Llamar la atención de los gemelos Weasley no era nada difícil, después de todo estos mantenían un ojo sobre Matthew, probablemente esperando atraparlo con la guardia baja. Por otra parte, hacer que esos chicos confiaran en seguirlo a un salón vacío fue otra historia, y es que incluso si ellos eran dos años mayor a él (y el menor estaba solo) ambas bestias pelirrojas sabían de lo que era capaz el niño, así que no se confiaban.
Después de dudarlo mucho la curiosidad les ganó y terminaron entrando, sorprendidos pues el salón que estaban viendo ahora no era uno que ellos conocieran antes. Gates lo sabía, era una de las razones por las cuales si bien los gemelos eran buenos bromistas no estaban al nivel de los del libro original o las películas: No tenían el mapa del merodeador, accidentalmente al colocar que todas las cosas que eran parte de su herencia volvían a las bóvedas el pergamino aquel lo había hecho igual. Cuando el pelinegro lo notó se sintió confuso y alerta, era necesario que los gemelos lo tuvieran y lo entregaran en cierto momento a Harry. Por otra parte podía sacar provecho de eso.
—Relájense un poco, no los voy a morder. Además estamos solos. –Comentó Matthew con una sonrisa algo divertida al ver a los mayores tan tensos, estos alzaron una ceja pero no se descuidaron.
—Eso justo...-
—Es lo que nos preocupa...-
—Serpientita...-
Los ojos verdes del niño pasaron de uno al otro varias veces, si iba a ser sincero no los reconocía tan bien, así que prefería hablarles en conjunto.
—¿Qué es lo que quieres? –Uno de ellos cuestionó, presumiblemente Georgie.
—Vengo a hacer negocios, tratos que sé que les interesará. –Respondió dejando sobre una mesa el pergamino y junto a este dos libros, el dúo frente a él miró con confusión y cierto interés las cosas, desconfiados.
—No hacemos tratos con Slytherins. –Dictaminó el mismo que le había cuestionado antes. El pelinegro sonrió divertido.
—Deberían escucharme y luego decidirlo, si realmente no les parece pueden decir "No" y marcharse luego sin ningún compromiso, pero si no me dejan comentárselos probablemente la duda los atormente un buen tiempo, ¿No lo creen? –Tentó Matthew moviendo el pergamino para dejarlo de frente a él, pero que los otros pudieran verlo. Cuando sacó la varita los gemelos ya tenían la suya en la mano y lo apuntaban, pero no le dio importancia mientras tocaba con la punta el papel. – Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.
"Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, los proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen de presentar el Mapa del Merodeador."
Lo había vuelto a colocar de frente a ambos Weasley quienes tenían la boca ligeramente abierta mientras observaban como se abría el pergamino y mostraba el mapa de Hogwarts, con todos sus ocupantes. Con suavidad señaló el salón donde ellos estaban y las etiquetas con sus nombres.
—El Mapa del Merodeador, hecho por mi padre James Potter y sus amigos, una parte de mi herencia. –Explicó el menor sin necesidad que le cuestionaran.- Ellos mismos recorrieron en su tiempo de estudiantes el castillo, señalando cada pasadizo que encontraban, cada secreto o al menos una gran mayoría de estos. Mostrando también donde estaban cada uno de los ocupantes les fue de mucha ayuda en sus bromas.
—¿Y no lo estas ofreciendo? –Posiblemente Fred preguntó confuso, era claro que el pergamino encantado les interesaba pero no comprendían la intención detrás de esto.- ¿Por qué?
—Por cada cosa que les ofrezco, teniendo en cuenta que son bastante importantes y parte del legado que me han heredado, voy a pedir dos cosas. Les voy a prestar el pergamino por el tiempo que estén en Hogwarts, con la condición de que prometan que sus bromas serán realizadas solo a los niños de tercer año en delante de todas las casa, muchos de los menores no tienen manejo de su magia para protegerse, no a todos les sienta bien caer en una broma y por otra parte muchos son hijos de muggles o crecieron entre estos por lo que apenas conocen la magia, no es justo para ellos. –Inicio a dar sus términos Matthew, apoyando su cintura contra la mesa y cruzando los brazos. – La segunda cosa es que si ven que Harry la necesita, lo compartan con él. Al final déjensela a él, después de todo tiene el mismo derecho y siendo un mapa que se creó en Gryffindor veo correcto que se quede en esa casa.
ESTÁS LEYENDO
Oxímoron
PertualanganPara un lector o alguien con una gran capacidad de soñar la idea de cambiar mundos y vivir aventuras en tierras desconocidas es demasiado tentadora como para ignorarla. Matthew siempre había pensado que la palabra imposible era tan solo un limitant...