Antes de separarse en el tren Matthew le había pasado a cada uno de sus tres amigos un paquete, en este venían dos pergaminos encantados. Se había inspirado en la aplicación de Whatsapp y estos estaban conectados, uno de ellos a los otros tres, el ultimo solo con un pergamino que tenía a él.
Como si tuvieran un chat grupal y uno privado, los mensajes iban subiendo por el pergamino y desapareciendo poco a poco.
Los chicos se veían realmente intrigados, esa misma noche el pergamino grupal se llenó de mensajes. Aunque el único que no hablaba mucho por ahí era Draco, este seguía sintiéndose inquieto con Elizabeth y Luna, por lo que hablaba directamente con Gates por el otro pergamino.
Y vaya que lo hicieron, desde que el niño tomó confianza comenzó a relatar casi todo su día, extasiado de que alguien realmente le prestara atención y le contestara de manera regular, mucho más rápido que con una lechuza.
Ese era en parte el plan del pelinegro, pues se le facilitaba más escribirles así.
Estaba experimentando con algunas cosas muggles, descubriendo porque razón se dañaba ante la magia. La respuesta en realidad era simple: Lo que se dañaba era electrónico, cualquier cosa a lo que un rayo le pudiera caer fácilmente se dañaba. Y es que la magia era eso, energía, una descarga mayor a la del promedio que quemaba todo. Lo cual hacia complicado usar un arma de fuego, pues la magia hacia encender la pólvora, convirtiéndola más en un tipo de bomba en un ambiente cargado.
Pero para otras cosas logró algunos avances generando polos a tierra. Le tomó bastante tiempo porque los que habían creado los muggles no eran para cargas tan altas, pero descubrió que paradójicamente si generabas una protección desde un punto mágico para la conexión al suelo, este funcionaba mejor para mantener a salvo el objeto electrónico.
Sinceramente era mucho trabajo para esos objetos, y solo se podía con los objetos grandes y fijos como televisores, radios o una nevera.
Era más fácil inventar sus propias cosas, pero al menos ya tenía ciertas bases.
Lo único que al final logró sacarlo de sus laboratorios fue un mensaje del joven Malfoy, uno que le hizo sonreír divertido.
"Siempre dices que tengo que conocer para tener mi propia opinión. Bueno, ahora necesito tu ayuda, entonces."
"Cuéntame. ¿En qué puedo complacerte, dulzura?"
"Deja la broma Gates, es enserio.
Quiero ir al mundo muggle, pero mis padres no deben enterarse."
"Una aventura es más divertida si huele a peligro
Tu dime cuando, yo me arriesgo por ti c;"
"Deja esas "caras", me ponen nervioso.
Mañana, mis padres no estarán."
"¿Te pongo nervioso? ¡Si eres tú quien me invita cuando tus padres se van!
Es broma, relájate que te conozco."
"¡No te estoy invitando a la mansión! Mis padres lo sabrían. Nos vemos en el caldero chorreante, a las diez."
"En el hotel, más privacidad pero menos discreción. Entendido, estaré ahí."
"Estúpido."
Matthew soltó una risita y se recostó contra la pared mientras observaba el lugar, su laboratorio ahora mismo era un jodido tesoro. Contenía muchos de sus inventos, tantos físicos como escritos. Un montón de cosas que de caer en manos equivocadas haría más daño que si Voldemort y Grindelwald hubieran decidido unirse por el poder.
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Oxímoron
AventuraPara un lector o alguien con una gran capacidad de soñar la idea de cambiar mundos y vivir aventuras en tierras desconocidas es demasiado tentadora como para ignorarla. Matthew siempre había pensado que la palabra imposible era tan solo un limitant...