Oxímoron

Capítulo 52

Lucas era un mago sangre pura de una familia estrato alto en Colombia. Eso si bien significaba que tenía cosas lujosas como una casona que podría fácilmente pasar por Mansión, no llegaba al nivel de los Malfoy. Matthew tuvo que regañar a su amigo por unos comentarios que, al menos, tuvo la decencia de no decir en público sino cuando estaban solos.

—Recuerda que muy amablemente nos están recibiendo. -Mencionó el pelinegro con el ceño un poco fruncido, no quería que su amigo y su familia se ofendiera por el chico o tener que realmente pelear con el rubio por algo tan tonto. Por suerte no volvió a hacer esos comentarios y solo le seguía tranquilamente.

Ese día, la comunidad mágica de Colombia celebraba el Sek Buy, era el recibimiento al sol o donde iniciaba el nuevo año andino. A las seis de la tarde del día veinte se prendía una fogata, a su alrededor había varias decoraciones con flores y todos debían vestir de blanco. Primero se quemaban algunas plantas aromáticas, se hacían algunos sacrificios animales para preparar una comida colectiva mientras todos estaban alrededor del fuego y se tocaba música con instrumentos ancestrales. Se hacía un ritual mágico en que se agradecía a la tierra y unos minutos antes de la media noche varios entraban el río que pasaba cerca de ellos para recibir el nuevo ciclo limpios.

Por supuesto que los chicos hicieron todo esto, al salir la madre de Lucas se les acercó y les hizo beber un trago de aguardiente "para que se calentarán".

En el resto de la madrugada se formó una fiesta en la que todos de nuevo le trataban como si los conocieran de hace años, incluso Draco estaba confundido de que un señor ya algo ebrio se sentara a su lado llamando "Hijo" en español y le estuviera explicando cosas de la vida que el rubio no lograba entender por el arrastre de palabras y las frases inconclusas, pero al final el hombre le dio una palmada en el hombro sonriendo amplio.

—¡Una ronda más en honor a mi muchacho aquí! -Declaró el hombre causando que el resto aplaudiera y gritara. Matthew se estaba ahogando de risa ante la cara de confusión y pánico de su amigo. Malfoy antes había tratado de ignorar al pelinegro porque esté se había quedado charlando con Lucas, pero en ese momento, cuando una de las señoras mayores lo jaló para bailar mientras todos los animaban, no pudo evitar buscarlo con desespero.

Al llegar el día, fueron invitados a un sancocho de olla. El rubio no entendía cómo no se miraban para nada cansados. Siguiendo a los demás se sentó en una de las piedras con el plato apoyado en sus piernas luego de un hechizo regulador de temperatura.

Los ojos verdes del menor lo seguían divertido mientras hacía malabares para comer mientras sostenía la sopa, el plato de seco y la cerveza.

—Deja de reírte de mí y ayúdame. -Ordenó con el ceño fruncido causando una risa más en el pelinegro, pero apiadándose Gates le indicó dónde y cómo podía apoyar algunas de las cosas.

—¿Seguro que eres Ingles? Te adaptas fácil, podrías quedarte aquí conmigo. -Lucas le guiñó un ojo a su amigo, sonriendo de lado. El pelinegro soltó a reír, un poco nervioso pues usualmente él era quien tenía la personalidad coqueta.

—Mira si puedes convencerme antes de que me vaya. -Propuso falsamente Matthew, en ese momento la botella de cerveza que tenía Draco se rompió causando que todos dieran un ligero brinco sorprendidos.

—Perdón, se resbaló. -Disculpó el rubio con una sonrisa tensa, poniéndose de pie y alejándose rápido hasta la orilla del rio para lavarse.

Al quinto día siguieron su camino subiendo hasta la capital del país. Con mucha curiosidad Matthew se escapó un buen momento para buscar en el barrió que recordaba a la que sería su familia en su realidad común, queriendo ver si existía como tal en ese lugar. Muchas cosas parecían muy parecidas, pero en realidad no los encontró. Por un buen momento se preguntó si toda su antigua familia no existía o si solo había algo diferente pero no tuvo tiempo de explorar mucho el tema, tenía que volver con su amigo y seguir el viaje.