capítulo 24

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— Orden número diecisiete.—dijeron por el altavoz. Maldición, ese era el número de mi orden. 

Siguieron llamando pero yo no quería levantarme, no quería que esas personas me vieran... Pero mi comida, tenía muchísima hambre.

— Oye.—sentí una mano en mi hombro y sobresalté.— Lo siento, creo que esa es tu orden.—me dijo amablemente la chica que estaba con Jungwon.

— Ah sí, creo que sí... Gracias.—dije poniéndome de pie, al instante sentí las miradas de esos tres. Instintivamente cubrí mi vientre con mis brazos, como si ellos pudieran ver a través de la enorme camiseta que llevaba puesta. Me apresuré a ir por mi pedido y me regresé a la mesa mirando la entrada del local, ¿por qué Sunoo tardaba tanto? Le di un trago a mi bebida y comencé a comer mientras le mandaba varios mensajes a Sunoo.

— Come más despacio o te vas a indigestar.—levanté la cabeza como si hubiera visto un ángel, Sunoo me sonrió sentándose frente a mí.— ¿Por qué estás tan ansiosa?

— ¿Cuándo llegaste?—pregunté con la boca llena, haciéndolo reír.

— Hace unos segundos, estabas tan concentrada en tu celular que no te diste cuenta.—tomó una servilleta y limpió la comisura de mis labios, me sonrojé bajando la mirada.

— Te estaba mandando mensajes... ¿Por qué tardaste tanto?—lo miré haciendo un puchero.

— Porque pasé por esto.—puso una bolsa de plástico en la mesa, la revisé con curiosidad y sonreí ampliamente, era helado de chocomenta.

— ¿Cómo sabías que quería comer esto?—saqué el bote y comencé a comer felizmente.

— Siempre quieres comer helado, amor.—sonrió tomando una rebanada de pizza y le dio un mordisco.— No me respondiste porqué estás tan ansiosa, casi te acabas la pizza tú sola.

— Oh.—al verlo se me había olvidado que a mis costados estaban las personas responsables de mis tristezas de los últimos meses. Tomé mi celular, escribiéndole rápidamente a Sunoo.— Lee el mensaje que te acabo de mandar.—asintió sacando su celular de su bolsillo y se puso a leer el mensaje, sus ojos se abrieron con sorpresa y miró hacia ambas direcciones sin nada de discreción.

— ¿Por qué no te fuiste al verlos?—susurró para mí.

— ¿Por qué me iba a ir? Yo llegué primero, además ya había pagado la comida.—dejé el helado de lado para comer un poco de la pasta. Sonrió divertido y comió de la pasta también.

— Vengamos más seguido, esperando no encontrarnos con personas molestas como hoy.—dijo relamiendo sus labios y solté una risa.

Una sonrisa se dibujó en mis labios, tener a Sunoo conmigo mejoraba absolutamente todo. El mundo se podría estar acabando pero si lo tenía a mi lado, nada más me importaría.



(...)



— Hola, Youngmin, ¿cómo estás?—el doctor Choi me sonrió cuando entré a su consultorio.

— Bien, supongo...—murmuré sentándome en frente a él. Era extraño hablarle, en los cinco años que llevaba casado con mi madre jamás le había dirigido ni una sola palabra.

— Jiyoung me platicó un poco de tu situación pero me gustaría que tú me lo contaras, por favor.

— Yo... Terminé con mi pareja de ese entonces, me sentía tan mal que lo único que se me ocurrió fue embriagarme para olvidarme de él... No recuerdo exactamente cuantas cervezas fueron, creo que me tomé unas seis cervezas al día, por cuatro días seguidos.—bajé la mirada mientras hablaba, no me sentía para nada orgullosa de eso.

— ¿Cuándo fue eso? 

— A principios de junio.

— Y la concepción, ¿sabes cuando fue?—suspiré ligeramente.

— No pero la última vez que tuve sexo fue a mediados de mayo.

— Los tiempos coinciden... Veamos tus análisis.—tomó la carpeta y la abrió comenzando a leer los resultados de mis análisis. Moví mis piernas con rapidez, verlo leer tan tranquilamente me estaba torturando.— Todo está bien, tus niveles de hemoglobina están algo bajos por lo que tendrás que tomar suplementos de hierro pero todo lo demás está bien... Pasa a la camilla, por favor, vamos a ver cómo va el bebé.

Asentí poniéndome de pie y fui a recostarme en la camilla. El proceso fue igual que con mi madre; me subí la camiseta, me puso el gel y comenzó a ver el feto en la pantalla. Me hubiera gustado que Sunoo me acompañara pero tuvo que quedarse a cuidar a Yeeun ya que su madre había ido a hacer las compras del hogar.

— Todo se ve bien, el bebé tiene el tamaño y el peso adecuado para su edad gestacional... ¿Te gustaría escuchar los latidos de su corazón?—hice un sonido de afirmación al instante, movió algunas cosas y segundos después los latidos se escucharon en la habitación. Por unos instantes me quedé atónita, no me creía lo que estaba escuchando, parecía irreal... Luego comencé a llorar, dentro de mí estaba creciendo una persona, en unos meses me convertiría en madre, mis lágrimas eran de felicidad. 

El doctor Choi me dio unos pañuelos para limpiar mi rostro y le agradecí con una sonrisa, me devolvió la sonrisa para luego seguir viendo algo en la pantalla.

— Ya se puede ver el sexo del bebé, ¿te gustaría saberlo?

— Sí, sí, por favor.—respondí rápidamente y soltó una pequeña risa.

— Es un niño.—sonreí ampliamente, un niño... Ya tenía el nombre perfecto.

La consulta siguió, ya no me encontraba nerviosa y además me había comenzando a sentir más cómoda con mi padrastro, no era un mal hombre como había pensado.  Me despedí de él agradeciéndole por todo y le pagué la consulta a pesar de que se negó al principio. Al salir del hospital le mandé un mensaje a Sunoo diciéndole que me iría a mi departamento ya que estaba muy cansada y quería dormir.

Pedí un taxi y me fui a mi departamento. En el camino no podía dejar de ver la ecografía que el doctor me había dado, estaba muy feliz y emocionada... Aunque esa felicidad se me fue al ver a Jungwon esperándome en la puerta de mi departamento.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora