—No quiero... -Se quejó Matthew mientras era jalado por Draco para hacer que el azabache se levantara. El chico sabía que todo el mundo estaría loco por eso del torneo ese día y lo que menos le interesaba era estar en medio de ese alboroto.
El rubio soltó un bufido exasperado pero pareció rendirse mientras se dejaba caer en la cama.
—¿Sabes que igual tendremos que salir para la cena, no? –Le cuestionó el mayor causando que el pelinegro soltara un gruñido bajo y asistiera. – Bien, entonces, si no quieres ir allá, ¿Qué podríamos hacer hoy? No quiero solo estar en el cuarto...
Por un rato ambos se quedaron en silencio, luego Matthew alzó la cabeza y sonrió con lentitud.
—Oye, Malfoy... ¿Sabes lo que es un tatuaje muggle? –Preguntó el chico poniéndose de pie finalmente y colocándose una bata para ir hasta su baño.
—¿Por qué siento que esto no me va a gustar? –El rubio se quedó un momento en la cama, pero luego se acercó hasta la puerta del baño ya seguro de que su compañero estaba en la ducha.
—Bah, no es como si te fuera a obligar a hacerte uno, solo acompáñame y listo. –Aseguró el menor alistándose rápido. Draco alzó una ceja pero no cuestionó nada hasta ver cómo le era lanzado un hechizo que generaba una versión fantasmal de él y salían por las sombras.
—Sueles hacer esto, ¿Verdad? – Comentó el adolescente, no preguntándolo realmente.
El primer tatuaje de Matthew cubría su espalda, era la estructura de las alas de Chimuelo en lo alto y caía rodeado su columna la forma de la cola del dragón. Al explicarle a Draco como se hacía este parecía un poco horrorizado, pero al ver que el menor no mostraba signo de dolor se animó a hacerse algo pequeño para probar.
—¿Qué podría hacerme? –Cuestionó el chico revisando el libro de imágenes que les habían pasado, inconforme con lo que encontraba. Gates le miró de reojo.
—Un narciso, sobre la cadera derecha, que no toque el hueso para que no le duela. –Le indicó al tatuador que iba a trabajar con su amigo, aun acostado boca abajo mientras trabajaban en la estructura de la imagen en su espalda.
—No soy débil. –Se quejó el rubio pero no contradijo a su amigo, aun inseguro por el proceso. Un momento después mientras iniciaban a trazar con la aguja la imagen el chico se tensó y a pura fuerza se negó a quejarse mientras miraba sorprendido a Matthew que le miraba fijo, divertido.
—Relájate un poco, chico fuerte. –Bromeo el azabache causando unas risitas en los trabajadores, Draco se sonrojó, le miró mal y luego se negó a soltar ningún gesto de dolor por puro orgullo.
Para cuando volvieron a Hogwarts ya estaba anocheciendo. Ya habiéndolo previsto Matthew sanó rápidamente los tatuajes con una poción para heridas y un hechizo. Igualmente cuando alcanzaron al resto del colegio estos ya estaban cenando. Muchos les dieron una mirada al verlos llegar tarde pero parecían solo suponer que se habían quedado dormidos.
Tras una cena rápida (para ellos) comenzaron a nombrar a los campeones seleccionados.
—El campeón de Durmstrang... Será Victor Krum. –Leyó Dumbledore causando que el gran salón se llenara de aplausos. El nombrado se colocó de pie y dio un asentimiento rápido a sus compañeros, lanzando una mirada hacia Gates, Malfoy y Jones quienes le sonrieron en reconocimiento mientras el chico iba al estrado.
—La campeona de Beauxbatons es... ¡Fleur Delacour! –Llamó el director a la siguiente concursante y el salón volvió a llenarse de aplausos. Matthew buscó al falso Moody con la mirada notando como este tenía fuertemente agarrado un vaso en su mano, con sus ojos fijos en la copa llameante. No era algo que llamara mucho la atención si no te fijabas completamente en ello.
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Oxímoron
AdventurePara un lector o alguien con una gran capacidad de soñar la idea de cambiar mundos y vivir aventuras en tierras desconocidas es demasiado tentadora como para ignorarla. Matthew siempre había pensado que la palabra imposible era tan solo un limitant...