Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]

¿Qué está pasando?-54

—Jane..., la puerta ya está abierta. —Me informó Harry temeroso por haber roto el silencio y haber interrumpido la conversación.

Giré mi cabeza en su dirección, estaba él y a su lado el lavabo dejando paso a una gran tubería que más bien parecía un tobogán. Puse los ojos en blanco y suspiré acercándome para inspeccionarlo.

—¿Por qué siempre tenemos que tirarnos por tubos oscuros? —Dije observando el interior del agujero.

—¡Jane! —Me llamó Draco para volver a tener mi atención. Cuando lo miré para escucharlo pareció arrepentirse de lo que iba a decir, tragó saliva y habló. —No voy a bajar allí, tampoco quiero que tú bajes, es innecesario ponerse en peligro. —Lo miré decidida.

—Yo si voy a bajar, no te voy a obligar a que tú lo hagas, pero no pienso hacerte caso.

Draco me miró por un segundo y luego se dirigió a la puerta para posteriormente salir por ella. Me sentí extraña al sentir un dolor en el pecho al escuchar como se cerraba la puerta del baño con Draco en el otro lado. Me sentía extrañamente... incompleta.

—Bajarás tú primero. —Le ordenó Harry a Lockhart. Este se sentó temeroso en el borde del filo. Parecía querer rebatirlo pero Ron lo empujó antes de que pudiese hablar. Uno a uno ellos también se tiraron, solo quedábamos Tracey y yo, y Myrtle, pero ella... ya sabéis, no cuenta.

—Estás segura, ¿verdad? —Le pregunté antes de que se tirase por la tubería.

—Te dije que yo me quedaba contigo. Estoy segura. —Me sonrió y luego se tiró. La siguiente era yo. Me coloqué en el borde y miraba el oscuro interior dubitativa.

—¿Ahora vas a ser tú la gallina? —Me preguntó Myrtle acercándose a mí. —¿Tanto show a Malfoy para ser cómo él?

—No. —Le respondí, me impulsé y empecé a deslizarme por aquel oscuro tubo.

Mientras me aproximaba al final del túnel vi una luz blanca, al llegar al suelo vi que se trataba de la varita de Harry, él había invocado un lumos para estar iluminados. Allí abajo ya estaban todos de pie inspeccionando la zona, salvo Lockhart que, de no ser por sus leves movimientos de ojos y algunos pasos que daba, parecía estar petrificado por su color de piel tan pálido como la nieve.

Aquel lugar estaba tan oscuro que era imposible ver nada, lo único que se notaba era la gran humedad que había en aquel lugar. Empezamos a caminar para inspeccionar el túnel. Traté de permanecer cerca de Harry o Tracey, eso me hacía sentirme más segura.

—Recordad que al más mínimo indicio de movimiento debéis cerrar los ojos. —Nos advirtió Harry. Tracey buscó mi mano y la apretó con fuerza, la pobre estaba temblando y su mano estaba helada. Le devolví el gesto apretándole la mano para que supiese que estaba allí, junto a ella.

Seguimos caminando en busca de algo, en lo que, al girar una curva Ron nos llamó.

—A-ahí hay algo... —Dijo señalando a un punto un poco más alejado de nosotros. Él también estaba temblando.

Harry fue el que se acercó para comprobar lo que había. Entonces, tras inspeccionar aquello, nos informo de que se trataba de una simple muda de serpiente. Una serpiente enorme...

—Aquí acaba todo muchachos. —Dijo Lockhart de repente. Estaba tan pendiente de Harry que no me había dado cuenta de en qué momento le había quitado la varita a Ron, pero lo había hecho, y ahora nos apuntaba a nosotros con ella. —Despedíos de vuestros recuerdos. ¡Obliviate!

Una enorme explosión salió de aquella varita, provocando un desprendimiento de escombros, dejando a Harry aislado de nosotros. Sin darme tiempo a reaccionar sentí un enorme golpe en la cabeza, cerca de la cicatriz, lo siguiente que sentí fue mi cuerpo chocar contra el suelo.

—¡Jane! ¡Ron! —Oí a un lejano Harry Gritar. —¿Estáis bien? ¿Era Tracey? ¿Estáis bien? —Todo me daba vueltas, sentí un líquido deslizándose por mi frente.

—¡Harry! —Oí gritar a Ron, su voz me sonaba igual de lejana que la de mi hermano. —La amiga de Jane y to estamos bien, pero tu hermana no, ella... se golpeó la cabeza con una piedra, tiene sangre chorreándole por la cara. —Lo sentía todo tan lejano... Entonces otra voz apateció mientras alguien me agarraba la cabeza.

—¡Jane! —La voz y las manos que me agarraban eran las de Tracey. Entre abrí los ojos que, hasta ese momento los había tenido cerrados por el golpe, y vi su carra llena de preocupación y lágrimas mientras gritaba mi nombre. Yo apenas podía escucharla y lo veía todo tan turbio que me era imposible distinguir nada.

Sentía que la cabeza me daba vueltas y podía sentir como me palpitaba. Era una sensación horrible.

Y entonces me desmayé. Al principio todo era negro, sentía un gran peso, pero no había nada, solo negro, entonces pequeños flashes comenzaron a aparecer, los sentía como si los estuviese viviendo en aquel momento.

Lo veía como si fuese un espectador en una obra de teatro. Harry estaba hablando con un chico de Slytherin... era Tom Riddle. El el suelo, entre ellos dos, se encontraba Ginny, inconsciente, pálida y casi muerta.

Apenas podía oír sus voces pero de alguna manera entendía aue todo aquello era por culpa de Riddle.

Entonces como si hubiese estado aguantando la respiración abrí los ojos y comencé a respirar como si no lo hubiese hecho en siete años.

—¡Jane! —Una Tracey aliviada me estrechó entre sus brazos mientras escuchaba algún sollozo.

Ron también se me acercó aliviado y me dio un abrazo muy fuerte.

—Harry quedó en el otro lado del muro de escombros. —Me informó.

—Lo sé. —Los recuerdos de aquel sueño vinieron de golpe y sentí la necesidad de contar lo que había visto. —Ha encontrado a Ginny, ella no está bien, esta... no sé, pero...

—Espera —me pidió Ron cerrando los ojos con fuerza —, ¿que Harry qué? ¿Ginny...? ¿Cómo sabes eso? —Dudé.

—No lo sé, pero le vi, los vi, había también otro chico, el del diario, es todo muy confuso. Ellos... —Entonces un dolor intenso me vino a la cabeza, el dolor se concentraba más por la parte de mi cicatriz.

—¿Jane? —Me llamaban Tracey y Ron preocupados mientras yo me retorcía de dolor sobre el regazo de mi amiga.

Entonces los volví a ver. Ahora Harry huía de lo que parecía ser una serpiente gigante, Riddle le gritaba que sería inútil que corriese. Entonces, como si supiese que los estaba viendo Riddle giró su cabeza, mirándome directamente.

—Jane... —Solo parecía canturrear mi nombre, pero su expresión era tan tenebrosa que me hacía sentir en peligro.

Entonces todo se volvió negro otra vez y el dolor se intensificó. En ese punto mis gritos y quejidos eran tan altos que no me extrañaría que se pudiesen escuchar desde la superficie.

Sentía tanto dolor que parecía que me acabaría estallando la cabeza.

—¡Jane, tranquila! ¡Estamos aquí! ¡Jane! —Tracey y Ron parecían gritarme para llamar mi atención pero el dolor era tan intenso y la voz de Tom Riddle canturreando mi nombre seguía resonando en mi cabeza.

Entonces en nombre Tom Solvoro Riddle apareció en aquel fondo negro para luego que las letras se desordenasen y apareciese la frase: "Yo soy Lord Voldemort".