capítulo 18

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— Tuviste un fin de semana de locos, amiga.—Jiwon rió mientras nos sentábamos a esperar al profesor.

— La verdad sí pero fue lindo convivir con mis hermanos... Creo que ahora te entiendo un poco, aunque mis hermanos están chiquitos y tú sólo le llevas dos años a Jungwon...—me fulminó con la mirada y sonreí divertida.

— Hablando de él, el sábado invitó a salir a la Yunjin...—levanté mi mano para interrumpirla.

— No quiero saber, Jiwon, así que por favor no me platiques de lo que hace tu hermano.—juntó los labios y asintió.— Se podría decir que terminamos bien pero no quedamos en ser amigos... Puedes mencionarlo, claro, pero cosas de su vida romántica no quiero saberlas.

— Entiendo.

El profesor entró al aula acompañado de un chico, éste llevaba varios libros en sus manos. Minjoo, la encargada oficial de entregar los exámenes, soltó una risita murmurando en volumen alto que el chico estaba muy guapo, era obvio que lo había hecho apropósito para que el chico la mirara. Me crucé de brazos sobre mi escritorio, las chicas así no eran muy de mi agrado, tal vez esa era la razón por la que no le había prestado atención antes.

Las demás chicas en el salón también comenzaron a murmurar sobre el chico, el cual parecía ignorarlas por completo, de seguro estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones. El profesor terminó su conversación con el chico y se giró hacia nosotros, regañando a las chicas que estuvieran cuchicheando.

Cuando el chico se dio la vuelta dispuesto a irse, nuestras miradas se encontraron y me quedé boquiabierta, ¡era Sunoo! Se detuvo de golpe, su rostro mostrando una expresión de asombro. ¿Estudiaba psicología? Y en la misma universidad que yo, ¿cómo es que no lo había visto antes? Porque siendo sinceros, la cara que tenía era una cara difícil de ignorar.

— Señor Kim, ya puede retirarse.—la voz del profesor lo hizo salir de su trance y se apresuró a salir del aula, yo no pude quitarle la mirada de encima mientras se iba.

— ¿Lo conoces? Se te quedó mirando como si fueras un fantasma...—Jiwon susurró para que sólo yo la escuchara.

— Es el niñero de Yeeun.

— ¿El groserito de sonrisa bonita?—asentí.— Se ve tierno...—siguió hablando pero ya no la escuché, tampoco escuché lo que decía el profesor.

Kim Sunoo... Qué curiosa podía ser la vida, terminamos encontrándonos en la misma universidad y hasta en la misma facultad.

Me acomodé en mi asiento prestándole atención al profesor y anotando en mi libreta lo que me parecía más relevante. Miré de reojo a Jiwon, desconcentrándome al ver que en lugar de escribir y hacer apuntes estaba metida en su celular, ¿acaso habíamos cambiado de personalidad?

— Iré a la cafetería, ¿vienes?—me preguntó Jiwon cuando la clase terminó y salimos del aula.

— No, no tengo hambre. Creo que iré a dar un paseo por los alrededores, nos vemos al rato.—me despedí de ella y me fui por el lado contrario, buscando a Sunoo, tenía algo que preguntarle.

Pero había un pequeño problema, no sabía en qué año cursaba, sólo sabía que debía ser de segundo o primero aunque apostaba más por éste último, se veía joven, incluso más joven que Jungwon.

Suspiré, no sería tan fácil encontrar a Sunoo. Caminé por los pasillos buscándolo con la mirada, tampoco estaba tan apresurada como para preguntarles a las personas que estaban en los pasillos si conocían a Sunoo.

— Espera, qué idiota, tengo su número...—recordé quitándome la mochila para buscar mi celular dentro de ésta. Al encontrar mi celular sentí que alguien me tomaba del brazo y me llevaba hasta un aula vacía. — Jake, imbécil...—me quedé callada al ver que la persona que tenía frente a mí era Sunoo.

— ¿Jake? Yo no soy Jake.—frunció el ceño.

— ¿Por qué demonios me jalaste así?—quité su mano de mi brazo y me acomodé la mochila.

— No sé... Te vi en el pasillo y quise molestarte un poco.—sonrió, entrecerré los ojos mirándolo con molestia.

— No te diré nada sólo porque te estaba buscando.—alzó las cejas sorprendido.

— ¿Me estabas buscando? ¿Para qué?

— ¿Hoy cuidas a Yeeun?—asintió.— ¿La cuidas en la casa de Jiyoung o en la tuya?

— En la mía, ¿por qué?

— Quiero ayudarte a cuidarla, ¿a qué hora es tu última clase?—abrió los labios y luego los cerró rápidamente, bajó la mirada rascándose la nuca.

— Salgo a las dos.

— Bueno, yo salgo a la una, puedo esperarte.—sonreí.

— No lo sé...

— Por favor, Sunoo, quiero pasar más tiempo con mi hermana.—hice un puchero, suspiró rodando los ojos.

— Está bien, puedes ayudarme...—lo abracé de la emoción.

— Gracias, gracias, gracias. Te esperaré frente al edificio, nos vemos a las dos.—besé su mejilla antes de irme a mi última clase.



(...)



— Oye, ¿a dónde vas? Esa no es la casa.—dije caminando detrás de él.

— Voy a dejar mis cosas antes de ir por Yeeun.—dijo sin voltear a verme. Llegó a la puerta de la casa que estaba junto a la de mi madre y sacó unas llaves.

— ¿Vives aquí?—pregunté llegando a su lado.

— Sí, bueno, no, esta es la casa donde crecí y donde viven mis padres.—fruncí el ceño, yo no recordaba que Sunoo viviera ahí, antes de que se apareciera en mi departamento no lo había visto ni en fotos... Qué extraño. Abrió la puerta dejándome entrar primero y gritó haciéndole saber a su madre que había llegado.

— Sunoo, mi niño, qué bueno que llegaste.—una señora se apareció por el pasillo.— Oh, trajiste compañía, ya era hora.—parecía emocionada al saber que su hijo había llevado a una chica.

— Mucho gusto, señora, soy Ahn Youngmin.—me presenté educadamente, la señora me miró sorprendida, incluso parecía como si hubiera presenciado un acto paranormal, qué raro. Miró a su hijo con la cara llena de duda, éste evitó su mirada.

— ¿Youngmin? ¿La hija de Lee Jiyoung y Ahn Minjun?—asentí, la señora me sonrió.— Mírate... Ya eres toda una mujer.—ladeé la cabeza confundida.— ¿No me recuerdas? Solías venir todos...

— Mamá, ya volvemos, iremos por Yeeun.—Sunoo interrumpió a su madre tomándome de la mano y me jaló con él al exterior de la casa.

— Hey, grosero, tu madre me estaba diciendo algo...

— No era nada importante.—habló con seriedad, ¿y ahora qué le pasaba?

— Por cierto, me dijiste que estabas viviendo solo. Mentiroso.

— No fue mentira, sólo vengo a la casa de mis padres a cuidar a Yeeun, después me voy a mi departamento.—alcé las cejas, entonces sólo iba dormir a su departamento, ¿eso se podía considerar como vivir solo?— Quédate aquí, iré por Yeeun.

— Está bien.—ni siquiera sentí la necesidad de preguntarle por qué me tenía que quedar afuera, era obvio que mi madre se negaría a que cuidara a mi hermana, el otro día lo había hecho porque no tenía otra opción.

Miré a Sunoo entrar a la casa y minutos después salió con Yeeun en brazos, en su hombro derecho llevaba la mochila con las cosas de la pequeña.

— ¡Unnie!—Yeeun gritó con alegría al verme y sonreí ampliamente.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora