Capítulo 57.

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Como forma de inaugurar la nueva Mansión Malfoy se planteó hacer la fiesta de compromiso con esta, Matthew ayudó en lo que pudo al tener en cuenta que no sabía nada de eso más allá de cómo comportarse en la reunión, Draco tampoco estaba muy interesado en los detalles así que fue especialmente Narcissa Malfoy quien se entretuvo en organizar el evento.

Incluso, aunque aún varias personas estaban en desacuerdo, la fiesta fue todo un éxito e incluso algunos detalles de esta se volvieron tendencia. Todo iba bien.

Hasta la mañana en la que en los diarios apareció la foto de Harry besando a Draco en plena vía.

—Bonita forma de declararte. -Bufó irónico Matthew jugando a rodar de lado a lado el vaso en su mano derecha. Sus ojos estaban fijos en la imagen, podía notar como por la posición de Draco este estaba tenso, sorprendido, Harry lo sostenía con ambas manos en cada brazo. Era un beso sorpresa, forzado, pero su mente no dejaba de dar vueltas y la molestia se le estaba atorando en la garganta.

Escuchó el fuego en la chimenea rugir unos segundos, sabiendo que su padre estaba muy lejos en ese momento y que sus amigas se habían ido de viaje al poco tiempo de la fiesta de compromiso, no le costó suponer quien había llegado.

—¡Matthew! -Llamó el rubio llegando con un paso rápido hasta el comedor de la casa.- ¡Problemas!

—¿Me involucra? -Bromeó el pelinegro apretando levemente el periódico en sus manos mientras se recostaba al respaldar de la silla y entrecerraba levemente sus ojos. Podía imaginar de qué hablaba su actualmente prometido, pero prefería escuchar su versión, antes que nada. Draco sacudió sus manos y comenzó a caminar en círculos.

—¡Si! Ayer terminé los compromisos que te dije, para que mis padres puedan viajar luego a Francia solo que... Era tarde, ¿Ok? Muy tarde, incluso creo que fue esta madrugada... ¡No importa! Lo importante es que fui a comer algo y ví al mini Potter en la calle, estaba claramente muy ebrio y quise ayudarlo, pero este ¡Me beso! ¿Cómo se atrevió a besarme como si nunca lo hubiera querido? Y ahora que estoy haciendo mi vida... -Soltó el chico sin dejar de moverse, siquiera miraba al otro, sino que fruncía el ceño y mantenía su mirada en el camino extraño que llevaban sus pasos.

Antes que nada, eran mejores amigos, así que el heredero Gates no estaba sorprendido de que le estuviera contando todo eso sin filtro alguno. Eso no ayudaba en nada, para su pesar.

—Draco... -Mencionó Matthew mientras alzaba el diario que leía, la primera plana del profeta donde la imagen de ellos dos besándose se repetía una y otra vez.

—Oh, mierda... -Fue lo primero que soltó el rubio mientras tomaba el periódico y comenzaba a leer todo con la piel más pálida de lo usual, el menor le imitó dándole la razón. - Mi padre va a matarme.

El ojiverde suspiró dejando el vaso en la mesa y tomando la servilleta para limpiar su boca antes de ponerse de pie.

—Bueno, ve con tu padre para calmarlo, voy a ver cómo solucionar esto, ¿Ok? Lo hablamos al rato. -Indicó el azabache caminando hasta la sala en busca de su túnica para salir.

—¿Qué vas a hacer? -Cuestionó Draco siguiéndolo, pero cuando el otro se encogió de hombros suspiró y cerró los ojos un momento. - Vale, yo... Tienes razón, lo mejor es que vaya y hable con mi padre antes de que quiera desheredarme o algo.

—Ve con cuidado. -Despidió con una sonrisa suave Matthew, al ver a su prometido desaparecer de nuevo entre las llamas verdes su gesto se borró de inmediato y chasqueó la lengua. Nunca había dejado de estar completamente al pendiente de Harry así que no le costaba saber dónde estaría ahora. Moviéndose entre las sombras apareció debajo de un árbol cerca de la madriguera, luego caminó tranquilamente mientras se acercaba a la destartalada casa. Afuera de esta se encontraban todas las personas, al parecer.

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