Capítulo 11

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Luego de esa primera semana tan estresante las cosas comenzaron a avanzar relativamente más rápido. Ya adaptado a las situaciones ante él Matthew solía enfrentar el hostigamiento de parte de los leones muchas veces liderados por Harry. La mini- Guerra verbal con Draco había disminuido con el tiempo pues el chico parecía quedarse sin ideas ya que no le podía atacar realmente,aunque el chico realmente no desistía por completo.

Una de las cosas más destacables fue Elizabeth Jones, la niña le había estado siguiendo disimuladamente por un tiempo hasta que en una clase Matthew había hecho una cosa tonta con una pluma, rompiéndola, la niña se había reído bastante por su torpeza al ser ella la única que lo había visto, ese mismo día se había decidido a sentarse finalmente junto a él en el comedor.

Eso había causado que varios Slytherins los voltearan a mirar, principalmente sus aliados que estaban pendientes de si la niña le estaba molestando, después de todo no era muy popular en la casa por ser mestiza (Paradójico, teniéndolo en cuenta a él, pero lo que hace el dinero).

La niña había actuado lo más natural posible mientras se servía, aunque su cuerpo estaba tensó. Matthew por su parte la había estado observando todo ese tiempo, entendía sus intenciones pues todos los Slytherins querían la grandeza pero ella siendo mestiza iba a pasar desapercibida en todo sentido, y siquiera ambicionaba algo de él más que su amistad, a la niña no le gustaba eso era notorio para él y ella no tenía que ofrecer para una alianza, pues su madre quien era sangre pura había sido despreciada por casarse con un hijo de muggles.

Tenerlo a él de amigo al menos la ponía en la mira, le daba algo de prestigio para lo que sea que tuviera en mente para su futuro, no solo por ser heredero de la casa Gates, la casa Potter estaba avanzando de manera abismal superando lentamente todas las otras familias inglesas.

—¿Me pasas la miel, Eli? –Pidió en tono amable el azabache, como si le hablara a una vieja amiga que está acostumbrada a sentarse junto a él. La joven se destenso de inmediato y asistiendo le ofreció el frasco de miel. Los otros Sly comenzaron a hablar en tono bajo, principalmente las niñas que desde saberlo también heredero Gates habían comenzado a sonreírle y saludarle. Por supuesto él siempre las había tratado con respeto pero nunca había mostrado interés para frustración de las féminas.

—¿Ya iniciaste el trabajo de encantamientos? –Cuestionó tentativamente la castaña junto a él, sabiendo que el chico acababa de aceptarla a su lado pero no sabiendo hasta qué punto.

—Ya lo terminé. –Aceptó el chico tomando un sorbo de su té y dirigiendo su mirada a la joven que ahora lo miraba sorprendida.

—¿Completo? Era bastante largo, aun siquiera sé en donde debo comenzar a buscar... -Murmuró la joven con un tonó un poco escéptico. Sonriendo divertido Matthew hizo a un lado el plato, dejando solo el té y apoyando uno de sus brazos en la mesa.

—Suelo hacer todos los trabajos que mandan el mismo día, así no tengo que estresarme por eso después. –Informó en tono suave, un poco privado incluso, como si fuera un secreto entre ellos, por lo que los demás les miraban de reojo al no alcanzar a escucharle.- Por cierto, pasillo dos, al fondo, tercer estante: Libro reglamentario de Hechizos, capitulo tres página 109. Dos estantes arriba: Base de las lenguas y los olvidos, página 432, tercer párrafo. Y si quieres añadirle un poco más puedes pedir el libro "Proezas de la historia: Encantamientos" Por Admidur Fletiman, no está en la biblioteca.

Por un momento la chica se quedó quieta, mirándolo fijamente para ver si era una broma. Cuando notó que no era así busco pronto una pluma y un fragmento de pergamino en que anotar, pidiéndole si le repetía.

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