capítulo 44

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— ¡Hola, papi!—Hyungmin saludó alegremente mientras se encontraba en los brazos de Jungwon para ver mejor el nicho de su padre, yo ya no podía cargarlo.— Hoy es mi cumpleaños número cinco.—levantó su mano mostrando sus cinco dedos.— No puedes venir a mi fiesta, ¿verdad...? Te extraño mucho, papi... —la alegría que tenía instantes antes se apagó poco a poco.

Apreté los labios sintiendo que los ojos se me cristalizaban, era el primer cumpleaños de Hyungmin que pasaríamos sin Sunoo  y eso dolía mucho. Sentí la mano de Jungwon tomando la mía y lo miré, me dio una pequeña sonrisa acariciando el dorso de mi mano.

— ¡Ah! Papi, quiero presentarte al tío Jungwon.—Hyungmin se giró mirando a Jungwon y le tomó el rostro entre sus pequeñas manos.— Él es el tío Jungwon, papi... Es un poco feo pero me cae muy bien, juega conmigo y cuida a mami.—no pude evitar soltar una carcajada por lo que dijo mi hijo, inconscientemente se estaba diciendo feo a sí mismo.

Hyungmin siguió hablando con su papá Sunoo, diciéndole que pronto entraría a la escuela y que estaba muy emocionado por hacer muchos amigos, ya que se sentía muy solo porque su primo Dokyum no quería hablar con él y Yeeun estaba muy vieja, según sus palabras.

Después fue mi turno de hablar con Sunoo, fue un poco incómodo al principio porque nunca lo había hecho con alguien más presente que no fuera Hyungmin pero conforme más hablaba, se me iba olvidando que Jungwon estaba ahí y el momento fue solamente de Sunoo y mío.

— Las rosas ya se están marchitando... Mañana vendré a cambiarlas.—murmuré tocando un rosa con la punta de mi dedo, provocando que un pétalo cayera hasta el piso.— Ya nos tenemos que ir, tengo que preparar la cena y las decoraciones para la fiesta de Hyungmin, nos vemos mañana, amor.

Besé mis dedos y luego los puse en la placa, dejándole un beso a mi esposo. Sonreí ligeramente y me giré para hacia Jungwon, sorprendiéndome al encontrarlo con los ojos llenos de lágrimas mientras Hyungmin jugaba con sus manos ajeno al estado de su tío Jungwon.

— ¿Qué pasa?—le pregunté mirándolo con preocupación. Apretó los labios limpiándose los ojos con su mano.

— Nada, es sólo que... Fue muy bonito verte hablar con Sunoo.—sonreí acercándome a él y pellizqué su mejilla.

— No recordaba que fueras tan sensible.—alcé las cejas divertida, se aclaró la garganta y apartó la mirada.

— No lo soy...

— Ajá, lo que digas... Bueno, es hora de irnos, tengo muchas que hacer para la noche.—extendí la mano para que Hyungmin la tomara.— Y además tengo que poner aún más guapo a éste niño de aquí.—le sonreí a mi hijo y él me devolvió la sonrisa.

— Espera, antes de que nos vayamos... ¿Puedo hablar con Sunoo?—Jungwon me preguntó y ladeé la cabeza intrigada.

— Claro... ¿Quieres privacidad?—asintió.— Bien, te esperaremos en el auto.

Hyungmin y yo salimos del cementerio y nos sentamos en el auto a esperar a Jungwon. ¿De qué cosas quería hablar con Sunoo? Me estaba matando la curiosidad.



(...)



La hora acordada para la fiesta había llegado y mis familiares comenzaron a llegar muy bien vestidos y con regalos para mi hijo. Traté de no reírme al ver las expresiones de mi madre y de mi abuela al ver que Jungwon estaba presente, el cual había sido invitado por Hyungmin. Yo lo iba a invitar porque me parecía muy grosero no hacerlo pero fue muy adorable que mi hijo lo invitara él mismo.

— Youngmin...—mi madre me llamó moviendo su dedo para que me acercara pero negué.

— Estoy ocupada, lo que me quieras decir puedes hacerlo en otra ocasión, hoy es para festejar a mi hijo.—alzó las cejas al escuchar mis palabras y resopló volteando hacia otro lado.

Unos golpes se escucharon en la puerta y mi padre mandó a Minjae a que abriera, quien lo hizo a regañadientes. Mi corazón latió con fuerza porque sabía muy bien quienes eran, toda mi familia ya había llegado, por lo que sólo faltaban los Kim.

— ¡Abuela!—Hyungmin gritó corriendo a la entrada y abrazó a mi suegra.

— Mi pequeño, feliz cumpleaños.—le correspondió el abrazo sonriendo ampliamente. Detrás de ella estaban mi suegro y mi cuñada.

— Hyungmin, deja que terminen de entrar a la casa.—dije con una sonrisa, la abuela Sunhwa era la favorita de Hyungmin, era con la que más convivía.

— Ven, abuela, quiero presentarte a mi amigo.—la tomó de la mano, jalándola con él hasta donde se encontraba Jungwon. Abrí los ojos en grande, había llegado el momento de que mi familia política supiera que había aceptado a Jungwon en mi vida nuevamente.— Él es mi amigo Jungwon, abuela.

— Mucho gusto.—mi suegra dijo con tono amable extendiendo la mano hacia Jungwon y éste la tomó, se dieron un rápido apretón de manos.

— Mucho gusto, señora.—Jungwon se veía notoriamente nervioso.

— Bueno, ¿la cena ya está lista, hija? ¿Quieres que te ayude con algo?—se giró hacia mí, asustándome un poco.

— Ya está la cena, sólo falta servir...

— Déjame hacerlo... Siéntate y descansa, te deben estar matando los pies y la espalda.—se acercó y me ayudó a sentarme.— Te están viendo con ésta panza y nadie se ofrece a ayudar, es increíble.—murmuró con el ceño fruncido y solté una pequeña risa.

Mi suegra Sunhwa sirvió la comida con ayuda de mi cuñada Sunhee, tenía una mesa pequeña por lo que varios de los invitados comieron en la cocina o en la sala. Y por supuesto, mi abuela se quejó de eso y de más cosas diciendo que debía comprar una casa más grande porque mi departamento era demasiado pequeño, y lo sería aún más cuando las gemelas nacieran. Tenía razón pero una casa era demasiado costosa.

— Youngmin, hija, ¿podemos hablar?—mi suegra me preguntó poniendo sus manos en mis hombros para llamar mi atención, Hyungmin se encontraba abriendo sus regalos después de que terminamos de cenar.

— Claro, vamos a la habitación.

Al llegar a la habitación cerré la puerta y nos sentamos en la cama, me mordí el labio nerviosa.

— Jungwon y tú... ¿Están juntos?—me miró a los ojos y suspiré.

— En éste momento no pero en un futuro, puede que sí...—bajé la mirada.— ¿Estás enojada?

— ¿Por qué lo estaría? Es bueno saber que estás rehaciendo tu vida.—levanté la mirada sorprendida.— Sunoo querría eso... Él querría que fueras feliz, hija.—al escuchar esas palabras comencé a llorar y me abracé a ella.

— Pero... Es Jungwon...

— Sunoo estaría contento al saber que estás rehaciendo tu vida junto a él y que será el que cuidará a sus hijas... Lo apreciaba mucho, me dijo que lo quería como a un hermano.—acarició mi espalda.— No te sientas culpable por volver a amar y permitir que te amen, mereces ser feliz, Youngmin.

Lloré con más fuerza, eso era lo que necesitaba escuchar. 

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora