Oxímoron

Capítulo 41.

Siquiera el haber quitado a Kreacher del camino calmó a Harry de vigilar a Draco y Matthew. Estos realmente trataban de ignorarlo lo más posible mientras seguían sus actuaciones, para todo el colegio había una discusión en cierne sobre los dos amigos Slytherins.

El pelinegro fingía ignorar todo, centrándose en sacar las mejores notas posibles sabiendo que no iba a poder terminar todo el año. Eso tuvo que ponerse en pausa una mañana en que fue llamado a la oficina del director. Sin poder evitarlo soltó un bufido pero terminó por asistir.

—Me ha comunicado la profesora McGonagall que te has negado a asistir a un castigo con ella. -Comenzó el anciano cuando el adolescente se sentó frente a él sin saludar.

—Si se trata de un castigo merecido, sin problema asistiré. Pero ya que no parecen interesados en investigar nada, si insisten, lo podemos poner en manos más... Neutrales. Como le comenté a ella. -Aseguró el menor, sin ningún atisbo de gesto mayor al movimiento de sus labios. Dumbledore pareció fruncir el ceño preocupado por eso.

—¿Te encuentras bien? No pareces tener muy buena pinta... -Mencionó entonces el hombre, era aún más canoso que nunca, la vejez nunca le había llegado tan rápido.

—Podía decir lo mismo, Director. ¿Me contará qué le sucede? -Devolvió el chico, Albus se enderezo un poco en su lugar.

—Me temo que es algo privado. -Contestó entonces el mayor. Matthew apenas y parpadeo.

—Me temo lo mismo respecto a mí. -Afirmó entonces el chico causando que el director suspirara.

—Debes tener mucha carga, si te unes con la orden sería más fácil. No tienes que hacer esto solo, me preocupa que te lastimes. -Ofreció entonces el anciano, pero Gates solo ladeo su cabeza.

—No entiendo a que se refiere señor, mis estudios van bien y mis labores como lord son algo privado. -El adolescente arrugó muy levemente su frente, confuso.- ¿Qué es la orden?

—Sé que sabes a qué me refiero, no necesitas actuar conmigo. -Suspiró el mayor con un gesto cansado, pero el menor sólo profundiza su expresión.

—Lo siento, no entiendo. -Aseguró Matthew nuevamente, ambos compartieron una larga mirada en la que la determinación del adulto vaciló.

—Dime, ¿Cómo hiciste que los dragones no te atacaran? - Cuestionó Albus, inclinándose un poco hacia adelante.

—¿De nuevo con ello? Las protecciones Gates no son un chiste, claramente se defienden también de seres mágicos para que otros no puedan usarlo contra nosotros. Los adormecen un poco, como un confundus. ¿Cuál es el problema? ¿Qué pensó ahora que les hice? - Soltó la última pregunta con cierto rasgo de molestia, como si estuviera más que cansado de que siempre le echarán la culpa de algo. Eso pareció hacer retroceder al anciano que volvía a mostrarse preocupado, envejeciendo aún más de golpe.

—Nada, solo... Pensé otra cosa... -Murmuró entonces el director moviendo la cabeza hacia diferentes lados, perdido de pronto. - La orden es un grupo que he organizado desde hace mucho en pro de combatir a Voldemort y sus mortifagos...

Por un momento hubo una pausa, Dumbledore esperando algo del mayor más allá de una ceja en alto.

—Protegemos a Harry...-Añadió finalmente el mayor. Gates entrecerró los ojos lentamente y luego se levantó.

—Bueno, es claro que no me necesita. Y como no estamos tratando tema escolares-...-

—Es tu hermano, tu sangre, ¿Lo has olvidado? ¿Qué dirían tus padres? -Interrumpió Albus colocándose de pie. Matthew apretó la mordida.