Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]

Flourish y Blott-05

Me alegré tanto de alejarme de aquella gente con tan malas pintas.

—No tenéis remedio. —Nos dijo mientras nos íbamos acercando al dichoso callejón Diagon. —Merodeando por el callejón Nocturm. Será mejor que nadie os vean por ahí, pensarán que no tramáis nada bueno.

—Nos perdimos —le explicó Harry —, íbamos a... un momento, ¿qué hacías tú allí entonces? —Le preguntó Harry.

—¿Yo? —Hagrid se puso algo nervioso y empezó a tartamudear un poco. —Buscaba un repelente para babosas carnívoras. —Dijo al final. —Están destrozando las berzas de la escuela.

Mientras caminábamos una Hermione muy animada salió de una tienda y corrió hacia nosotros.

—¡Harry! ¡Jane! ¡Hagrid! —Exclamó saludándonos.

—Hola, Hermione. —Le saludó Hagrid con una enorme sonrisa.

—Me alegra volver a veros. —Nos dijo Hermione.

—Nosotros también. —Le dije con una sonrisa. Hermione miró a Harry y frunció el ceño.

—Te has vuelto a romper las gafas. —No me di cuenta hasta ese momento de que uno de los cristales de Harry tenía un golpe. Entonces Hermione sacó su varita y apuntó a las gafas de Harry. —Oculus Reparo. —El cristal se reparó solo. Me recordó al día que la conocí, en el tren, aunque no hablamos aquel día, solo me dijo su nombre.

—Tengo que aprender ese hechizo. —Dijo Harry impresionado.

—Veo que ya está todo bien, chicos. —Nos dijo Hagrid. —Os dejo.

—Adiós. —Nos despedimos los tres.

—Están todos preocupados, vamos. —Nos dijo Hermione un segundo después de que Hagrid se fuese.

La seguimos hasta Flourish y Blotts. Aquel día estaba llena de gente, por lo visto un famoso escritor estaría firmando allí sus libros.

—Harry, Jane, gracias a dios. —Dijo la señora Weasley abrazándonos una vez que nos vio. —Esperábamos que solo os hubierais pasado un callejón o dos. —Nos dijo limpiando un poco nuestra ropa.

—Damas y caballero el señor Gilderoy Lockhart. —Anunció una voz. Vi como Ginny aplaudía con entusiasmo y cómo la señora Weasley se ponía nerviosa y a retocarse el pelo al ver como el nombrado aparecía tras el mostrador de la librería. Todos allí aplaudían ante su presencia.

—Mamá está obsesionada con él. —Dijo Ron con desagrado.

Un señor con una cámara que decía ser del diario El Profeta pasó entre la multitud para hacerle una foto. Lockhart posaba encantado para la foto, disfrutando cada segundo de la atención que le daban. Su mirada se posó en Harry y en mí y su sonrisa desapareció para poner un tono de sorpresa al hablar.

—No me digas que son Harry y Jane Potter. —Toda la librería se giró para vernos.

—¡Potters! —Dijo el señor de El Profeta tirando de nosotros para llevarnos con Lockhart. Él tiró de nosotros y nos agarró para que posásemos con él.

—Amplias sonrisas Potters —nos dijo sonriendo para la cámara. Ya me caía mal aquel hombre —, juntos ocuparemos la portada. —Un gran flash salió de la cámara y sentí como, por unos segundos me había quedado ciega. —Damas y caballeros que momento tan extraordinario, cuando los hermanos Potter entraron en Flourish y Blotts esta mañana para comprar mi autobiografía El Encantador —todos allí aplaudieron, la mayoría, por no decir toda la gente allí eran mujeres que rogaban por ser Harry o yo, yo encantada les hubiese dado mi puesto —, la cual está celebrando su vigésimo séptima semana como la novela más vendida, según El Profeta, no tenían ni idea de que se irían de aquí con todas mis obras gratis, cada uno. —Nos entregaron dos montones de libros y otra vez ese potente flash apareció dejándome, otra vez, momentáneamente ciega.