capítulo 43

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Me desperté en medio de la noche por unos golpes en la puerta del departamento, me froté los ojos mirando la hora en mi celular, eran las dos de la madrugada. Un gruñido salió de mis labios, maldiciendo a la persona que estuviera tocando a esa hora, tanto que me había costado dormirme para que un imbécil llegara a molestar.

Me acomodé de nuevo en la cama abrazando mi almohada pero los golpes no se detenían, rechiné los dientes levantándome con rabia, si la persona seguía tocando de esa manera despertaría a Hyungmin y cuando mi hijo se despertaba nada era capaz de hacerlo volver a dormir.

— Voy a darle un puñetazo en la cara a la persona que sea.—murmuraba entre dientes y fui a la puerta, miré por la mirilla y sentí que me hervía la sangre al ver que era Jungwon. Abrí la puerta dispuesta a decirle un par de maldiciones pero fue más rápido, sujetó mi rostro y pegó sus labios a los míos, tomándome por sorpresa.

Sus labios sabían a cerveza, por lo que llegué a la conclusión de que estaba borracho. Lo empujé suavemente y me limpié los labios con la manga, el sabor amargo de la cerveza me asqueó por completo. Jungwon puso sus manos en mis costados dispuesto a besarme de nuevo pero puse mi mano en su rostro, impidiéndoselo.

— No, sabes a cerveza y estás borracho... Vete a tu departamento.—volví a empujarlo para que se alejara pero estaba renuente a soltarme.

— No quiero estar solo, Youngmin... ¿Puedo dormir contigo?—me miró con ojos de borrego a medio morir.

— No.

— Por favor, Youngmin.—exclamó alargando las palabras.— Es mi cumpleaños.

— Técnicamente ya no es tu cumpleaños.—hizo un puchero y comenzó a hacer un berrinche, arrugué la nariz, ya sabía de donde Hyungmin había sacado lo berrinchudo.

— Por favor, no me gusta estar solo...—suspiré rodando los ojos.

— Está bien, está bien, vamos a mi habitación.—una enorme sonrisa apareció en su rostro y me soltó para ir directo a mi habitación, solté otro suspiro y cerré la puerta antes de volver a la habitación.— ¿Por qué demonios te quitaste la ropa?—pregunté con el ceño fruncido al ver que estaba acostado en mi cama solamente con su ropa interior.

— No me gusta dormir con ropa... ¿Para qué es esta cosa?—tomó mi almohada y la miró como si fuera la cosa más rara del mundo.

— Es una almohada prenatal, me da soporte a la hora de dormir... Deja eso.—se la quité de las manos al ver que la estiraba. La acomodé en la cama y me acosté dándole la espalda, cerré los ojos disponiéndome a continuar durmiendo.

— Tu habitación cambió mucho.—abrí los ojos de golpe y apreté los labios.

— Duérmete ya, tengo cosas que hacer en unas horas...

— Cierto, es el cumpleaños del pequeño Hyungmin, ya cinco años... Más o menos a ésta hora nació, ¿no?—continuó hablando, no le respondí, sólo quería dormir.— ¿Ya te dormiste, amor? Lamento haberte despertado en medio de la noche pero te extrañaba mucho, no podía dejar de pensar en ti mientras estaba en el bar con mis compañeros...—murmuró con la voz adormilada y puso una de sus manos en mi cintura, era lo más que se podía acercar por la almohada. Mi corazón latió frenéticamente, después del acuerdo que hicimos no había hecho comentarios de ese tipo.

Giré mi cuerpo para decirle algo pero lo encontré durmiendo plácidamente, sonreí cuando comenzó a roncar y volví a acomodarme para dormir.



(...)



El canto de los pajaritos me despertó y me removí estirando la mano hacia atrás para despertar a Jungwon, abrí los ojos en grande al no sentirlo a mi lado y me giré, no estaba, ¿acaso soñé que fue a verme en la madrugada?

Me senté en la cama pasándome las manos por el rostro y guardé mi almohada para luego levantarme, eran las ocho de la mañana, estaba bien de tiempo para preparar las cosas de la fiesta. Salí de mi habitación y fruncí el ceño al escuchar a Hyungmin hablar con alguien en la cocina.

Me apresuré a ver con quien estaba hablando y sentí un enorme alivio al ver que era Jungwon, entonces no fue un sueño, en verdad había ido a verme en medio de la noche.

— ¡Mami!—Hyungmin gritó al verme y se acercó a abrazarme.

— Hola, mi amor, feliz cumpleaños.—acaricié su cabello.

— Mami, dejaste la puerta abierta, el tío Jungwon vino a avisarme, muy mal, mami, es peligroso.—me regañó y miré a Jungwon, éste sólo me miraba con una sonrisa divertida.— ¡Mira! El tío Jungwon me está preparando el desayuno porque es mi cumpleaños.

— Sí, ya vi... Huele a quemado.—dije soltando una risa viendo que detrás de Jungwon aparecía humo, alzó las cejas con sorpresa y se giró con la espátula en mano.

— No, no, no.—se le escuchó murmurar mientras sacaba un hotcake completamente quemado de un lado y crudo del otro.

— ¿Estás seguro de que sabes cocinar?

— Claro que sí.

— ¿Segurísimo? Puedo ayudarte...—me miró como si lo hubiera insultado.

— ¡No! Quiero hacerle yo solo el desayuno a mi hi...—dejó de hablar y ambos nos miramos con los ojos muy abiertos.—... A mi niño favorito, quiero hacerle el desayuno a mi niño favorito, sí, eso.

— Tío, mejor deja que mami haga los hotcakes, no quiero llegar tarde con papi.—Hyungmin habló balanceando los brazos y fue ahí que recordé que le dije que lo llevaría conmigo al cementerio para que visitara a su padre.

— Oh... Está bien.—dejó la espátula en la barra y se alejó de la estufa con una expresión de desilusión en el rostro. Me acerqué tomando el tazón con la mezcla y miré de reojo a Jungwon.

— ¿Te gustaría acompañarnos?—le pregunté comenzando a hacer los hotcakes en otra sartén porque la otra tenía pedazos de mezcla quemada.

— ¿Quieres que los acompañe a visitar a Sunoo?—asentí.

— Era tu amigo, ¿no? ¿No te gustaría visitarlo? 

— Claro que sí... Iré a bañarme mientras ustedes desayunan.—dijo antes de irse apresuradamente y sonreí.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora