capítulo 16

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— Ya se durmió.—dije en volumen bajo después de ir a revisar a Minjae y me senté junto a Jungwon soltando un suspiro.

— Bien...—murmuró sin mirarme.— Quiero explicarte lo que pasó, no es como tú te lo imaginas, es... No llegó tan lejos.

— No te estoy entendiendo, Jungwon.—suspiró acomodándose en el sillón.

— Antes de conocerte, había conocido una chica en una de mis clases... No te voy a mentir, me gustó, su apariencia y su forma de ser, es estudiosa, muy amable y responsable...—bajé la mirada, esa chica era todo lo contrario a mí... ¿Entonces qué fue lo que le gustó de mí? ¿Se enamoró de mí sólo por el sexo?— No pasó mucho con ella, de hecho no pasó nada, sólo hablábamos en las clases que teníamos juntos... Luego te conocí y me olvidé de ella, ya no le hablaba tanto como antes y creo que eso le molestó porque de un día para otro estaba coqueteándome, mandándome mensajes y demás. Sentí algo extraño cuando eso pasó, no sé como explicarlo, cada que ella me abrazaba o dejaba besos en mis mejillas se sentía mal pero a la vez bien...

— Eso es por la dopamina.—lo interrumpí mirándolo por unos segundos.— La dopamina es comúnmente considerada la causante de las sensaciones placenteras y la sensación de relajación, y en el momento de una infidelidad, el cerebro libera grandes cantidades de dopamina, pasa lo mismo en la etapa del enamoramiento es por eso que...—dejé de hablar cuando Jungwon se me quedó mirando y tragué saliva, como odiaba cuando hablaba de más.— Perdón por interrumpirte, sigue hablando.

— No pasa nada, me gustó un poco la explicación de la dopamina y eso... A lo que quería llegar es que, nunca la besé, nunca tuvimos relaciones ni nada más fuerte, sólo nos abrazábamos y ella me daba besitos.—entrecerré los ojos, parecía decir la verdad. Para muchas personas eso se consideraría una infidelidad pero para mí eso no era nada, no podía hacerme la santa enojándome por algo así cuando yo sí fui infiel de verdad. 

Suspiré cruzándome de brazos y me hice para atrás recostándome en el respaldo del sillón. Jungwon me miró esperando una respuesta de mi parte. 

— Siéndote sincera, para mí eso no cuenta como infidelidad...

— Jiwon me dijo que dirías eso.—lo miré alzando una ceja, esa Jiwon chismosa.

— Pero.—dije levantando el dedo índice.— Nada me garantiza que esos abracitos o besitos en la mejilla no van a escalar a algo más, así que si viniste a que te diera otra oportunidad, lamento decirte que no quiero dártela, mejor prevenir que lamentar. Podemos ser amigos y demás pero ya no voy a poder confiar en ti como para estar una relación.—hablé con sinceridad y me encogí de hombros. Jungwon sólo bajó la mirada jugando con sus manos.

— Jiwon también dijo que dirías eso...—un suspiro salió de sus labios.— ¿No hay manera de que pueda recuperar tu confianza?

— No lo creo.—puse mi mano en su hombro.— ¿Por qué mejor no lo intentas con la otra chica? ¿Cómo se llama?—lo dudó un poco pero terminó diciéndome su nombre.

— Choi Yunjin.

— Tiene lindo nombre.—sonreí y le di una mirada al reloj que estaba en la sala.— Ya deberías irte, pronto pasará el último metro hacia tu casa.—también miró el reloj y asintió poniéndose de pie. Lo acompañé a la puerta, salió del departamento y se giró a verme con la intención de hacer algo pero no se atrevió, apreté los labios sabiendo lo que quería hacer.— Gracias otra vez por ayudarme con Minjae...

— No me agradezcas, no hice mucho.—sonrió sin mostrar los dientes y se rascó la nuca girando su cuerpo hacia el pasillo, preparándose para irse.— Espero que me puedas perdonar algún día... Adiós, Youngmin.

— Adiós, Jungwon.—fue lo último que dije para después cerrar la puerta. Me apoyé en ésta soltando un gran suspiro.

Se podía decir que terminamos de buena manera y terminar en buenos términos la relación se sentía bien, definitivamente seguía doliendo pero no tanto como lo había hecho antes.



(...)



— Ah, un congreso... Qué curioso que ambos tenían cosas que hacer este fin de semana.—le dije a mi madre por el teléfono mientras embarraba mayonesa en el pan para el sándwich de Minjae. Cuando me desperté tenía un mensaje de mi madre diciéndome que la llamara lo más pronto posible y eso hice, me salió con que tenía un congreso muy importante el domingo pero que se tendría que ir ese sábado en la tarde y casualmente el niñero de Yeeun no podía cuidarla porque tenía algo que hacer.— ¿A qué hora la vas a traer? 

— Como a las once o doce.

— Mmm... ¿Todavía usa pañal?—pregunté mientras hacía más sándwiches.

— Sí pero usa de los que son como calzón y se los baja y sube ella sola, apenas le estoy enseñando a ir al baño.

— Ah, a ella sí le enseñaste.—no pude evitar escupir mi veneno a pesar de que me había prometido que no haría ese tipo de comentarios. Mi madre no respondió nada y me sentí mal, estábamos teniendo una conversación normal y yo lo arruiné.

— Bueno, ya tengo que colgar... Nos vemos en unas horas.

— Bien, nos vemos.—colgué y dejé el celular a un lado.— ¡Minjae, ven a desayunar!

Minutos después Minjae salió de la habitación con el cabello desordenado tallándose el ojo, se sentó en la mesa y le serví dos sándwiches junto con un vaso de leche. Me senté a su lado comiendo también.

Mi celular comenzó a sonar y resoplé poniéndome de pie para ir por él. Jiwon me estaba llamando, ¿tan temprano? ¿Pues qué quería?

— ¿Cómo que le dijiste a Jungwon que anduviera con la otra tipa?—preguntó molesta apenas contesté.

— Buenos días a ti también.—suspiré yendo a mi habitación para que Minjae no escuchara la conversación.

— Sí, sí, buenos días... ¿Cómo que le dijiste a Jungwon que anduviera con la tipa esa?—repitió la pregunta y rodé los ojos.

— Le gusta la chica, así que le dije que intentara algo con ella, ya si él decide hacerlo o no, no es mi problema.—me senté en la cama.

— ¿No puedes darle otra oportunidad?

— No, no me quiero arriesgar a enamorarme de más y que al final resulte que tenía una amiguita, tú mejor que nadie deberías entender eso.—la escuché suspirar.

— Tienes razón... Pero eres la única que quiero que sea mi cuñada, no conozco a la tal Yunjin pero no me cae...

— Pues conócela, no la juzgues antes.—volvió a suspirar y seguimos hablando por un rato más hasta que nos despedimos porque Jiwon tenía que ir a comprar algo. Me regresé al comedor para terminar de desayunar y luego Minjae y yo nos pusimos a ver una película mientras esperaba a mi madre.

Puntualmente, el timbre de la puerta sonó y me levanté para ir a abrir. Ahí estaba mi madre con la pequeña niña tomada de la mano. Ésta me miró y le sonreí, estaba muy chiquita y se veía muy tierna con las dos coletas que traía. Mi madre me dio algunas indicaciones de cómo cuidarla y qué comidas no darle, al parecer Yeeun también era alérgica a las nueces como yo.

— Bueno, mañana temprano vendrá su niñero por ella, se llama Kim Sunoo...

— No quiero juzgar pero, ¿por qué tiene un hombre como niñera?

— Sunoo la cuida muy bien, mucho mejor que todas las niñeras mujeres que tuvo... Te voy a dar su número por si necesitas ayuda o tienes dudas sobre Yeeun.—de su bolso sacó un papelito y me lo dio.— Está ocupado con algo de la universidad pero si algo pasa con Yeeun vendrá corriendo, no dudes en llamarlo si algo ocurre.

— Está bien.—la verdad me sorprendía la confianza que le tenía al tal Sunoo. ¿Tan bueno era cuidando a los niños?

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora