Capítulo 28.

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Lo primero que habia hecho Matthew al salir de la oficina del director fue buscar a su profesor de encantamientos, por suerte este estaba tan solo hablando con la profesora Sprout y el profesor Snape, los tres le miraron sorprendidos cuando se acercó de manera muy rápida hacia Flitwick.

—Disculpe profesor pero... ¿Usted le dijo al director que fui con los dragones? ¿Por qué hizo eso? –Preguntó abruptamente el joven pelinegro, aun sabiendo la respuesta la sensación de traición le estaba quemando la garganta. Algo de eso se debió haber visto en su rostro porque su jefe de casa y la profesora de herbología se miraron serios mientras el brujo diminuto se removía nervioso.

—Bueno... Fue algo sorprendente verlo moverse entre las jaulas y pensé que el director estaría curioso por eso... ¿Pasó algo malo? –Cuestionó confundido el maestro. Matthew lo miró un momento y luego apretó los labios desviando la mirada.

—Nada. Lo siento señor. –Soltó con un tono más frio del que usualmente usaba el joven, por lo que los profesores lo miraron preocupados. Antes de que pudiera retirarse la maestra Sprout se acercó y le preguntó en un susurro si podía "hablarle" a Flitwick. El niño la miró como si le cuestionara como podría confiar en él pero tras una mirada a Severus Snape supo que este se encargaría de que nada saliera.

Aun así, luego de "irse", uso las sombras para encargarse que realmente el maestro no soltara por error nada de él. Aunque sabía que solo le iban a hablar de sus problemas con Albus Dumbledore.

Al día siguiente el azabache se mostraba indiferente, pero podía sentir la mirada intranquila y arrepentida del menudo profesor de encantamientos siguiéndole.

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Para el trio de oro saber que Hagrid no podría volver a ser contratado por la respuesta que había dado Gates, fue una ofensa personal. Granger parecía un poco molesta pero a su vez comprendía el trasfondo de eso, por otra parte los dos leones que tenía por amigos se negaban a ver algo más que un ataque hacia ellos y su amigo semi-gigante.

Y fue a raíz de ello que los comentarios mordaces y las "bromas" volvieron a tomar fuerza. Como era usual Matthew fingía ignorarlos por completo y los Slytherin se mantenían alertas por cualquier daño. Pero las defensas del chico evitaban que ninguna de las represarías que intentaban los Gryffindors le llegaran, eso parecía poner de peor humor a Harry día con día.

Hasta que una mañana, en medio de un impulso, el pequeño Potter y su amigo pelirrojo tomaron como ideal dañar el proyecto que Gates tuviera en el invernadero, ya que era el único trabajo que el chico tenia fuera de su alcance para cuidar.

Esperaron a que la profesora saliera, sin notar que un pequeño grupo de Hufflepuff de segundo año estaba trabajando en sus propias cosas en el fondo a la izquierda del mismo lugar, pasaron hasta donde sabían por charlas con Neville que se mantenían los trabajos de estos. Habían tomado una gran fuente de agua pensando que solo necesitaban ahogar la planta e ignorando si tenía algún ingrediente más en esta, pero al llegar había cinco macetas en la ubicación y no tenían idea de cuál era de quien.

Probablemente tuvieron una pequeña discusión hasta decidir ahogar las cinco plantas, una decisión que les iba a costar mucho luego.

La profesora Sprout le había pedido a Matthew en primer año que le ayudara a poner unas buenas defensas en los invernaderos para evitar que los estudiantes robaran ingredientes de pociones o se metieran a hacer cosas indecentes. Tenían un control compartido de estas así que cuando los chicos entraron ella lo notó. Por un momento se preguntó que necesitarían pero aun así terminó de cargar la tierra que tenía que transportar y solo apuró su paso para no dejarlos esperando.

Apenas cruzó las puertas las bolsas con tierra cayeron al piso y la mujer ahogó un jadeo de terror.

No todas las plantas reaccionas bien a un gran acumulo de agua, las muggles simplemente morirían, gran parte de las mágicas tratarían de defenderse. Y los proyectos que llevaban Matthew, Neville, Susan y la profesora eran mezclas experimentales de plantas mágicas, era la razón por la que estaban en ese invernadero y no en los comunes de enseñanza.

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