capítulo 33

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— ¿Estás segura de que es buena idea que hayas regresado a trabajar?—Seoyoon, amiga y compañera de la clínica donde trabajaba se acercó a mí mirándome con preocupación cuando salí de mi consultorio para prepararme una taza de café.

— Mis pacientes me necesitan... Además la doctora Lee solamente aceptó que regresara si comenzaba a tomar terapia.—suspiré dándole un trago a mi café.

— ¿Con el doctor Kim?—asentí ligeramente.— ¿Cuándo es la primera sesión?

— Hoy por la tarde.—me terminé el café y lavé rápidamente la taza, para luego dejarla en su lugar.

— ¿Y cómo está tu hijo?—apreté los labios.

— Mal, no ha podido dormir bien desde... Ese día. Se despierta en medio de la noche llorando y pregunta por su padre. Lo único que puedo hacer es decirle que su papá está en un lugar mejor, descansando y eso lo tranquiliza un poco.—miré a Seoyoon.— ¿Me recomendarías un psicólogo infantil eficiente? 

— Conozco a alguien, estuvo conmigo en la universidad, dicen que es muy bueno... Buscaré su número y te lo pasaré.—le sonreí.

— Gracias.—me devolvió la sonrisa.

— No me agradezcas, amiga... Por cierto, ahora que lo recuerdo, ¿no has contactado al Jungwon ese?—chasqueé la lengua y negué con la cabeza.

— ¿Para qué? No necesito nada de él.—me crucé de brazos.— Creo que hasta perdí su número.

— ¿Sigues pensando que podría quitarte a Hyungmin?

— No, creo que sólo estaba algo paranoica ese día... Si hubiera querido quitármelo, ya lo hubiera hecho, ¿no? Es abogado, no dudo que tenga contactos y demás.—se encogió de hombros comenzando a prepararse un café.

— ¿No te da curiosidad saber por qué volvió?—preguntó echándole un sobre de azúcar a su café.— Tenía su trabajo en Daegu, tal vez tenía alguna novia o algo, podemos decir que tenía su vida allá, ¿por qué regresó a Seúl? Y justamente cuando pasó lo de Sunoo.—rodé los ojos.

— Estás pensando de más, Yoon... Bueno, regresaré a mi consultorio, tengo un paciente en unos minutos.—dije revisando la hora en mi reloj de muñeca.— Nos vemos después.—palmeé suavemente su hombro antes de regresar a mi consultorio y continuar con mi trabajo.



(...)



— Mami.—Hyungmin me habló cuando subimos al ascensor de nuestro edificio, minutos antes había pasado por él a casa de mi suegra, ella era quien lo cuidaba habitualmente cuando Sunoo y yo nos encontrábamos trabajando.

— ¿Si, amor?

— Extraño a papi... ¿Podemos visitarlo?—tragué saliva y respiré profundo, llegamos a nuestro piso y salimos del ascensor. Me agaché a la altura de mi hijo y tomé sus manos mirándolo a los ojos.

— No, mi amor, no podemos visitarlo... Tu papi está en el cielo, ¿lo recuerdas? Nosotros no podemos ir al cielo, nos falta mucho para eso.—sentí un nudo en la garganta y jugué con sus deditos.— Yo también lo extraño mucho pero estoy tranquila porque sé que nos está cuidando desde allá arriba.

— ¿Nos está cuidando?—asentí acariciando su mejilla y lo abracé, Hyungmin correspondió el abrazo y besó mi mejilla.— Mami, tengo hambre.—sonreí ligeramente.

— Vamos a prepararte algo.—me separé del abrazo y me puse de pie tomando su manita, caminamos por el pasillo hasta llegar a nuestro departamento. Al entrar Hyungmin corrió a jugar con sus juguetes que estaban en el sillón de la sala y sonreí mirándolo con cariño.— Señorito, los zapatos.—le recordé mientras me quitaba mis zapatos, hizo una cara de sorpresa y soltó los juguetes para regresarse a la entrada, se quitó sus zapatos y los acomodó junto a los míos en el mueble que teníamos para los zapatos.

La sonrisa se me fue borrando del rostro al ver en la parte de arriba los zapatos de Sunoo, todavía no me atrevía a quitarlos de ahí. De hecho, seguía teniendo todas sus cosas como las había dejado la mañana de ese día... Sabía perfectamente que me estaba negando a aceptar su pérdida y que eso no era bueno para mí pero sentía que era muy pronto para deshacerme de sus cosas... Por fin entendía verdaderamente a mis pacientes.

Suspiré dándole una mirada a Hyungmin, se había regresado a la sala y de nuevo estaba jugando con sus juguetes. Mientras lo miraba recordé que tenía mi sesión con el doctor Kim dentro de un par de horas, por lo que me apresuré a preparar algo de comer.

Preparé pechuga de pollo y vegetales al vapor con un poco de pasta. Serví la comida y llamé a Hyungmin, fuimos a lavar nuestras manos al baño, luego regresamos al comedor para comenzar a comer. Estaba debatiendo mentalmente con quien dejar a Hyungmin mientras yo estaba en mi sesión, mi suegra me dijo que no estaría en su casa a esa hora y mi madre estaba trabajando. ¿Y si lo dejaba con mi abuela?

Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos y limpié mis labios con una servilleta antes de levantarme para ir a atender. Al abrir la puerta me sorprendí al encontrarme con Jungwon frente a mí.

— Hola.—me dio una sonrisa nerviosa.

— ¿Qué haces aquí?—no correspondí a su saludo y fruncí el ceño.

— No sé si recuerdes que te dije que me mudaría pronto, pues... Me mudé. A ese departamento.—señaló la puerta del departamento que estaba frente al mío. Abrí los ojos con sorpresa, ¿qué? Ni siquiera sabía que ese departamento estaba deshabitado.— Así que si necesitas algo, sólo llama a la puerta y te ayudaré.

— Mami, ¿quién es?—Hyungmin apareció detrás de mí y se abrazó a mi pierna al ver a Jungwon. 

Una idea vino a mi mente, aprovecharía esa ayuda que Jungwon me estaba ofreciendo, sólo esperaba no arrepentirme de eso.

— ¿Tienes algo qué hacer en las próximas horas?

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora