capítulo 45

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— Buenos días.—Jungwon me despertó con un beso en la mejilla y me removí soltando un gruñido, quería seguir durmiendo.— Buenos días a ustedes también.—me levantó la camiseta, exponiendo mi vientre para comenzar a dejar besos en éste.

— ¿Qué hora es?—pregunté tallándome los ojos y cuando se alejó me senté en la cama.

— Son casi las siete.—lo miré de arriba a abajo, llevaba puesto uno de sus tantos trajes costosos. Por unos segundos me arrepentí de haberle dado una copia de las llaves del departamento porque entraba cuando le daba la gana.— Vine a saludarte antes de irme a trabajar... Oh, ya le preparé el desayuno a Hyungmin y no te preocupes, no quemé nada, le preparé cereal.—solté una risa.

— Gracias, supongo.—me levanté para ir a bañarme pero apenas me puse de pie sentí un líquido recorrer mis piernas.— Oh, no...

— ¿Qué pasó? ¿Te hiciste pipí otra vez?—miró el líquido regado en el piso.— Déjame ir por trapeador...

— Eso no es pipí...—lo detuve antes de que saliera de la habitación y frunció el ceño mientras ladeaba la cabeza confundido, cuando se dio cuenta abrió los ojos en grande y comenzó a entrar en pánico.

— ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡La maleta!—corrió hacia el armario y sacó la maleta donde tenía la maleta con las cosas de las bebés.

Por mi lado tomé mi celular para llamar a mi doctora, debía avisarle que se me había roto la fuente y que además no tenía contracciones. Ella me contestó de inmediato y me dijo que debía ir al hospital lo más pronto posible para inducir las contracciones y evitar posibles infecciones, después de colgar llamé a mi suegra para darle aviso y pedirle que cuidara a Hyungmin.

— Jungwon...—le hablé pero me di cuenta de que estaba hablando por teléfono.

— ... Sí, no creo poder ir a trabajar hoy, lo siento, mi pareja está apunto de dar a luz... Gracias, estoy muy emocionado por conocer a mis hijas.—alcé las cejas con sorpresa al escucharlo decir eso y no pude evitar emocionarme a pesar de que dijo eso para no explicar nuestra situación real.— Sí, nos vemos mañana.—colgó la llamada y me miró.— ¿Ahora qué hacemos?

— Eh... Tenemos que ir al hospital, ¿podrías vestir a Hyungmin mientras me cambio?—asintió saliendo rápidamente de la habitación. Me acerqué al armario y me cambié, poniéndome ropa más cómoda y holgada, también me puse una compresa para absorber el líquido. 

Cuando todo estuvo listo nos subimos al auto, primero pasamos por casa de mis suegros y dejamos a Hyungmin, luego fuimos directo al hospital. Al llegar a urgencias me trasladaron a una habitación en el área de obstetricia y me pusieron oxitocina por vía intravenosa para iniciar las contracciones, las cuales fueron terriblemente dolorosas, muchísimo más que en mi primer parto.



(...)



— Son preciosas.—mi suegra dijo con una sonrisa mientras admiraba a las bebés recién nacidas.— ¿Cuál nació primero?

— Sunyoung... Yunsun nació siete minutos después.—me acomodé cuidadosamente para ver a las bebés.— Sunyoung es la de gorrito amarillo y Yunsun la de gorrito rosa.—asintió acercando la mano para acariciar las cabecitas de las pequeñas.

— Ahora que me doy cuenta... ¿Dónde está Jungwon?—preguntó dándole una mirada a la habitación.

— Al final del parto comencé a perder sangre, por lo que Jungwon se preocupó muchísimo y se desmayó, golpeándose la cabeza con algo que estaba cerca. Se abrió la frente y lo mandaron a que le pusieran puntos.—justo en ese momento se escucharon unos golpes en la puerta y ésta se abrió dejando ver a Jungwon con una pequeña gasa en la frente.

— ¿Puedo pasar?

— Claro que sí, pasa... ¿Cómo estás?—lo miré con preocupación mientras se acercaba a mí.

— Estoy bien, no fue nada grave.—respondió sonriéndome y me hice a un lado para que se sentara junto a mí, al hacerlo pasó un brazo por mis hombros, acercándome a su cuerpo.— ¿Cómo están las bebés?

— Están muy bien, justo ahora están dormidas, les acabo de dar su primera comida.

— ¿Cómo estás tú, Youngmin?—seguía preocupado por mí, tomé su mano y dejé un beso en la palma de ésta.

— Estoy bien, tranquilo, me dieron un medicamento para hacer que mi útero se contrajera y dejara de sangrar... Y también me están revisando cada cierto tiempo, no te preocupes.—me envolvió entre sus brazos y me abrazó con fuerza, apoyando su cabeza contra la mía.

— No me digas que no me preocupe... Me asusté mucho cuando dijeron que estabas perdiendo sangre, sentí que...—dejó de hablar de golpe y comenzó a acariciar mi cabello.— Lo bueno es que no te pasó nada.—pasé mis brazos por su espalda, abrazándolo también.

— Bueno, yo tengo que irme.—nos separamos al escuchar a mi suegra y la miramos.— Mañana vengo a verlas, Youngmin... Descansa y cuídate mucho.—llevó su mirada a Jungwon.— Te las encargo, Jungwon, cuídalas mucho a las tres, por favor.

— Claro que sí, yo las cuidaré.

La señora Sunhwa nos sonrió despidiéndose de nosotros y salió de la habitación. Sólo un par de segundos después de su partida mis padres entraron a la habitación, emocionados por la llegada de sus primeras nietas. Y junto a ellos venían mis hermanos con Hyungmin, todos se acercaron a ver a las bebés.

— Mami, no son tan feas como se veían en esas fotos... ¡Son como muñecas!—Hyungmin dijo viéndolas felizmente mientras su abuelo lo tenía en brazos.— ¿Ya podemos llevarlas a casa? Quiero jugar con ellas y peinarles el cabello.—sonreí con ternura.

Algo me decía que Hyungmin sería buen hermano mayor.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora