Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]

El ataque-42

Los días pasaban y no me separaba de ese diario, lo llevaba siempre conmigo. Esperaba que en cualquier momento Harry viniese echando humo exigiéndome que le entregase el autentico diario, pero nuca vino, solo miraba a todo el mundo con sospecha.

Andaba distraída un día cuando me choqué con alguien, pensé que sería Draco y que nuestra maldición de chocarnos siempre seguía activa, pero me sorprendió ver a mi reflejo con pecas frente a mí.

—Perdona, Ginny. —Ella no dijo gran cosa, murmuró un "nada" y siguió su camino. La miré extrañada pero a los pocos segundos decidí ignorarla porque sus hermanos mayores acudían a mí con una sonrisa.

—¿Eres Jenny o Ginny? —Me preguntó Fred con burla, evidentemente sabía cual era, Ginny y yo nos parecíamos mucho, pero no era imposible diferenciarnos.

—No sé —le respondí —, ¿Ginny te pegaría con un libro? —Le pregunté haciéndolo.

—Pues si. —Respondió divertido. Puse los ojos en blanco.

—¿Cómo es posible que hasta os parezcáis en el nombre? —Me preguntó George.

—Vosotros sois los únicos que me decís Jenny.

—Porque somos los únicos con es suficiente buen gusto para saber que es un nombre increíble.

—¿Qué queríais? —Les pregunté porque sabía que si les dejaba que siguiesen hablando se irían por las ramas y se les acabaría olvidando que querían y solo se habrían burlado de mí.

—Hoy es el partido Gryffindor contra Hufflepuff. —Me informó Fred.

—Gracias, no lo sabía, no es como que cada vez que hubiese un partido de quidditch toda la escuela se enterase. —Ironicé.

—Amo tu sarcasmo. —Me confesó Fred riéndose.

—Queríamos asegurarnos de que apoyabas al mejor equipo de la escuela. —Me dijo George.

—No me han dicho nada de que Slytherin jugase hoy.

—Muy graciosa.

—Tranquilos, apoyaré a Hufflepuff como la que más. —Les aseguré bromeando.

—¿Sabes? Es la primera vez que una broma me cansa. —Me confesó con una cara seria muy mal fingida.

—Porque cuando te las gastan a ti pierden la gracia, ¿verdad?

—¡Exacto! Pero que bien me conoces, Jenny. —Puse los ojos en blanco.

—Estaré ahí, tranquilos. —Ambos me dedicaron una sonrisa de satisfacción.

¿¡Dónde estaba!? ¿Lo había perdido? ¿Pero cuando? ¿Y cómo? Lo tenía escondido en mi túnica, no me separaba de él, y aún así había perdido el diario.

Quedaban escasos minutos para el partido de quidditch, las gradas estaban abarrotadas y había un enorme bullicio en todos lados.

—¿Qué buscas? —Me preguntó Tracey a gritos, con el ruido que había era como si hablase con un tono normal.