Capítulo 10

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La clase de Severus Snape no cambio a como estaba escrita en los libros. La entrada fue tan épica como el discurso.

—Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudaran de que esto sea magia. –Dictaminó el oscuro hombre sin levantar la voz, pero en un tono claro y una lengua arrastrada con desprecio que hacia tensar a cualquiera. Matthew se preguntó cómo alguien realmente pensaría que eso no era magia. – No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos...Puedo enseñarles como embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... Si son algo más que alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

Por un buen momento Gates pensó que en realidad había varias cosas que las pociones no lograban hacer, pero un buen manejo de estas junto con una buena habilidad en la magia de varita podía hacer a cualquiera bastante poderoso. Un buen ejemplo era el hombre frente a él.

—¡Potter! –El llamado del profesor fue tan repentino que varios saltaron en sus lugares. -¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Si bien la respuesta estaba en el libro, Matthew aceptaba que la pregunta era engañosa para un primer año en su primer día. Después de todo en el libro que tenían daban la información en medio de un largo párrafo informativo sobre las propiedades del ajenjo.

—No lo sé, señor. –Contestó Harry causando un gesto burlón en el hombre que se alzaba frente a él. Varias risitas se escucharon alrededor del pelinegro de Slytherin que comenzaba a fruncir el ceño.

—Bah, bah, es evidente que la fama no lo es todo. –Su comentario causo mayor burla en las filas verdes, las manos del Potter menor se apretaron un poco.- Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?

—No lo sé, señor. – En realidad, aunque no todos estaban prestando suficiente atención, ambos pelinegros del mismo apellido estaban conteniendo la molestia por la misma situación.

—Parece que no has abierto ni un libro antes de venir, ¿no es así, Potter?- Una suave sonrisa burlona y un deje de total desdén brotaban del maestro. Oh, como odiaba Matthew a ese tipo de adultos.- ¿Cuál es la diferencia, Potter, entre acónito y luparia?

Granger a este punto estaba de pie, el ruido causo que la batalla de miradas entre el alumno y el maestro se desviara un poco, en ese momento Harry había comenzado a lanzar leves miradas hacia el grupo de Slytherins que se estaban riendo. Por un momento sus ojos se cruzaron con otros verdes idénticos y eso solo pareció hacerlo enojar más.

—No lo sé, pero probablemente Gates lo sepa, es un sabelotodo al fin y al cabo, ¿Por qué no se lo pregunta a él? –El tonó irónico del chico solo causo que el profesor se molestara, pues aprecia que el alumno se burlaba de él. Tras una mirada hacia la castaña que aun esperaba contestar el adulto gruño.

—¡Siéntate! –Le dijo en un tono más alto a la niña que cayó en su lugar de inmediato palideciendo. Luego los ojos ónix fueron hasta los de Gates notando la mirada desaprobatoria del niño. Por un segundo pareció sorprendido pero terminó avivando más la llama de su furia. - ¡Gates! –El grito había sido en el mismo tono que con el otro infante, pero esta vez el nombrado no reaccionó físicamente.

—¿Si, profesor? –Cuestionó Matthew alzando un poco su rostro cuando la sombra envuelta en tela negra se cernió sobre él. No iba a dejarse intimidar.

—¡Conteste las preguntas! ¿O tendré que repetírselo todo? –Al cuestionar lo ultimó Snape mostró un poco los dientes. Las risas habían parado y varios estaban sorprendidos de que realmente se hubiera ido contra uno de los de su casa, más Harry y su amigo parecían más bien complacidos.

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