Capítulo 31.

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Ninguna de las vacaciones había sido tan tensa para Matthew como esta. Pues no solo tenía que mantener cuidado sobre sus usuales labores como Lord y como Heredero, también debía estar al pendiente de Harry, de que nada pasara en la Mansión Malfoy y de seguir entrenando a los suyos.

Él sabía que en algún momento iba a tener que estallar, el estrés se había convertido en algo cotidiano. Por suerte Voldemort no parecía interesado en atacar en ese momento, prefería mantener su regreso en anonimato y reorganizar a sus tropas.

La primera vez que sus defensas de falso daño fueron probadas con ese tipejo fue cuando castigó a Snape por desconfiar de su fidelidad. Para el resto realmente el maestro de pociones se retorció de dolor, aun manteniendo el rostro tan estoico como podía, una representación fiel de lo que haría el hombre. Fue un alivio para todos ver que ni la cara de serpiente se había enterado de nada, ni realmente el jefe de la casa Slytherin había terminado lastimado en lo más mínimo.

Aun sabiendo que sus hechizos funcionaban perfectamente Matthew saltó a revisar al hombre apenas este salió de ahí.

—Todo está bien, ¿Verdad papá? No te duele nada, ¿Necesitas que lo refuerce por si acaso? –Parloteo el adolecente sin dejar de revisar al mayor, Severus le observó un segundo. Antes había una buena cantidad de respeto por el éxito de la protección pero ahora había un tinte mucho más cálido en sus ojos ónix.

—Está perfecto... Matthew, está perfecto. –Tranquilizó el profesor llamando por primera vez al otro por su nombre. Gates trató de ocultar su felicidad, aunque probablemente no lo hizo tan bien.

Draco había salido blanco de su casa tan solo tras conocer al Lord oscuro, el hombre le había cuestionado por su amistad con Lord Potter y al no poder declarar que pudiera estar a favor de Voldemort este solo le dijo que estuviera al pendiente del chico y tratara de convencerlo a unirse al mejor lado de la guerra.

—No sé cómo es que te has puesto de pie delante de esa... Cosa, y peleado con él. Creo que mantuve la calma solo por tus protecciones y el entrenamiento. –Le comentó el joven rubio una vez verlo, Crabbe y Goyle le miraron curioso, ellos aún no habían visto al señor oscuro.

—Justamente por eso Draco, he estado entrenando desde que tengo uso de razón, yo mismo me hice con la sangre que logra esas protecciones. Por eso es.- Afirmó el azabache encogiéndose de hombros, sus aliados y amigos asistieron respetuosamente para luego seguirlo a entrenar.- Por cierto, no le teman al nombre de ese idiota, pero no lo digan. Tiene un hechizo de rastreo en su propio nombre. Mejor algo como "Voldy" o "Sin nariz".

La propuesta del líder de Slytherin causo una risa seguida de propuestas de apodos para el mago tenebroso, dispuestos a seguir su indicación y no tenerle miedo.

Otra de las cosas que la cara de homúnculo había pedido a sus seguidores había sido justamente que buscaran todo lo que pudieran sobre el atrapasueños y estuvieran alerta. Aún seguía molesto, pero también parecía curioso al saber que siquiera el mismo Albus Dumbledore tenía idea de quien era.

Matthew a su vez había comprado el local donde debía ir el negocio de los gemelos según tenia entendido. Lo había hecho a nombre de estos como un obsequio. Sabiendo que el los galeones se habían dividido en los dos ganadores del torneo y no sabiendo si aun así Harry le había cedido su parte al dúo Weasley, envió los documentos de propiedad hacia los dos chicos con Chimuelo. La escena había sido un poco divertida.

—¡Que demon-...! –Saltó ¿George? Al ver entrar de la misma nada al dragón, por un momento se quedó mirándolo con los ojos abiertos en sorpresa.

—¡Es él! –Reaccionó más rápido el segundo gemelo, reconociendo al ser mágico de los periódicos. –Ey, chico, chico, ven aquí chico...

—Sí, no creo que debas llamarlo como a un perro Forge... -Le comentó el otro hermano al notar como el dragón les miraba ofendido.- ¿El atrapasueño necesita algo de nosotros?

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