Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]

Sospechas y misterios-39

Estuve varias semanas dándole vueltas a aquel cuaderno. Llevaba escrito en la parte trasera el nombre de aquel chico, Tom Riddle, pero el interior estaba vacío.

—¿Por qué últimamente siempre estás mirando ese cuaderno? —Me preguntó Draco acercándose.

La sala común estaba vacía, ya había oscurecido y al día siguiente había clases, todos se fueron pronto a la cama. Salvo Draco y yo.

—¿Por qué últimamente te fijas tanto en lo que hago? —Le dije arqueando una ceja.

—¿"Últimamente"? —Preguntó casi riéndose. —Te asustaría saber lo mucho que me fijo en lo que haces siempre.

—Estoy aterrada. —Ironicé.

—No me cambies de tema. ¿Qué te traes con eso? Se parece al diario de Potter.

—Es un diario —afirmé —, pero no es de Harry, el dueño se llama Tom Riddle, ¿te suena?

—Creo haber visto su nombre en alguna plaquita por Hogwarts, pero no he reparado mucho en él. —Dijo despreocupado sentándose a mi lado. Sin querer tiró un vaso de agua sobre el cuaderno abierto haciendo que las páginas se mojasen.

—¡Draco!

—¡Ni que lo hubiese hecho aposta! —Se quejó.

Agarré el libro para impedir que se siguiese mojando pero cuando me quise dar cuenta parecía que el libro estaba absorbiendo el agua, como si nunca se hubiese mojado.

Miré a Draco incrédula y él también parecía darse cuenta.

—Tráelo. —Me dijo. Me volví a sentar junto a él. Él agarró el cuaderno y volvió a mojarlo, esta vez adrede.

Pasó otra vez lo mismo, el agua desapareció como si las hojas la absorbieran.

—Draco, trae tinta y una pluma. —Le pedí. Draco me obedeció velozmente.

Agarré la pluma, empapé la punta con la tinta y empecé a escribir...

"Hola"

Draco y yo esperamos y segundos más tarde la tinta desapareció, como si hubiese sido absorbida.

—Eso es raro. —Dije levantando las cejas.

Antes de que dijésemos algo más un nuevo mensaje apareció.

"Hola. Soy Tom Riddle, o lo que queda de él."

—Y eso es más raro aún. —Apuntó Draco.

—¿Qué hacemos? —Le pregunté completamente perdida.

—No lo sé. —Dijo encogiéndose de hombros.

Cerré el cuaderno y lo inspeccioné. Me era algo familiar, lo había visto antes, no solo en San Valentín, había sido antes, ¿pero cuando? ¿Y dónde?

Mi cabeza hizo click cuando el recuerdo del señor Malfoy metió un libro con la misma cubierta en el caldero de Ginny. Era ahí donde había visto aquel cuaderno. 

Miré a Draco preguntándome hasta qué punto él estaba al tanto de ese tema, podría estar al tanto de todo o podría no saber nada, pero no penaba arriesgarme.

—Dejémoslo, se lo devolveré a Harry, no quiero volver arriesgar mi vida, estemos o no en peligro. —Mentí. Me levanté agarrando el cuaderno y alejándome de él.

—¿Me tomas el pelo? —Dijo levantándose bruscamente. —¿Desde cuando eres así? La Jane que yo conozco hubiese arriesgado las dos piernas y un brazo.

—¿Y para qué quiero el otro brazo?

—Sin brazos no puedes pegarme, te quedarías con uno para poder pegarme cada vez que me metiese con alguien. —Bromeó. Yo sonreí sabiendo que tenía razón, pero eso no hizo que dejase de desconfiar.

—Draco, no me apetece que nuestra casa pierda puntos por meterme en cosas en las que no debería meterme. Si Harry quiere jugársela allá él.

Eso pareció convencerle más y no siguió insistiendo.

Subí a mi habitación pensando en cómo ese cuaderno podía responder a lo que le escribíamos, ¿si se lo preguntaba respondería? Al menos lo intentaría.

Entré a mi habitación intentando hacer el menor ruido posible, Daphne y Tracey ya estaban durmiendo y si las despertaba me sería más complicado seguir con el misterio del cuaderno.

Me senté en mi cama y me cubrí hasta la cabeza con las sabanas.

—Lumos. —Susurré. Una luz emergió de la punta de mi varita, no era tan potente como hubiese querido pero al menos no despertaría a Tracey o a Daphne y podría ver el cuaderno.

"¿Por qué puedes responderme si esto es un simple cuaderno."

Esperé pacientemente por una respuesta, aunque esta no tardó en aparecer.

"Quise guardar mis memorias de mis años en Hogwarts y lo hice en este diario." 

¿Acaso eso se podía hacer?

"¿Sabes algo sobre los ataques a los nacidos de muggles?" 

Trataría de sacar toda la información que pudiese.

"Sí, sé algo sobre ese tema, pero no puedo hablarlo con cualquiera, ¿eres alguien de confianza?"

"Soy Jane Potter, quizá también hablaste con mi hermano, Harry Potter."

"Yo entregué al culpable de esos ataques y a cambio me dieron una placa por mi reconocimiento."

"No creo que Hagrid fuese el culpable de esos ataques."

"Nadie lo creía, suerte que pude pensar con la cabeza fría y fui capaz de entregarlo, le expulsaron y rompieron su varita para que no pudiese hacer magia nunca más."

"¿Qué razón tendría Hagrid para matar a una estudiante?"

"Nunca dijo sus razones. ¿Por qué no le preguntas tú, Jane Potter?"

Me quedé pensándolo un momento, luego volvió a parecer otra frase.

"Aunque debes tener en cuenta que Rubeus es medio-gigante, los de su especie a veces hacen daño sin razón, ten cuidado, quizá si se da cuenta de que sabes demasiado quiera atacarte."

Cerré el diario con brusquedad y traté de dormir, pero las millones de preguntas que se formulaban en mi cabeza lo complicaban demasiado.