capítulo 30

2.2K 238 31
                                    




Hyungmin nació en la madrugada del día diez de febrero. Fue una noche caótica, mientras estaba dando a luz, Sunoo y Jungwon llegaron completamente alcoholizados, por lo que hicieron una escena en la sala de urgencia, lugar donde obviamente yo no me encontraba. Me enteré por unas enfermeras de lo que hicieron, literalmente alteraron a todas las personas que estaban esperando ser atendidas.

Cuando por fin encontraron la habitación donde yo estaba, entraron gritando mi nombre y preguntándome por el bebé. Me hubiera reído de como la enfermera los regañaba sino fuera porque un ser vivo de tres kilos estaba saliendo de mí. 

Ya más tranquilos se colocaron a mis costados, cada uno tomando una de mis manos al mismo tiempo que me daban ánimos. La verdad me ayudó mucho tenerlos conmigo, me tranquilicé al no estar sola y el parto fue mucho más fácil.

— Qué cosa tan fea.—fue lo que Jungwon dijo al ver a Hyungmin lleno de líquido amniótico y sangre.

— Se parece a ti.—le respondió Sunoo y luego me miró acariciando mi cabello.— No le hagas caso, amor, hiciste un gran trabajo.—dejé caer mi cabeza sobre la almohada y solté un gran suspiro cansada. 

En algún momento me quedé completamente dormida o tal vez me desmayé, no estaba muy segura, y no me desperté hasta un par de horas después cuando una enfermera fue a despertarme para que le diera de comer a Hyungmin. 

— ¿Por qué sigues despierta, amor?—Sunoo me sacó de mis recuerdos y parpadeé un par de veces antes de voltear a verlo, tenía el cabello desordenado y la cara hinchada.— ¿Otra vez estás viéndolo dormir?

— Sí, simplemente quería asegurarme de que estaba bien... ¿Por qué te despertaste?—se acercó a mí abrazándome por la espalda.

— Me desperté al no sentirte a mi lado.—murmuró con la voz adormilada y cerró los ojos apoyando su mentón en mi hombro.— Necesitas descansar, no has descansado casi nada en estos meses, amor, te vas a quedar dormida en tus clases.

— No puedo evitarlo, no me siento en paz si no estoy cerca de Hyungmin...

— ¿Y si llevamos su cuna a nuestra habitación?—abrió los ojos separándose de mí y asentí en respuesta a su pregunta.— Ya será mañana, bueno, técnicamente será en una horas... En fin, ahora vayamos a dormir.

Salimos de la habitación de Hyungmin y fuimos a la nuestra, nos acostamos en la cama abrazándonos en la posición de cucharita y cerré los ojos tratando de dormir, recordándome mentalmente que estaba en mi último año de la licenciatura y tenía que sacar buenas calificaciones para poder ingresar al posgrado, y para eso tenía que descansar bien.

Aunque en vez de ayudarme a conciliar el sueño, me preocupé aún más.



(...)



— Te ves pésimo.—Jiwon dijo cuando me senté a su lado.

— Gracias.—murmuré sacando mis cosas de la mochila.

— Pero a pesar de tu apariencia, te admiro muchísimo, eres de los mejores promedios y eso que estás cuidando a un recién nacido...

— Hyungmin no es un recién nacido, tiene tres meses.—le respondí mientras terminaba de escribir algunas cosas en una tarea.

— Sí, sí, lo que sea...—dio unos golpecitos en el escritorio.— Me sorprende lo mucho que cambiaste en éste último año, te volviste más responsable y sensata. Lástima que necesitaras tener un hijo para que eso sucediera.

— ¿Te podrías callar? Estoy tratando de concentrarme.—le pedí con molestia. Sinceramente no sabía porqué me seguía juntando con ella, cada día que pasaba me parecía más y más insoportable, ¿siempre había sido así y yo estaba cegada por el cariño que le tenía?

La escuché resoplar y simplemente la ignoré. El profesor entró al aula y dio comienzo a la clase, me acomodé en mi lugar para poder prestarle más atención y escribí algunas anotaciones.

El resto del día pasó normal y tranquilo, no nos dejaron mucha tarea por hacer afortunadamente. Apenas terminó mi última clase me apresuré a salir a buscar a Sunoo para poder ir a recoger juntos a Hyungmin a casa de sus padres.

— Youngmin, qué bueno verte.—Jake se puso delante de mí, literalmente salió de la nada.

— ¿Me permites? Necesito ir a un lugar.—intenté pasar por su lado pero volvió a colocarse frente a mí, obstruyéndome el paso. Su mirada bajó a mis pechos y se mordió el labio inferior.

— Bonita, se te está saliendo la leche.—murmuró con la voz ronca, hice una mueca de asco por su expresión.—Si me lo preguntas, eso es muy sexy...

— No te pregunté nada y tampoco me importa lo que pienses, déjame pasar o voy a gritar.—me dio una media sonrisa y soltó una risa haciéndose a un lado para dejarme pasar.

Jake era como una plaga, no podía deshacerme de él.

Llegué al aula de Sunoo, el cual estaba saliendo de su clase. Al ver mis pechos se quitó el suéter que llevaba amarrado sobre los hombros y me hizo ponérmelo. A mí me daba igual que me vieran, era algo normal y no tenía porqué avergonzarme pero como a Sunoo le incomodaba que la gente se me quedara viendo, me cubrí para que él estuviera tranquilo.

— ¿Nos vamos?—pregunté tomando su mano.

— Espera, necesito ir a entregar algo... ¿Me esperas aquí o me acompañas?

— Te acompaño.—no quería arriesgarme a encontrarme otra vez con Jake. Lo acompañé hasta la oficina de uno de sus profesores y lo esperé afuera de ésta mientras él hablaba con su profesor. Me recargué en la pared cruzándome de brazos, Sunoo se estaba tardando demasiado.

De repente sentí una mirada y me giré encontrándome con Jungwon observándome fijamente, estaba junto a su novia con la que llevaba un mes o tal vez menos, era una chica de mi facultad pero de segundo o primer año. Después del nacimiento de Hyungmin se alejó un poco de nosotros, ya no iba tanto al departamento y Sunoo me dijo que ya casi no hablaban. 

Según él quería ser parte de la vida de Hyungmin pero en ningún momento preguntó por él o fue a verlo, nada, siempre que iba al departamento era para ver a Sunoo y nunca se quedaba por más de diez minutos.  

— Jungwon, ¿me estás haciendo caso? ¿Qué estás mirando?—la chica se giró y yo aparté la mirada, no quería meterme en problemas.— ¿La estás mirando a ella?

— No estoy mirando nada, deja de alucinar... Vayámonos de aquí, quiero ir a tu departamento.—los escuché hablar y de reojo vi que se iban.

Después de eso Sunoo salió de la oficina y por fin pudimos ir por Hyungmin.

The Night Of Passion | Jungwon YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora