sus problemas...—recogí toda la basura que hice y miré la placa, leyendo en mi mente el nombre de Sunoo y suspiré.—  No quiero ser pesimista pero, ¿y si Hyungmin tiene problemas para socializar por culpa mía? No tiene problemas físicos, es un poco más alto que los niños de su edad, su vocabulario es muy variado... No, no voy a sacar conclusiones precipitadas, le pediré a Eunhyuk el contacto de algún experto de los trastornos de espectro alcohólico fetal y que le hagan pruebas a Hyungmin.

Bajé la mirada a la bolsa con la basura y tragué saliva, todo ese tiempo había creído que mi hijo estaba bien porque no tenía nada físico o que fuera visible, había una gran posibilidad de que estuviera equivocada y sinceramente estaba asustada, demasiado asustada... Pero sin importar el diagnostico, le daría todo mi apoyo y amor a mi hijo.

— En fin... ¿Qué más me te iba a contar hoy? Creo que eso era todo o al menos no recuerdo nada más... Mañana volveré y traeré a los pequeños y a Jungwon, hoy quería estar a solas contigo.—relamí mis labios mirando de reojo a una señora que estaba pasando y se me había quedado viendo, me crucé de brazos esperando a que se fuera para seguir hablando.— Por esto odio venir a esta hora, hay mucha gente metiche y criticona...—hablé alto para que ella me escuchara y sonreí divertida cuando escuché sus pasos acelerarse.— Ya tengo que irme, nos vemos mañana, amor, te traeré unos dulces como los que te traje en tu cumpleaños.

Me despedí de Sunoo mandándole un beso y me fui del cementerio para ir a casa de mi suegra por mis hijos.



(...)



— Feliz cumpleaños, Dokyum.—me acerqué al hijo de mi prima Bada y le entregué su regalo, el pequeño de cuatro años recién cumplidos me dio una sonrisa tímida agradeciéndome en un susurro y se fue corriendo con su madre.

Le dijo algo a Bada y ésta me miró, mostrándome una sonrisa falsa, se la devolví de la misma manera. No sabía por qué nos había invitado a la fiesta de su hijo, era muy extraño porque nunca antes lo había hecho. Acepté ir por el pequeño Dokyum, al final él no tenía nada que ver con los problemas que teníamos nosotras.

— Tu prima no me da buena espina.—Jungwon dijo cuando regresé a nuestra mesa, en sus brazos tenía a Yunsun, la cual estaba jugando con su camisa.— Tiene una expresión rara en el rostro...  Tal vez estoy exagerando pero creo que no fue buena idea haber venido.

— ¿Por qué lo dices?—me acerqué la carriola donde estaba Sunyoung y la tomé en brazos dejando un beso en su mejilla.

— Tengo un mal presentimiento... ¿Y si nos vamos? Ya le diste el regalo al niño, ya podemos irnos.

— Mmmm, creo que eso sería lo mejor... ¿Dónde está Hyungmin?—lo busqué con la mirada.

— Hace rato estaba con tu abuela pero ya no está con ella... ¿A dónde se fue ese pequeño monstruo?—se puso de pie para buscarlo mirando entre las mesas. Yo también me levanté y fui a preguntarle a mi abuela.

— Se fue a ver esas flores de allá y luego tu prima Bada le habló, se lo llevó a la cocina.—eso no me gustó para nada... Junto a mi abuela estaba mi tío Minhyuk y le pedí que cuidara a mi hija mientras iba por mi hijo.

Fui apresuradamente a la cocina, encontrándome con una escena desagradable y sentí que la sangre me hervía del coraje; Bada estaba tomando el brazo de mi hijo con fuerza, murmurándole algo que no logré escuchar mientras Hyungmin lloraba en silencio, me acerqué a ellos y le di un fuerte empujón a Bada para que soltara a mi hijo.

— ¿Qué demonios te pasa?—quise tomar a Hyungmin pero éste me dio un manotazo, sorprendiéndome.

— ¡Eres una mentirosa! Papi Sunoo no es mi papá, eres una mentirosa.—me miró con rabia.— El tío Jungwon y tú son unos mentirosos, ¡los odio! ¡Te odio, ya no eres mi mami!—me empujó para salir corriendo.

— ¡Hyungmin!—me di la vuelta con intenciones de ir detrás de él pero me detuve al escuchar la risa de Bada, volteé a verla con los puños apretados.— ¿De qué te ríes, estúpida? ¿Qué le dijiste a mi hijo?

— La verdad, que Sunoo no es su padre, sino que el hombre al que llama tío es en realidad su padre y que éste no lo quería.—dijo como si nada y me sonrió con tanto cinismo que no pude resistirme más, le di un puñetazo en la cara con fuerza que hasta me dolió la mano. Podía soportar que se metiera conmigo pero con mi hijo... Eso no lo dejaría pasar.

— Cruzaste el límite, Bada... ¿Por qué me odias tanto? No me creo que todo esto lo hagas porque salí con el chico que te gustaba, ya es demasiado...—hablé conteniendo las lágrimas del enojo, poco a poco levantó el rostro y me miró, su nariz estaba sangrando.

— ¡Claro que no es por eso, imbécil!—gritó tomándome por los hombros.— Te odio porque mis padres te quieren más que a mí, se enorgullecen de tus logros, cuando éramos niñas te consolaban cuando llorabas, te leían cuentos antes de dormir, te compraban lo que querías, conmigo nunca hicieron eso... Mis padres se alegraron por tu embarazo pero me dieron la espalda cuando yo me embaracé diciéndome que era una estúpida por haberme dejado engañar por un idiota.—sus ojos se llenaron de lágrimas y enterró sus uñas en mi piel, sacándome un quejido de dolor.— Tus padres no te querían y tenías que quitarme a los míos... Por eso te odio con toda mi existencia, por eso disfruto verte siendo infeliz. No sabes lo feliz que fui cuando me enteré que Sunoo había muerto, fue bueno verte siendo miserable.—soltó una risa macabra.— Pero el maldito de Jungwon tuvo que regresar y arruinar todo, volviste a sonreír y eso me molestó muchísimo, quería borrarte esa horrible sonrisa del rostro y qué mejor manera que hacer que tu amado hijo te odie.

— Eres una enferma, Bada.—escupí con asco.— Pero recuerda algo, todo lo que has hecho se te regresará tarde o temprano.—quité sus manos de mis hombros y la empujé haciendo que se tambaleara hacia atrás, siguió riendo como desquiciada mientras yo salía de la cocina. Al instante sentí la mirada de todos los invitados, era obvio que escucharon lo que había pasado.

— Youngmin, ¿qué pasó?—Jungwon se acercó a mí preocupado y consternado.

— ¿Dónde está mi hijo?—busqué a Hyungmin con la mirada pero no lo veía por ningún lado.

— Está afuera con tu padre, están en su auto... Me gritó mentiroso y que me odiaba... ¿Qué pasó?

— Bada le dijo a Hyungmin que Sunoo no es su padre biológico...—no soporté más y rompí en llanto en los brazos de Jungwon.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora