El fraude-52

200 13 0
                                    

Tracey y yo avanzamos hasta la puerta de nuestra sala común listas pare enfrentarnos a Snape.

Nuestra sorpresa fue que al abrir la puerta nadie se encontraba allí.

—Genial, todos me vieron haciendo el ridículo, y no sirvió de nada. —Se quejó Tracey cuando cerré la puerta.

—Tarcey, solo cojeaste un poco, no fue para tanto.

Ella gruñó en respuesta.

Después de eso salimos con cautela de las mazmorras, por si algún profesor rodeaba la zona.

Fuimos a la sala de profesores en busca de Lockhart, Ron o mi hermano, pero ninguno estaba allí. Los que si estaban allí era McGonagall, Snape y muchos otros profesores.

Tacey y yo nos quedamos pegadas a la puerta para poder escuchar la conversación si ser vistas.

—¿En serio vamos a confiar en ese inepto para luchar contra algo que desconocemos? —Se quejó Snape a McGonagall.

—El contó que se había enfrentado a las peores criaturas mágicas que se conocen.—Argumentó ella.

—Es obvio que es falso, son solo habladurías que escribió en sus libros, incluso dudo que un hombre como él fuese capaz escribir tan solo alguno de esos libros. —Siguió quejándose Snape.

—Pues ese es su problema, si mintió ahora debe asumir las cosecuencias. —Sentenció McGonagall.

Por su conversación pude entender que Lockhart ya habría ido a buscar la cámara o al monstruo, Tracey y yo deberíamos darnos prisa.

Por su conversación pude entender que Lockhart ya habría ido a buscar la cámara o al monstruo, Tracey y yo deberíamos darnos prisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Buscábamos por cada pasillo algún rastro de Lockhart, pero aquello era buscar una aguja en un pajar.

—Jane, espera —dijo Tracey llamándome—, preguntémosles a ellos, quizá lo han visto. —Dijo señalando a muchos cuadros de magos que estaban colgados en las paredes.

—Buena idea.

Tracey y yo empezamos a preguntarles a todos los retratados, todos sin éxito algunos. 

—Por aquí no ha pasado nadie. —Nos respondió el último al que preguntamos.

—Jane, me rindo, no sabemos dónde está la cámara, estamos perdiendo el tiempo, el profesor Lockhart ya habrá entrado. —Dijo Tracey lamentándose y tirando la toalla.

Tracey y yo nos sentamos en el suelo, cansadas de dar tantas vueltas.

A diferencia de Tracey, yo no pensaba rendirme tan fácilmente, les prometí a Fred y George que la traería sana y salva, además, quién sabe por lo que podría estar pasando Ginny en esos momentos.

Junté mis labios en una línea recta y decidida me volví a levantar.

—Yo no voy a tirar la toalla tan fácilmente, se lo debo a Fred, a George, a Ron, a Percy, e incluso se lo debo a Harry. Si estás cansada puedes volver a nuestra sala común, no me enfadaré, te agradezco lo mucho que me estás ayudando en todo esto, pero yo no me rindo.

Tracey me miró sorprendida por mi discurso, luego su mirada de sorpresa se convirtió en una de admiración y luego se levantó sonriéndome con confianza.

—¿Sabes? Cada día me sorprende más tu confianza y fuerza de voluntad, yo abandonaría a la primera de cambio si fuese tú. Pero te agradezco que no me juzgues si abandono... —ahí me empecé a mentalizar para seguir yo sola buscando a Lockhart —aunque no lo haré —levanté la vista para mirarla con sorpresa —. Jane, soy tu amiga, en las buenas y en las malas, debo confesarte que me da algo de miedo encontrar a Lockhart, ya que eso significa entrar a la Cámara, pero no soy tan cobarde para abandonarte.

Aquel hubiese sido uno de los momentos más emotivos de mi vida, si los cuadros de al rededor no nos hubiesen interrumpido sonándose la nariz o sollozando.

—¡Qué bonito! —Exclamó uno de ellos pidiéndole un pañuelo a otro.

—Si buscáis a un profesor —nos empezó a decir el retrato de una dama de la nobleza —¿por qué no lo buscáis en su despacho?

Ahí Tracey y yo caímos en que quizá ese tendría que haber sido el primer lugar en el que tendríamos que haberlo buscado. Agradecimos a la dama y corrimos en dirección a su despacho.

Irrumpimos allí no de la forma más educada posible, no íbamos a llamar a la puerta, ya que si el despacho estaba vacío estaríamos perdiendo tiempo más que valioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Irrumpimos allí no de la forma más educada posible, no íbamos a llamar a la puerta, ya que si el despacho estaba vacío estaríamos perdiendo tiempo más que valioso.

Es mejor pedir perdón que permiso.

Para nuestra suerte Lockhart se encontraba allí, junto con Harry y Ron, y con lo que parecía ser su equipaje.

Los tres se giraron para mirarnos.

—Genial, más Potters. —Ironizó Lockhart.

—¿Qué está pasando aquí? —Preguntó Tracey sin entender qué hacían los baules de nuestro profesor preparados como si se fuese a ir. Yo ya me imaginaba lo que estaba pasando, y me estaba hirviendo la sangre.

—Va a huir. —Nos informó Harry. Tracey parecía decepcionada, para ella, y para casi todas la chicas de Hogwarts, Lockhart era un referente, un héroe, ahora se mostraba como lo que era, un cobarde.

—¿Y Ginny? —Pregunté con ganas de saber cómo pensaba solucionar aquello.

—Es un fraude, Jane. —Me confesó Harry, claramente enfadado. —Nada es real, ni sus historias, ni sus habilidades, ni nada, todo son historias robadas de otros.

No sé por qué en algún momento me creí que si vivió aquellas historias, solo pensaba que la fama se le había subido tanto a la cabeza que se había vuelto un idiota de manual, pero no, se ve que también era un fraude.

—¿Ya han acabado? —Nos preguntó Lockhart con tranquilidad. —Creo que eso es todo. Sí. —Se autorespondió a sí mismo al ver que ninguno respondíamos, solo podíamos mirarlo con incredulidad.—Sólo queda un detalle. —Sacó su varita y nos apuntó con ella. —Lo lamento profundamente, pero ahora os tengo que echar un embrujo desmemorizante. No puedo permitir que reveléis a todo el mundo mis secretos. No volvería a vender ni un solo libro...

—Que cobarde es. —Le dije sin ningún miedo.

—La valentía no vende libros. —Me respondió y me apuntó directamente.

Por suerte, antes de que siquiera intentase lanzarmelo Harry le lanzó el hechizo de desarme. La varita de Lockhart voló por los aires y Ron la atrapó y la tiró por una de las ventanas.

Harry lo siguió apuntando con su varita.

—¿Qué quereisque haga? No se nada acerca de la Cámara, ni siquiera se dónde está.

—Por suerte para usted, nosotros tenemos una idea de dónde está. —Le dijo Harry

Solo tú y yo (Draco Malfoy) [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora