Capítulo 39.

230 47 2
                                        

El inicio del viaje en el tren fue bastante normal, Matthew junto con Eli tenían que ir con los prefectos pero se aseguraron en dejar a Draco con Luna en un sitio con seguridad, no quería que Harry entrara a espiar nada.
Los otros prefectos fueron llegando en pareja, Hannah sin dudarlo se acercó a ellos.
  —¡Hola! ¿Cómo han ido sus vacaciones? –Les cuestionó la niña, acomodándose al lado del prefecto de Slytherin con una sonrisa. Todos iniciaron una charla cordial, incluso con los de Ravenclaw, aunque esta se cortó de golpe cuando los dos chicos de Gryffindor entraron. Por un momento hubo una sensación tensa, luego Padma se removió.
  —¿Y cómo les fue en los TIMOS? –Cuestionó la chica buscando algo en común, todos entonces dirigieron su atención a eso a excepción de Matthew que estaba más interesado en buscar algo en el grimorio que leía. La Ravenclaw pareció notarlo por lo que se inclinó un poco más hacia él.- ¿Y tú?
Sin darle respuesta el azabache sacó la carta y se la pasó, sus ojos no dejando el libro.
  —¡Woah! ¡Once Excepcionales! ¿No has hecho algún record? –Cuestionó la chica con un gesto sorprendido, todos se acercaron para ver a excepción de Eli.
  —No, el record lo tiene alguien en 1938 con once E y una S. –Informó Gates asegurándose de marcar con una hojita de color algo en su grimorio y luego lo guardo recibiendo de vuelta su boleta.- Bien, ¿Cómo nos organizaremos este año?
  —Espera, no ves adivinación, ¿Cómo has sacado una E? –Cuestionó curiosa Granger, no se veía sorprendida por el resto.
  —Eso es obvio, con él es natural, lo dijo la profesora. Aunque no entiendo porque no te quedaste en las clases. –Padma le observó curiosa, aun inclinada hacia él. Incomodo el pelinegro se recostó hacia Eli quien movió su mano y la apoyó en su hombro. Al ver esto la otra dama se alejó.
  —No me daba el horario. –Mintió Matthew rápidamente. – Entonces, ¿Cómo nos organizamos?
Ante la insistencia del chico los otros finalmente se centraron en lo que iban a hacer en ese vagón. Apenas acabaron y pudieron salir Matthew fue el primero en hacerlo, llevando educadamente del brazo a su compañera de casa.
  —¡Esperen! Me mandaron a pasarle esta carta, señor.  –informó un chico de al menos tercer año con las mejillas encendidas, probablemente por correr.
Matthew revisó que no tuviera ningún encantamiento antes de tomarlo.

Señor Potter,
Me encantaría mucho que vinieras al compartimiento C a comer algo conmigo.
Atentamente,
Prof. H.E.F Slughorn”

Eli se volvió a mirarlo con el ceño fruncido, Matthew se encogió de hombros y alzó una ceja así que la joven lo pensó un momento y luego entronó los ojos hacia él. El pelinegro suspiró pero ante la insistencia de su amiga terminó cediendo.
Ambos tomaron camino entonces hasta el compartimiento C, llegando al parecer poco después que Harry.
  —¡Señor Potter! Que gusto conocerlo, pase, pase… -Saludó el hombre con prominente barriga, sus ojos cayeron luego en la castaña a su lado.- Oh, ¿Y quién es esta adorable señorita?
  —Primero que nada, buenas tardes profesor, un… Gusto conocerlo. En realidad es “Lord” si se refiere a ese apellido o señor si prefiere el de Gates. Mi acompañante es Elizabeth Jones, ¿A que he tenido el gusto de ser… invitado? –Cuestionó algo tenso Gates, sus ojos cayeron en Zabini que apretó los labios tratando de no sonreír divertido.
  —Oh… Claro, ¿Cuál prefiere usted? Imagino que el Lord, es un placer señorita Jones y ¡Solo quería iniciar el año conociendo a algunos alumnos! –Afirmó el hombre con una amplia sonrisa, pero por la forma en que su ultimo invitado recorrió la sala y alzó una ceja hacia él le quedo en claro que no iba a ser alguien fácil de encantar. –Vengan, siéntense, he traído comida porque, si no recuerdo mal, el carrito está lleno de varitas de regaliz, y el aparato digestivo de un anciano como yo no está para esas cosas…
Si bien accedió a sentarse todos en esa mesa estaban altamente tensos. Harry no miraba en dirección de ellos, los otros no eran muy apegados a él a diferencia de su compañero de casa y Neville.
Fue absolutamente incomodo, Matthew no tocó la comida más que para removerla y su amiga tampoco. Antes de llegar a Harry el profesor dejó caer su atención en él, relatando con gran emoción como había crecido su fortuna y las veces que había aparecido en los periódicos por crear junto con el profesor Flitwich algún hechizo.
  —…Probablemente podamos hacer alguna maravilla en pociones, me dicen que también eres estupendo en esa área, ¿No? –Propuso el adulto con una sonrisa amplia, el brillo ambicioso en sus ojos incomodó el joven Lord de inmediato.
  —Ya tengo proyectos al respecto con el profesor Snape, en realidad, ambos nos complementamos muy bien, él es un maravilloso maestro de pociones. –Respondió con una falsa sonrisa el pelinegro, al otro lado de la mesa Harry bufó y la sala mantuvo la tensión a puntos dolorosamente altos. Slughorn sonrió nerviosamente y luego se volvió para hablar sobre Harry.
Esperaba no volver a ser invitado.
Cuando por fin pudo salir de ahí se apresuró a alejarse, aun así supo que Harry le estaba siguiendo bajo la capa de invisibilidad.
Fastidiado apretó levemente el brazo de su amiga y le dio una mirada. La chica alzó sus cejas y luego las frunció. Acercándole le susurró algo al oído de la chica y luego se adelantó.
  —Potter, deberías saber que la capa por herencia le correspondería a Matthew, así que no sirve con él. Vete ahora, ya lo sabemos. –Le informó la chica tan solo dando un vistazo donde el chico se había detenido de golpe, luego volvió a caminar alcanzando a su amigo y entrando al vagón con sus otros chicos.
  —Que pesado, va a ser un dolor de culo si sigue así todo el año. –Bufó Gates revolviendo su cabello y luego recogiéndolo bien de nuevo.
  —¿Qué pasa? –Cuestionó Draco con una ceja en alto.- ¿Dónde estaban?
  —El nuevo profesor de pociones nos mandó a llamar. No nos agrada mucho. Y Harry nos seguía. –Avisó rápidamente la castaña dejándose caer a un lado de Luna quien sonrió y comenzó a acariciarle el cabello.
  —¿Nuevo profesor de pociones? ¿Y mi padrino? –Se asustó el rubio pero Matthew bufó.
  —Apuesto a que es el nuevo profesor de defensa. –Aseguró el pelinegro lo que ya sabía.- Quité la maldición a inicio de vacaciones, no me fio en nada de Dumbledore.
  —Oh, bueno, eso es bueno, al menos Sev no está en peligro… -Asistió el rubio mientras se colocaba de pie, sabiendo que se tenían que cambiar prontamente.
Apenas llegaron hasta el colegio bajaron tranquilamente. A diferencia de otros momentos Draco estaba en la punta izquierda y rodeando a Matthew estaban las dos chicas. Todos serios y en silencio. Incluso Luna hacia un gran trabajo mostrándose “preocupada”.
Cuando entraron al comedor varios deslizaron la mirada hacia ellos, Draco se había apartado de golpe para sentarse en la mesa Slytherin y el resto del grupo lo miro contrariado antes de despedir a Luna e ir a su mesa.
Esta vez Matthew no se sentó junto a Malfoy, Eli estaba entre ellos. Los rumores comenzaron a alzarse.
Fingiendo querer distraerse el pelinegro sacó de vuelta el grimorio, mientras se acomodaba su mirada pasó por los profesores y detectó la mano negra de Dumbledore. Una sensación de satisfacción se acentuó en su estómago, eso significaba un horrocrux menos y la muerte de una de sus preocupaciones.
Una parte de su conciencia le avisó que no estaba siendo exactamente bueno ahora, pues estaba dejando morir a alguien que sabía que podía salvar, contrario a ello le alegraba su muerte. Pero al resto de su conciencia le importó realmente poco. Ese era el mismo mago que no dudaría en matarlo de saber que era un nigromante con un poder como el suyo, todo por su versión del “Bien mayor”.
La clasificación inicio normal, pero tensó de golpe a todos cuando una niña claramente hija de Muggles subió hasta el sombrero y este grito: ¡Slytherin!
El gran comedor quedó en silencio de golpe, ni una respiración se escuchaba. Reaccionando finalmente los que debían fingir ser Mortifagos o aliados fruncieron el ceño y a fuerzas mantuvieron su mirada lejos del niño, como antes fue el pelinegro quien comenzó a aplaudir, Matthew miró significativamente a Daphne quien estaba más cerca de la zona y esta asistió llamando a la niña a su lado.
Varios comentarios volvieron a alzarse, pero Gates trató de ignorar el resto. Tanto el nombramiento de los profesores y sus nuevos cargos como la charla del director. Fue una comida bastante amarga a su parecer, tenía el estómago revuelto. No esperaba a otro hijo de muggles en la casa verde, no en ese momento. Tenía que apurarse a ponerla bajo protección.
Apenas la comida acabó Draco se colocó de pie y se adelantó al resto. Matthew fingió mirarle con preocupación antes de sacudir la cabeza e ir por los de primero. Sus ojos captaron a la nueva chica que entraba, era bastante pequeña, se mantenía tensa y su mirada inteligente revisaba a los mayores en silencio. Su piel era de un tono trigueño, ojos cafés y pelo cobrizo, usaba un uniforme de segunda y claramente gastado.
  —¿Sophie Evans? –Cuestionó Gates, el apellido peso sobre sus labios un momento y sin poder evitarlo evaluó de nuevo su apariencia. No, la chica no se parecía en nada a su madre, pero las pequeñas similitudes le hacían arder el estómago. – Únete a la fila de primero, no te atrases.
Y aparentando naturalidad fue hasta el último en la fila, asegurándose de que todos fueran a salvo. 
Esta vez solo había cinco estudiantes. Saber la razón lo mantenían tenso.
Cuando entraron a la sala común, todos estaban ahí. Ninguno se había ido a dormir y parecía que todos querían participar en enseñarle a los nuevos las nuevas reglas de la casa.
Matthew inicio dando el mismo discurso que el año anterior, sus palabras calaron en los mayores que no le habían escuchado antes. Al igual que la nueva forma en que el profesor daba la bienvenida, aunque esta vez no lo nombró a él.
  —Necesitamos aclarar algunas cosas antes de iniciar este año, damas y caballeros, así que por favor tomen asiento. –Intervino al final Salazar, sabiendo que no podían no intervenir desde el primer momento.
Por suerte, solo uno de los niños era sangre pura y fue al único al que el retrato le toco explicar porque el señor oscuro estaba mal para que firmara. A Gates seguía desagradándole que en cierta forma se manipulara un poco a los niños para llegar a eso, pero no podía hacer nada.
Es una guerra, o eres tú o ellos. Y no es como si los estuviera mandando a morir, al contrario.
Todos se fueron a dormir luego, pero el azabache se quedó para colocar las protecciones a los de primero. Se aseguró de dejar al último a Sophia, agachándose para estar frente a frente.
  —Evans también era el apellido de mi madre, ¿Sabes? –Le comentó el chico causando que la niña alzara la mirada sorprendida.- Y también era hija de muggles.
  —¿Era? –Cuestionó la menor, bastante avispada y eso causo que Severus sonriera con nostalgia. - ¿Qué le paso?
  —Algo que me aseguraré que a ti no te pase, ¿Bien? –Prometió el de ojos verdes mientras colocaba el ultimo hechizo.- ¿Me dices donde viven tus padres para protegerlos?
  —No lo sé. Papá nunca está en casa, siempre esta ebrio. –Mencionó la menor en tono bajo, arrugando su nariz y desviando los ojos. Los mayores compartieron una mirada.
  —¿Y tú madre? –Preguntó esta vez Snape, la niña se removió incomoda.
  —Murió hace dos años. –Soltó con un tono duro la chica, parecía un tema que no gustaba de hablar. – No creo que nadie encuentre a mi padre y si lo hace…
Cerró la boca de golpe, como si acabara de darse cuenta lo que estaba a punto de decir, les miró con sorpresa y cierto miedo pero Matthew solo le sonrió.
  —Vale, entonces dejémoslo así, si no te molesta a mí no me molesta, ¿Bien? –Aseguró el pelinegro antes de ponerse de pie.- El mundo mágico es… ligeramente confuso, escucha a tus compañeros mayores y si necesitas ayuda en cualquier cosa búscame ¿Vale?
  —¿Tengo que usar siempre este uniforme? Es largo y me tropiezo… -Informó Sophia con un gesto preocupado.
  —Uhm, si es muy largo es mejor conseguir unos mejores, mandaré a buscar uno, digamos que será un regalo de bienvenida ¿Si? –Intervino el jefe de casa brindándole una cálida sonrisa a la chica, era claro que podía simpatizar con la joven.
Al siguiente día, tal y como el Slytherin imaginaba, todos hablaban de la nueva integrante de la casa verde con sangre muggle y en el “E” que había obtenido Matthew en adivinación. No lo había mostrado solo porque sí, muchos momentos iba a tener que avisar que los soñaba y necesitaba que toda su casa le creyera totalmente.
Por otra parte su carga estudiantil se había reducido grandemente, había dejado cuidado de criaturas e historia de la magia, como había estado más adelantado al resto ya había acabado Runas antiguas, herbologia, encantamientos y Aritmancia; los profesores afirmaban que ya no tenían nada que enseñarle así que solo tendría que pasar algunas veces para seguir proyectos que tenía en esas áreas. Eso lo dejaba con cuatro materias: Defensa contra las artes oscuras, transformaciones, pociones y astronomía.
Al parecer cuando inicio la clase de Runas no lo miraron ahí algunos estudiantes le preguntaron a la profesora, quien tranquilamente explicó que él ya había superado esa y las otras tres clases. Al poco rato frente a él tenía a Granger.
  —¿Cuántas materias estás viendo entonces? ¿Aun así presentaras los EXTASIS? –Llegó cuestionando la chica causando que Matthew mirara hacia ella con cansancio.
  —De nuevo, Granger, mi proceso educativo no es de tu incumbencia. Pero si tanto te lo preguntas: si, esas materias también las presentaré en EXTASIS pues ya las tengo aprobadas a nivel de colegio, incluso podría hacer esas en EXTASIS este año y las cuatro que me faltan en el siguiente si quiero. –Contestó el azabache con un ligero dolor de cabeza, sin detenerse a escuchar ninguna respuesta de la niña sino que apurando su paso para alejarse y tomar un asiento junto a Eli en la clase de defensa.
La clase se llenó rápidamente de Slytherins, lo que sorprendió a las otras casas por un momento. Luego inició  bastante bien, Snape era claramente bueno en su área y le concedía la palabra cada que preguntaba lo que irritaba aun a Granger, estaba seguro de que lo hacía por eso. Luego los colocó a todos en pareja.
Ya tenía una reputación respecto a la magia sin voz, así que no tuvo problema de lanzar un hechizo o detenerlo de esa forma a la primera, ganando más puntos. Luego de haber entrenado tanto con él y que les hubiera exigido poder hacer los hechizos incluso sin varita, Elizabeth y Draco también les resultó fácil. A ellos les siguió Daphne y no paró hasta el último de los Slytherins, incluso Crabbe y Goyle quienes habían estado entrenando con ellos desde cuarto año.
Severus estaba orgulloso, brindando puntos a la casa apenas otro de los suyos lo lograba. Eso desconcentraba a los de las otras casas, principalmente los del EA se les veía algo molestos.
Granger lo logró luego de un tiempo, pero el profesor tan solo asistió en su dirección y volvió hasta su escritorio con una fingida decepción por el resto.
Parecía que quedar debajo de las serpientes, especialmente de Crabbe y Goyle ponía de mal humor a los leones, pero más que mascullar entre dientes no mencionaron nada más mientras bajaban todos hasta las mazmorras.
Ahí algunos Slytherins se separaron, quedando solo un grupo de cinco que se sentaron juntos en una mesa. Los Ravenclaws hicieron lo mismo y los pocos gryffindors se sentaron con los Hufflepuff.
Unos aromas llenaban la sala y Matthew se recordó en que clase estaban, incluso un poco interesado se inclinó hacia delante olfateando disimuladamente pero poco después una piedra se instaló de golpe en su estómago.

OxímoronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora